Daniel Sabsay visitó de manera virtual la Escuela de Comunicación para participar de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de Editorial Perfil, en la que no descartó que la reforma judicial que impulsa el Gobierno sea "un plan bastante organizado que apunta a la impunidad de la vicepresidenta de la Nación".
También criticó la toma de tierras y aseguró que el accionar de Juan Grabois merece una sanción jurídica por "apología del delito". Por último, se refirió al fallo de la Corte Suprema que pone un límite a los traslados de jueces y apunta a los magistrados que investigaron a Cristina Kirchner. "Es una Corte de mayoría peronista", expresó Sabsay en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—¿Qué opina sobre el manejo que hizo el Gobierno de la pandemia?
—La gestión de la pandemia ha sido una de las más negativas en el concierto de las naciones democráticas. No solo se destruyó la economía del país de un modo feroz, ningún otro país ni remotamente va a tener la disminución de su PBI tan enorme como la Argentina. Yo recuerdo al Presidente con esa actitud siempre muy fanfarrona, diciendo que si Macri hubiera sido presidente tendríamos diez mil muertos. Ahora tenemos casi 32.000. Cuando comparaba con Chile y con Suecia y se burlaba de lo mal que les iba, lo cual me parece un grotesco, de una falta de altura para un jefe de Estado increíble. Pero además se demostró todo eso que era mentira, la Argentina hoy es el hazmerreír. Bajo todo punto de vista, creo que peor no pudo ser llevada.
—Usted afirmó que quien usurpa es un delincuente. ¿Al motivar las usurpaciones, Grabois merece una sanción jurídica?
—Sin lugar a dudas. La usurpación de bienes tiene un tipo delictivo en el artículo 181 del Código Penal que describe esa tipología y que establece una pena. Grabois no usurpó directamente pero fue digamos el organizador de la usurpación en el caso de la familia Etchevere. Encubrió e inclusive se jactó de la usurpación como un medio absolutamente válido para poder repartir tierra entre las personas que componen su movimiento social. No tengo duda que él ha cometido delitos, hasta ha hecho apología de delito.
—¿Qué opina sobre la intervención del Gobierno con respecto a los casos de usurpación?
—El Gobierno ha tenido una actitud sumamente dubitativa, no ha sido para nada clara. En muchos momentos dio la impresión de que apoyaba las usurpaciones o que las justificaba o que las observaba de manera pasiva. Fue solo cuando unas encuestas mostraron que más del ochenta por ciento de los argentinos están en contra de las usurpaciones que se dieron dos evacuaciones. Ahora al mismo tiempo, el presidente Fernández después halagó el plan de Grabois de ocupar tierras fiscales y hacer una suerte de reforma agraria. Cuando finalmente por orden de un juez se evacúa, que el presidente de la Nación alabe el plan de quien ha sido, digamos, la mente que llevo a cabo esos hechos me parece gravísimo. Y, por otro lado, hay otras usurpaciones, sobre todo en la Patagonia, que siguen siendo totalmente toleradas, inclusive con hechos de violencia gravísimos, no solo en tierras públicas, parques nacionales, sino también en tierras privadas
—¿Cuál es su opinión respecto de la reforma judicial que impulsa el oficialismo?
—La reforma judicial que persigue este gobierno comenzó desde los primeros días de su gestión, con la designación de quienes han sido los titulares de los organismos de control que fueron esterilizados. Es decir ,se les sacó toda la capacidad para realmente perseguir la corrupción, como es el caso de la Oficina Anticorrupción o la Procuración del Tesoro donde el titular es nada menos que Carlos Zanini, una persona que tiene que velar por la intangibilidad del patrimonio del Estado y él mismo está procesado en varios juicios por corrupción y por defraudación al Estado. Eso se continúa a través de la revisión de traslados que son rechazados o prácticamente se lo pone en un atolladero al Procurador General de la Nación, está la Comisión Asesora, que ya de por sí es inconstitucional, porque está integrado por personas que de ninguna manera tienen las características como para integrarla y pronto presentaría su dictamen sobre el funcionamiento de la Corte Suprema y entre sus miembros tiene al abogado de Cristina Kirchner. Es decir, una suerte de estrategia, de plan bastante organizado. Creo que apunta a la impunidad en primer lugar de la vicepresidenta de la Nación, de su familia y, en segundo lugar, de los más importantes funcionarios, casi todos también procesados, que la acompañaron cuando ella fue presidenta.
