Osvaldo Santoro es un hombre de muchas caras. Muchos de esos rostros se conocen: actúa desde los setenta, carrera en la que triunfó y se hizo conocido en el cine, la televisión y el teatro, es escritor de novelas y guiones, incursionó en política de la mano del Frente Para la Victoria en su Tres de Febrero natal, y ahora es secretario de la Sociedad Argentina de Actores e Intérpretes. Pero en esta charla íntima con los alumnos de periodismo de la Escuela de Comunicación de Perfil, Santoro va a mostrar algunos aspectos desconocidos de su vida.
Santoro, por ejemplo, se considera un astrónomo aficionado. “Me gusta investigar la energía oscura y los agujeros negros”, contará a los alumnos. No sólo eso: también dice que estuvo muy cerca de ser odontólogo, en cambio de actor. Cursó hasta el tercer año de la carrera, pero la pasión tiró más y cambió un futuro en clínicas por el escenario. Santoro dice que se siente “un hombre de barrio”, y cuenta que hace 40 años vive en la misma casa, en Caseros. Conoce a todos sus vecinos y sale a hacer las compras, en un pequeño short. Está convencido, dice, que va a vivir en su barrio hasta que se muera, evento al que asegura que no le teme.
Dice: “Soy austero". Maneja sus propias redes sociales, las cuales confiesa que le gustan, y si algo se rompe en su casa, lo arregla con sus manos. Todo eso, quizás, tenga que ver con que más de una vez no le sobró nada. Un día hasta tuvo que vender sus anillos para poder comer.
También cuenta como conviven sus pasiones entre el fútbol y el teatro, su amado club Racing. No es fácil: a veces los partidos, como el último que jugó el equipo de Avellaneda para consagrarse campeón, caen sobre los horarios de sus obras de teatro. Ahí hace malabares para cumplir con todos los costados de su corazón. Le sale.
#LadoB es el costado alternativo del reportaje principal que hacen los alumnos de la Escuela de Comunicación de Perfil al protagonista de esta nota. Es, también, el otro lado de cualquier entrevista: preguntas y, sobre todo, respuestas que no se suelen ver o escuchar.
Por Marcelo Magallanes y Sergio Enríquez
(Alumnos de segundo año de la Escuela de Comunicación de Perfil)
