El ex presidente Eduardo Duhalde participó en modo virtual de una conferencia de prensa organizada por los estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación de Editorial Perfil. "Si no se logra una gran coalición para el futuro no hay ninguna posibilidad de salir bien de esta crisis por el coronavirus", aseguró.
El ex mandatario reveló que mantiene reuniones periódicas con Alberto Fernández, se mostró conciliador con Cristina Fernández de Kirchner y reveló que se llevó muy bien con el ex presidente Mauricio Macri. "La base del problema de nuestro país es la corrupción", sostuvo en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret.
—¿Cómo se puede salir de esta crisis creada por la pandemia?
—Ningún país salió hablando, conversando o filosofando, salieron trabajando y produciendo. Por más dificultad que tengas en un territorio, si no te organizás para ponerle valor, esa riqueza no sirve. Estoy convencido de eso, lo estuve en el 2002 cuando tuve que gobernar. Yo decía, en ese momento, que algunos estaban haciendo un maremoto en una palangana y hoy digo que están haciendo un maremoto en una pelopincho. Argentina tiene todas las posibilidades de crecer, desarrollarse y pagar lo que debe.
—¿Qué piensa de la liberación de Amado Boudou y algunos otros ex funcionarios por posibles contagios del virus en las cárceles?
—No me gustan esas cosas, no me gustan las diferencias. Los dirigentes no tenemos por qué tener coronita y los dirigentes están acostumbrados a tenerla. Ahora, están pensando de aplicar un impuesto a la riqueza no sé a quién, pero, yo digo, si aplican impuestos sin aplicarse primero ellos una rebaja es porque son unos caraduras, no tienen autoridad moral para hacerlo. Primero hay que empezar por la clase política, eso es lo que están haciendo en todas partes y acá se niegan hacerlo. No estoy de acuerdo con ningún tema que no sea pensar que los empresarios y los trabajadores son los que nos pueden sacar adelante el país, tenemos que defenderlos.
—¿Usted quiere decir que los legisladores deberían reducir su sueldo antes de tratar el impuesto a la riqueza?
—Lógico, son cosas de sentido común. Los políticos deben bajarse el sueldo antes del impuesto a la riqueza. Los chilenos lo acaban de hacer la semana pasada. Es razonable. No sólo los políticos que están ahora sino los que ya estuvimos. Nosotros también tenemos que hacer un aporte, tenemos que empezar por la clase política. Es culpa nuestra cómo está la Argentina. Creo que nadie duda de eso. Un país que podía ser un jardín lo estamos convirtiendo en un basurero. También le podríamos echar un poquito la culpa a los militares. Pero no le echemos la culpa a nadie. La culpa es de todos los políticos, en mayor o menos medida, por acción u omisión pero fuimos nosotros. Tenemos que tener clara conciencia de eso.
—Usted habló de la corrupción como el problema de los argentinos, ¿qué piensa de la posibilidad de que algunas causas que involucran a la vicepresidenta y a ex funcionarios se frenen en la justicia?
—Yo le decía el otro día al presidente Alberto Fernández: ¿Por qué no votan leyes transparentes? ¿Qué querés hacer, negocios? ¿Qué pensás poner hoteles? Porque si algunos lo pudieron hacer es porque no hay leyes claras en Argentina. Tiene que haber leyes con transparencia internacional. La nueva institucionalidad es leyes de transparencia y no partidos. Los partidos son estructuras rígidas y en vez de generar el cambio, lo atrasan. Tengan la seguridad que los partidos van a ser modificados, vemos lo que está pasando con las redes sociales y los movimientos, lo que está pasando en Chile, lo que está pasando en Francia. Creo que las nuevas generaciones van a luchar por la igualdad y por cosas que nosotros los adultos no luchábamos.
—La economía de los 90 llevó a la Argentina al derrumbe. Usted formó parte de ese gobierno. ¿Qué piensa de la presidencia de Carlos Menem?
—Domingo Cavallo acertó con la convertibilidad. La plata no vale lo que uno quiere que valga, vale lo que realmente vale. Creo que fue una medida acertada y creo que a Carlos Menem hay que estudiarlo en el tiempo que le tocó gobernar, el tiempo de la economía de mercado que venía a resolver todos los problemas y en esa época había euforia. Para los países dependientes como el nuestro no era optativo entrar o no entrar. Menen era un tipo de mucha intuición. Ustedes saben que entre las enfermedades hay una que no se nombra, la enfermedad del poder y Menem era uno de esos. Mucha gente vivió bien durante la convertibilidad pero se agotó. En 1996 empecé diciendo que se había agotado y seguí insistiendo, iba ganando por diecinueve puntos la campaña electoral pero mi jefe de campaña me dijo: “Duhalde, si usted sigue diciendo que se agotó la convertibilidad va a perder la elección porque más del 70% cree en la convertibilidad”. Yo seguí insistiendo y así me fue.
—¿Quiere agregar un comentario final para el cierre de esta entrevista?
—Seguramente ustedes serán importantes periodistas de televisión o radio y lo que yo les aconsejo es que vayan con su verdad, que no les importe lo que digan los demás. En toda mi vida jamás le contesté a un periodista porque hay que respetar lo que dice el periodismo como también lo que dicen los opositores. Es una carrera hermosa y si tenemos la habilidad de leer a los que dicen que las cosas que no están bien vamos a aprender más. Lo primero que leía cuando era gobernador o presidente era lo que decían los diarios que me pegaban un poco. Así que muchas suerte en su carrera.
Por Liliana Chimenti y Patricia Manni
Estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación de Editorial Perfil.