—¿Piensa que la actual Corte Suprema de Justicia de la Nación es garantía de justicia y confianza?
—Es una Corte con claros y oscuros. En primer lugar, desde el punto de vista objetivo, tiene una gran ventaja, ya que es la primera vez desde 1983 que una corte tiene integrantes designados por tres presidentes diferentes y ninguno fue designado por el presidente actual, eso es una garantía de independencia. No se la puede identificar como la Corte del gobierno. Ahora bien, tenemos fallos sumamente valiosos inclusive la anterior Reforma Judicial, tan criticada, la llamada democratización de la Justicia. Veo en determinados fallos dictados, sobre todo durante la presidencia de (Mauricio) Macri, donde se denostó el origen peronista de la mayoría de los integrantes.
—¿Usted considera que es una Corte Suprema de origen peronista?
—Es una Corte de mayoría peronista. Los ministros (Juan Carlos) Maqueda, (Ricardo) Lorenzetti y (Horacio) Rosatti, abiertamente lo son, nunca lo han ocultado. Maqueda y Rosatti han sido importantes funcionarios, tanto electivos como ministros en distintos gobiernos peronistas provinciales y nacionales. Así que no estoy revelando una cosa escondida. El Doctor Lorenzetti siempre se reconoció como justicialista.
—¿Qué representa para usted el fallo de la Corte sobre el traslado de jueces?
—El fallo de la Corte es una tragedia institucional para el país. El contar con un Tribunal Superior como es la Corte Suprema que es el gran garante de la República en su conjunto y de todas nuestras libertades y derechos tan débiles y tan divididos es una tragedia, realmente una tragedia. Que los miembros de ese tribunal no puedan sostener lo que decidieron hace dos años con tanta claridad es lamentable. Porque me imagino que va a ver un poco de cada cosa, me parece lamentable, muy triste. Fíjese que en los sistemas presidencialistas, lo que salvó fundamentalmente la vida de las instituciones fue la Corte Suprema. Estados Unidos es el caso más claro, inclusive con un presidente como Trump que más violador de la Constitución no puede haber, sin embargo en muchos fallos importantes la Corte Suprema le puso muchísimos frenos y aún con una composición mayoritariamente conservadora.
—¿Usted le pierde respeto a la Corte con este fallo?
—Que esté dividida en un tema así, en donde los cinco en dos acordadas hace dos años estuvieron de acuerdo que lo que se hizo no se debía hacer, ya me parece triste por la debilidad que denota. Esto necesitó más de un mes después de haber apurado las cosas, haber hablado además de gravedad institucional, por segunda vez en la vida de esta Corte, haber abierto un recurso extraordinario por per saltum y terminar de esta manera tanto tiempo después, es una tragedia institucional para el país. Lo digo con todas las palabras, ya sólo eso, sin ver el contenido.
—¿Cuál considera que fue el mejor y el peor momento de la Justicia desde el regreso de la democracia?
—El mejor momento fue el juicio a las Juntas, sin lugar a dudas, fue un triunfo extraordinario. El papel de los jueces fue muy bueno pero sobretodo la actuación del fiscal Strassera, cobran un rol extraordinario y fortalecen a la figura del doctor Alfonsín, que más allá de muchos errores, sin duda, fue un hombre que dejó una estela de democracia que hasta ahora subsiste a pesar de todos los embates en contra. Eso para mí fue lo mejor. Lo peor es mucho, muchas de las sentencias de la corte de los milagros de (Carlos) Menem fueron horrorosas, por ejemplo, aquél per saltum en la privatización del aeropuerto, los indultos de Menen fueron espantosos, por lo que significó una regresión en materia de derechos humanos y porque además disfrazó una amnistía a través de indultos, lo cual es abiertamente inconstitucional.
—Le agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil y lo invitamos a realizar un comentario final que usted quiera hacer para cerrar el reportaje.
—Me sentí muy cómodo, todas las preguntas fueron realmente excelentes y no soy de tirar flores, todo lo contrario, o sea que habla de la excelencia de la escuela. Me siento muy honrado que me hayan seleccionado y de poder ser parte aunque sea con un pequeñísima contribución en la formación de futuros periodistas que son tan importantes como otra herramienta fundamental de la democracia.
Por Karina Rocca, Liliana Chimenti y Carla Villalba
Estudiantes de Periodismo
Escuela de Comunicación de Editorial Perfil