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Aunque sobrecalificadas, los problemas para insertarse laboralmente son constantes

La desocupación, en especial en el mundo pospandemia afecta a todos por igual; en el caso de las mujeres, al 7,2%; y de los hombres, al 6,4%. Sin embargo, las dificultades para insertarse en el mercado de trabajo siguen siendo muy altas para los puestos femeninos, aun en los casos en que las profesionales estén altamente calificados educativamente. Incluso las brechas salariales, aunque menores, perduran para las mismas tareas.

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Lo pendiente. Las dificultades se extienden para conseguir puestos de trabajo con extensas jornadas de horario completo. | Shutterstock

El mayor nivel de calificación de las mujeres no les garantiza conseguir un trabajo, y de hecho la brecha de género se profundiza a medida que aumenta el nivel educativo. El dato surge del Anuario Estadístico que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó hace pocos días, y que compara cifras de países miembros.

De allí se desprende que con una educación de hasta cinco años, el 6,4% de los hombres y el 7,2% de las mujeres están desocupados. En tanto, con diez a doce años de formación, los hombres tienen un 8,9% de tasa de desocupación, mientras las mujeres un 12,8%. Es decir, la diferencia es del 0,8% y del 3,9%, respectivamente, superior en el caso de una mayor calificación de las mujeres.

Si bien la educación permanente se presenta como fundamental a la hora de acortar las brechas y generar oportunidades de empleo, esto no siempre funciona en la cuestión de igualdad de género.

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El estudio arroja otros datos interesantes. De jóvenes de 15 a 24 años que no estudian ni están ocupados, el 17,4% de las mujeres aduce que es por la necesidad de dedicarse a tareas no remuneradas en el hogar, mientras para los hombres esta cifra se reduce al 1,5%.

De la población sin ingresos propios, por otro lado, y entre los 15 y los 24 años, el 46% de las mujeres carece de este recurso, una cifra muy superior a la de los hombres, que ronda el 30%.

El informe muestra además que, con la edad, algunos niveles tienden a igualarse. Si la tasa de desocupación es del 7,8% para los hombres de entre 25 y 34 años y para las mujeres de la misma edad del 12,1%, para los mayores de 45 los niveles son del 4,8% y del 5%, respectivamente.

Además, según las estadísticas, las mujeres con trece años de instrucción o más representan el 27,7% de la población en promedio en la región, mientras los hombres, el 23,5%.

En el país sucede algo similar. Según la Cámara Argentina para la Formación Profesional y la Capacitación Laboral, las mujeres predominan a la hora de capacitarse laboral y profesionalmente, aunque siguen ganando menos que los varones por las mismas funciones.

Según los datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, las tasas de desocupación son del 6,2% para las mujeres con el primario incompleto y del 6,6% para los hombres, mientras estas cifras ascienden al 9,5% para las mujeres y del 6,8% para los hombres con secundario completo. En este caso también el grado de calificación básica amplía la brecha, cosa que no sucede en cambio cuando se habla de los niveles universitarios y terciarios. En este sentido, los datos indican que la desocupación entre hombres y mujeres con estudios universitarios completos tiene apenas una diferencia del 0,3%.

“La tasa de desocupación es del 7,8% para las mujeres, mientras que para los varones es del 6,1%, con una brecha de 1,7 puntos porcentuales. Esto significa un aumento en la brecha de 0,3 puntos porcentuales con respecto al mismo período de 2021”, señala el último informe del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. “Es mayor la proporción de mujeres que no tienen trabajo y lo están buscando activamente con respecto a sus pares varones, lo que muestra que ellas enfrentan mayores dificultades para conseguir un trabajo remunerado”.

Las diferencias no solamente se ven en el grado de desocupación, sino también en la cantidad de horas que hombres y mujeres pueden dedicar a sus empleos. La tasa de subocupación es del 13,3% para las mujeres, 3,9 puntos superior a la de los varones, que se ubica en el 9,4%. “Esta brecha se incrementó 0,6 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre de 2021”. Por tanto, “las mujeres no solo enfrentan mayores dificultades para conseguir trabajo, sino también para trabajar una jornada completa”.

En cuanto a la tasa de subocupación según sexo y grado de calificación, esto afecta al 22,9% de las mujeres y al 12,1% de los hombres con estudios primarios incompletos, brecha que permanece cuando se toma a la población con estudios secundarios completos, ya que los porcentajes ascienden al 14,2 para las mujeres y al 10,6 para los hombres. Sin embargo, en este indicador, los estudios universitarios dan una leve ventaja a las mujeres: la tasa de subocupación en este caso es del 7,6%, levemente menor que para los hombres con el mismo grado de calificación, que se ubican en el 9,7%.

En lo que coinciden las estadísticas es que en la mayoría de los casos las mujeres están más capacitadas, pero esto no se traduce en mejores trabajos, remuneraciones ni en una mayor tasa de empleo.