POLITICA
OSCAR CAMILIN

Fue el "pato de la boda"

Fue ministro de Defensa durante la gestión de Carlos Menem. También se desempeñó como embajador argentino en Brasil y delegado de Naciones Unidas en Chipre. Se vinculó a su cartera con el tráfico de armas a Ecuadory Croacia hasta que un juez le dictó falta de mérito.

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Se recibió con Diploma de Honor en la Facultad de Derecho de la UBA, tuvo el triste privilegio de ser uno de los pocos civiles que participó como ministro en la dictadura militar –cuando ocupó el cargo de canciller durante la gestión del general Roberto Eduardo Viola–, fue delegado de la OEA y Naciones Unidas en Chipre y hasta alcanzó un puesto emblemático en la redacción del Diario Clarín: fue su jefe de redacción entre 1965 y 1972.
 
Abogado y periodista, con un pasado como propulsor del desarrollismo, Oscar Camilión –también para la dictadura– se desempeñó en el cargo de embajador argentino en Brasil de 1976 a 1981. Pero volvió a ocupar la función pública unos cuantos años después: en marzo de 1993 y como ministro. Fue durante la primer presidencia de Carlos Sául Menem y en el preciso momento que Antonio Ermán González salía por la puerta de la cartera de Defensa.
 
Camilión permaneció en ese ministerio hasta julio de 1996, cuando renunció a su cargo. En ese mismo período (aunque por otra causa) admitió haber cobrado 30 mil pesos por mes de un sobresueldo que nunca le declaró al fisco y depositó directamente en una cuenta suiza.
 
Aunque ahora fue procesado por esa causa, hubo otra que tampoco le dio respiro: es que el ex periodista estuvo al frente del ministerio en la misma época que se destapó el tráfico de armas a Croacia y Ecuador. Pero un juez dictaminó la falta de mérito de su imputación (aunque nunca se sabe). Sin embargo, el revuelo que se armó lo puso en jaque: lo interpeló la Cámara de Diputados y se fue de su cartera aduciendo “motivos personales”.
 
Entre otros rasgos de su carrera se lo consideró un referente del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) y compartió su carrera política con los líderes fundadores de esa agrupación, Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio. Por esa agrupación incluso se postuló como primer candidato a diputado en 1987.
 
Hace algunos años publicó sus recuerdos en un libro que tituló “Memorias políticas: De Frondizi a Menem”. Y como fue el primer procesado del gabinete del riojano por el tema de los sobresueldos salió a decir que se consideraba “el pato de la boda”. Ahora, ese chiste puede llevarlo a la cárcel por más de diez años y una inhabilitación perpetua para volver a ejercer un cargo público–. Digamos que podrá escribir el segundo tomo de sus memorias con paciencia.