Los recientes juegos olímpicos invernales de Pyeongchang, en Corea del Sur, fueron algo más que una justa deportiva. El equipo compartido por ambas Coreas en hockey sobre hielo femenino, o la presencia de la hermana del líder de Pyongyang en la competencia, fueron algunos de los gestos que generaron un incipiente clima de optimismo ante un conflicto que lleva más de medio siglo sin resolverse, y que ahora ha sumado un riesgo nuclear para el mundo.
“Los juegos de invernales fueron realmente ‘juegos de la paz, ya que allí se dio un gran paso hacia la desnuclearización de la península coreana y el asentamiento de la paz”, dice a PERFIL el embajador surcoreano en Buenos Aires, Lim Ki-Mo.
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“Si la Cumbre intercoreana y la Cumbre Estados Unidos-Corea del Norte se celebran de forma consecutiva en los próximos dos meses, podremos esperar grandes e importantes cambios. El mundo entero desea la paz antes que la guerra, la solución diplomática antes que una solución militar”, afirma el embajador Lim, que en marzo presentó sus cartas credenciales al presidente Mauricio Macri.
A pesar de los graves momentos de tensión de los últimos tiempos, cuando el régimen norcoreano desafió a la comunidad internacional y continuó con sus pruebas misilísticas y con el desarrollo de su programa nuclear, el diálogo entre Seúl y Pyongyang nunca se interrumpió por completo. Este nuevo momento, con dos reuniones clave por delante, “es un resultado que se ha conseguido no sólo a través de la conversación intercoreana, sino también por el fuerte apoyo de los Estados Unidos”, agrega el diplomático surcoreano.
“Si este ambiente continúa y culmina en la desnuclearización de Corea del Norte y la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambas Coreas y Estados Unidos, va a ser un hito en la historia de la paz mundial”, subraya.
El representante de Seúl en la Argentina sabe, de todos modos, que aún “hay muchos obstáculos” hasta alcanzar el objetivo buscado de poner fin a las armas nucleares en la península coreana, y por eso advierte que su país “cooperará de forma estrecha con la comunidad internacional para que las sanciones económicas sobre Corea del Norte se cumplan en tanto que no haya un avance sustantivo”.
El líder norcoreano ha hecho saber que está dispuesto a discutir, tanto en la cumbre con su par surcoreano, como en la eventual reunión con Trump, la desnuclearización del régimen. “El Gobierno de Corea del Sur se esforzará el máximo para que Corea del Norte decida la desnuclearización y se deshaga de sus misiles nucleares a través de todas las reuniones incluyendo la Cumbre intercoreana”, concluye el embajador Lim.
