Apenas tres días antes de la inauguración oficial de la estatua de Juana Azurduy, prevista para el próximo miércoles 15 a las 17, la figura de Cristóbal Colón fue trasladada a su nuevo destino: el espigón Puerto Argentino de la Costanera Norte, frente al aeroparque Jorge Newbery. La mudanza se realizó a partir de las 16 de ayer, y se utilizaron tres camiones para completar el operativo. Además de la estatua del marino, se llevaron las últimas dos piezas que aún quedaban frente a la Casa Rosada.
El traslado se hizo casi a paso de hombre, y fue custodiado por la Policía Federal. El restaurador Domingo Tellechea supervisó todos los movimientos.
Mientras Colón se dirigía hacia su nuevo lugar, ayudantes del escultor Andrés Zerneri, autor del monumento a la heroína del Alto Perú, continuaban trabajando contra reloj a fin de no dejar ningún detalle librado al azar. “Se está colocando una serie de piedras a fin de amalgamar las lajas que recubren el pedestal con la escultura. Es lo último que faltaba. Ya está lista para su inauguración”, señaló Zerneri a PERFIL.
Otro de los trabajos que se hicieron en la estatua, que está emplazada en el mismo lugar donde antes se erigía la de Colón, fue el recubrimiento de la figura con una pátina protectora que le dará el tono verde pompeyano, similar al que tiene la cúpula del Congreso Nacional.
La inauguración oficial de La Juana estaba prevista para hoy, fecha en la que se conmemora el Día de la Cofraternidad Argentino-Boliviana por el nacimiento de la Generala, pero el viaje de la presidenta Cristina Fernández a Paraguay por la visita del papa Francisco obligó al cambio de día.
Para el acto inaugural se prevé la presencia del presidente boliviano Evo Morales, que donó un millón de dólares para erigir el monumento. La figura de Juana mide nueve metros de alto, que llegan a 16 si se cuenta la altura del nuevo pedestal sobre el que se apoya la obra.
Desprotegido. La semana pasada PERFIL publicó una nota en la que se daba a conocer el estado de la estatua de Cristóbal Colón, que estuvo más de dos años recostada sobre una tarima de madera. A partir de la publicación, la figura del marino genovés estuvo cubierta con una manta a la espera del traslado a su nuevo destino.
Según denunciaron la ONG Basta de Demoler y el arquitecto especialista en restauración Marcelo Magadán a este diario, la estatua de Colón presentaría daños irreparables en la base y el dorso a causa de la utilización de productos no convenientes para su restauración.
