TECNOLOGíA
Conectividad y costumbres

Cómo funciona la geolocalización de los celulares en Argentina

En tiempos de inmediatez y conectividad, esta función se convirtió en un aliado fundamental de la vida moderna. Por qué las apps marcarán su futuro.

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Geolocalización | Shutterstock

Está omnipresente en toda la tierra pero muy pocos parecen saber cómo funciona y qué influencia tiene sobre la vida cotidiana moderna. La geolocalización en los celulares excedió el fin primitivo de saber la ubicación de uno o el estado del tránsito: hoy, forma parte de la columna vertebral de todas las aplicaciones y servicios que brindan la mayoría de las apps. Se puede comprar y vender cosas, trasladarse, buscar pareja, cuidar de los hijos, brindar seguridad y hasta ver la evolución de un paciente hospitalario. ¿Estamos siendo monitoreados todo el tiempo desde nuestros bolsillos?

Primero conviene saber cómo funciona. Cada celular es receptor las 24 horas de una señal vía satélite que permite obtener la información sobre la ubicación de algo o alguien.

Tres tipos de señales permiten conocer la localización exacta de una persona/objeto las 24 horas:  

  1. GPS (Global Positioning System o Sistema de Posicionamiento Global)
  2. GSM (Global System for Mobile Communication)
  3. WPS (WIFI Positioning System).

Metafóricamente, la geolocalización en las apps (los principales catalizadores de esta información) es muda ¿Por qué? porque no habla por sí sola sino que utiliza a estas plataformas para “interpretar” los datos de ubicación para luego utilizarlas para distintos fines. Según el último análisis de Logan Media, el 91% del tiempo de uso del smartphone es empleado en estas plataformas y cada vez que una persona descarga y acepta las condiciones de uso, avala que su ID recopile por 21 meses -aproximadamente- estos datos. Allí pueden comprender gustos, intereses, género y edad entre otros comportamientos.

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Geolocalización.

¿Cómo funciona  la geolocalización en Argentina? Para el director del Departamento de Informática del Instituto Tecnológico de Buenos Aires, Santiago Valles, su uso es positivo aunque con ciertos recaudos: “Es un servicio muy útil, pero los usuarios tenemos que estar al tanto sobre cuándo lo estamos habilitamos y a quién le damos la información”.  Sin embargo, para el especialista hay que prestar atención sobre el rol de Google: “la gente suele pensar que darle estos datos a Google o Apple, ya que son anónimos, no es perjudicial. Tampoco se entiende bien qué uso podrían hacer de esa información”, señala.

Desde Google Argentina señalan que utilizan la geolocalización para "darle mejores servicios a los usuarios". "Obviamente está en las personas usarlo, o no, de activarla o desactivarla y decidir si quiere o no acceder a determinados procesos. Ningún tipo de información se vende absolutamente a nadie ni tienen acceso terceros ni nadie", explicaron ante la consulta de este medio.

Lo que necesitás, cuándo lo necesitás y dónde lo necesitás

No cabe dudas que una de las revoluciones más silenciosas -pero más efectivas- de la geolocalización se dio en el mundo comercial. En muchos casos concebidas como startups, existen empresas que incorporaron esta tecnología al núcleo del negocio y se transformaron en una extensión central de la vida moderna. Desde compañías tecnológicas como Uber, pasando por el monitoreo en tiempo real de niños (Family Link de Google), búsqueda de pareja (Tinder y Happn, entre otras), hasta de delivery de cosas ilimitadas.  

Control y geolocalización: las nuevas apps para padres

Si bien nació antes de dicha revolución, Rappi, la compañía de delivery, hizo algo central de su negocio la geolocalización. “ Nosotros la utilizamos para absolutamente todo: desde que se hace un pedido en nuestra app, determinamos cuál es la latitud y longitud del cliente y buscamos todas las tiendas cercanas en las cual se puede comprar”, cuenta Emiliano Arango, vicepresidente de Ingeniería de la empresa. “Gracias a eso, podemos determinar qué zonas están saturadas, en cuáles faltarían repartidores. Hacemos un mapeo exhaustivo de información para observar qué pasó y mejorar lo que va a pasar”, explica en diálogo con PERFIL.

En la compañía trabajan con una plataforma que interrelaciona todos estos datos: allí además de determinar la posición del usuario, monitorean el stock que tiene cada uno de los “partners” (o comercios asociados) y a su vez estos datos generan métricas que permiten observar cuánto tiempo estuvo el comercio online, cuánto offline y cuánto rindió. “Buscamos maximizar el tiempo de la gente”, señala Arango, quien adelanta que próximamente sumarán el servicio para llevar la modalidad de calcular el trayecto del cliente para darle el producto al instante en centros comerciales, recitales o cualquier tipo de eventos.

Una ciudad "monitoreada"

Según datos datos de la subsecretaría de Investigaciones y Estadística Criminal, dependiente del ministerio de Justicia y Seguridad de la ciudad, hay 34 mil sensores GPS en efectivos de la Policía de la Ciudad, agentes de prevención, de tránsito, bomberos, ambulancias y guardaparques. Cada agente de calle tiene un handy con esta tecnología y celular provisto especialmente para este uso. Gracias a este sistema, comentan, pueden mejorar los tiempos de respuesta a un hecho. “Hay una crítica de la sociedad  hacia la policía sobre zonas liberadas o alguna situación de mal cumplimiento del deber y este sistema, el Sistema Integral de Seguridad Pública (SISEP) que permite reconstruir y auditar cómo fue el comportamiento de ese patrullero, moto o de ese policía frente a ese hecho”, dicen desde el Gobierno de la Ciudad. También utilizan esta tecnología en las investigaciones judiciales para delitos específicos, como puede ser la venta de drogas, entre otras.

En un futuro no muy lejano se imaginan en el GCBA ampliar la cantidad de dispositivos, desde tener sensores en los chalecos antibalas o para verificar cuando un agente desenfunda o dispara un arma. Para esta fuente, este sistema eleva la vara en los efectivos: todavía en los pasillos del ministerio recuerdan el caso del periodista de Clarín Mariano Gaik Aldrovandi, quien en septiembre de 2018 asistió a un herido en pleno centro porteño. Tuvo que llamar 4 veces al 911 y la ambulancia tardó 38 minutos. En este caso la geolocalización cobró un valor fundamental: demostró que los policías mentían.

En resumen, todavía es incierto el futuro de esta tecnología. Los especialistas consultados por PERFIL creen que “el techo de la geolocalización lo impondrán las apps”. Por lo pronto, se sabe que en tiempos de inmediatez y conectividad se convirtió en un aliado fundamental para mejorar la vida moderna.