Dos vampiros conmovidos por el discurso de Manuel Belgrano se suman –a su modo– a la batalla de Tucumán de 1812 saliendo a matar realistas por las noches. El doctor Francisco Narciso Laprida –presidente del Congreso de 1816– logra el acta de la Independencia tras un enfrentamiento, al estilo El club de la pelea, luchando contra delegaciones extranjeras y extraterrestres. José de San Martín se enfrenta a españoles zombies en la batalla de Maipú, durante la campaña para liberar a Chile.
Historias como éstas forman parte de Bicentenario fantástico, un libro de cuentos, ilustraciones e historietas realizado por La Marca de Caín, una editorial independiente tucumana que se atrevió a mezclar a los próceres de la historia argentina con elementos fantásticos y sobrenaturales. “Nosotros consumimos historietas históricas, pero queríamos hacer otra cosa. Nuestro público está formado mayoritariamente por adolescentes y jóvenes. Decidimos crear algo distinto para cautivarlos, pensando en gente que no agarra un libro ni de casualidad”, explica Gonzalo Orce, coordinador de este proyecto.
“Queríamos hacer algo diferente y surgió la idea de reinventar hechos bien documentados y darles un toque marcadamente fantástico, y de esta manera hacer la historia más atractiva. Nosotros mismos nos vemos más atraídos por lo fantástico que por lo real. Ante todo, como historietistas, buscamos divertirnos con lo que hacemos, y esta propuesta nos pareció muy motivadora”, agrega María Fernanda Zuccón, directora de la editorial.
En esta edición participaron cerca de veinte autores, entre dibujantes y guionistas, con una consigna clara: no había límites a la hora de crear y de elegir la temática, pero cada uno de ellos debía comprometerse a investigar exhaustivamente el hecho histórico antes de comenzar a escribir el guión. Además contaron con el asesoramiento del historiador Santiago Rex Bliss. “Todo estaba permitido, excepto alterar el resultado de los hechos históricos; por ejemplo, si fuimos derrotados en alguna batalla, no podíamos resultar vencedores”, comenta Orce.
Críticas. Más allá de que para algunos historiadores pueda resultar un proyecto polémico (ver aparte), el resultado fue un éxito: ya agotaron su primera tirada, están exponiendo el material en el Centro Cultural Virla de la capital tucumana y tienen proyectado a futuro lanzar una edición especial junto con el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia para repartir en forma gratuita en centros e instituciones. “Sabemos que no somos puramente educativos, pero esperamos que a los jóvenes que lo lean les pique la curiosidad y después vayan al libro. De todas formas, incluimos una breve síntesis explicando cada hecho histórico. Deseamos que los chicos se interesen y lean con otros ojos la historia argentina”, comenta Orce.
Zuccón coincide y va por más. “Somos conscientes de que una propuesta tan distinta frente a un tema tan ligado a la tradición y las costumbres puede traer críticas bastante fuertes e incluso enojos por parte de sectores conservadores, pero nunca tenemos en cuenta ‘el qué dirán’ en nada de lo que hacemos. Por eso somos justamente una editora independiente, para que nadie pueda decidir qué podemos hacer o no”.