“La televisión de Córdoba está copiando lo peor de Buenos Aires”

“La televisión de Córdoba se cerró en los últimos años y cada vez se hace más difícil generar nuevos espacios”. Pablo Layús se toma unos segundos para pensar cada respuesta y no duda en mostrarse crítico a la hora de hablar de un medio que conoce. Más de 20 años trabajando en televisión, 15 de ellos radicados en Buenos Aires como una de las caras visibles de Intrusos, el programa líder en materia de espectáculos, le dan autoridad a la hora de hablar del tema.

Sin embargo el periodista criado en el corazón del barrio Nueva Córdoba decidió ampliar horizontes y apostar a nuevos formatos multimedias. Por eso desde hace varios años cuenta con su propia página de noticias y con la idea de aprovechar la “vidriera” generada por Intrusos, comenzó a trabajar de manera regular las redes sociales cuando estas aún eran apenas un proyecto en crecimiento. Hoy cuenta con más de medio millón de seguidores en twitter y se convirtió en el periodista cordobés con más “followers” en la red social del pajarito.

En la actualidad, Layús es corresponsal del Show de la Mañana en Buenos Aires, y uno de los columnistas de espectáculos en las tardes de radio Mitre Córdoba.

-Noto con preocupación el hecho de que está todo el tiempo intentando imitar a Buenos Aires y eso es un error, ya que la televisión de la Capital está pensada para un público de allí y copiar esos formatos provoca que muchas veces estos no se adapten al interior. Veo que no importa la calidad, sino que con pagar tu espacio lo tenés. A la hora de copiar en vez de tomar lo bueno se tomó lo peor de la televisión de Buenos Aires.

-La falta de ideas y de recursos. El intentar hacer todo con el menor esfuerzo posible. No generar contenidos propios y sólo mirar la farándula de Buenos Aires sin valorar a los personajes propios. Ese combo se da en un momento en que la televisión nacional atraviesa un momento de falta de ideas total. Los programas que mejor funcionan tienen muchísimos años y no aparecen formatos nuevos. En ese contexto creo que Córdoba se equivoca al no pensar formatos para los propios cordobeses. Veo que muchos programas copiaron el hecho de poner un conductor, cinco panelistas y hablar de lo que sea.

Si, absolutamente, Córdoba descubrió el horario del trasnoche. Yo lo utilicé con un programa que hacíamos que se llamaba Free Pass, donde mostrábamos todo lo que ocurría en la temporada veraniega. Fue uno de los primeros en arrancar tan tarde y dejó en claro que se podía lograr muy buena audiencia. Sin embargo veo que no todos los programas se ajustan al horario post medianoche, porque hay temáticas que no son para ese horario. Hoy en Córdoba el horario más fuerte en materia televisiva es la mañana y el Lagarto lo entendió a la perfección. Mantiene su idiosincracia, la identidad, invierte y logró acostumbrar a la gente a un formato similar a la radio, pero televisado.

Es un mercado que se fue cerrando. En los últimos tiempos se ve que se empezó a utilizar a la televisión de Córdoba para posicionar algunos candidatos políticos y esto quedó reflejado con la llegada y la irrupción de algunos empresarios nuevos que tienen un fácil acceso a la pauta publicitaria oficial.

Si, porque puedo hacer lo que me apasiona. Me gusta mucho estar en la calle. Me preguntan todo el tiempo porqué no estoy en el piso y respondo siempre lo mismo: soy inquieto y me gusta estar donde está la noticia. Además me da la posibilidad de estar dos meses y medio en Carlos Paz que es una ciudad que amo.

Una temporada distinta, en donde no va a haber mayores sorpresas salvo el hecho de que habrá un refuncionamiento del Teatro del Lago. Será un verano en el que Mar del Plata nuevamente buscará convertirse en líder en materia de venta de entradas y para eso logró cerrar “dos tanques” como Midachi, Martín Bossi. Midachi y aún pueden sumarse varias figuras. Cada una de estas va a meter unas 70 u 80 mil personas y eso va a traccionar mucho a la hora de contar la taquilla a fin de temporada. En Carlos Paz repiten varias obras y le va a costar alcanzar números de otros veranos.