Eran casi las 9 de la mañana del miércoles 22 de febrero de 2012. El movimiento en la Ciudad de Buenos Aires se reanudaba en su cotidianeidad después de un feriado extra largo producto de los feriados de Carnaval. La normalidad se alteró cuando un tren de la línea Sarmiento no frenó y se estrelló contra la contención de la Estación Once, y la noticia no tardó en llegar a los portales de noticias que ya en esa época estaban atravesados por la velocidad del internet. Comenzaba a instalarse el término "Tragedia de Once".
PERFIL fue uno de los primeros medios en replicar el choque y en el avance de la jornada ofrecía un completo panorama sobre el tema, con notas sobre el estado del material ferroviario, las estadísticas de siniestros y las reacciones en la política. Además, Juan Pablo Schiavi, secretario de Transporte, había dejado una llamativa declaración tras la tragedia: “Si pasaba ayer, no era tan grave”. Al tiempo la Justicia lo condenó por administración fraudulenta, por haber sido partícipe de las negligencias que se cometieron desde la gestión política y colaboraron con lo que ocurrió.
Unas horas después del siniestro, la web de La Nación titulaba en formato catástrofe: “El choque del tren en Once dejó al menos 49 muertos y más de 550 heridos”. El artículo más leído del sitio era uno que contenía el video del momento en el que el tren chocó contra el extremo del andén, que minutos antes lo había difundido el canal C5N.
A la mañana siguiente de la tragedia, el sitio infobae.com titulaba que ya eran 50 las víctimas fatales por el choque: todavía faltaba encontrar a la víctima 51, que fue Lucas Menghini Rey, el joven que apareció casi tres días después del choque en una cabina ubicada entre el tercer y cuarto vagón. En tanto, Roque Cirigliano, uno de los directivos de la empresa que tenía la concesión ferroviaria afirmaba que “el vehículo estaba en buenas condiciones”, algo que la Justicia determinó que no era tal.
“Choque de un tren en Once: hay 50 heridos y 676 heridos”, titulaba la web de Clarín horas después del choque. La galería de fotos del hecho graficaba a la perfección la elocuencia de la tragedia que conmocionó a todo un país y dejó expuestas las graves fallas en un sistema ferroviario del que cada día eran rehenes miles de personas.
Clarín mantuvo el tono de impacto en su edición papel que salió a la luz al día siguiente de la tragedia y que en el título la calificó como “anunciada”. La portada vendía un informe especial con la reacción de los pasajeros tras el siniestro, el estado de las obras de inversión, cómo se viajaba y la galería de imágenes “de una mañana terrible”.
El fin de semana siguiente al choque, Diario Perfil llevó la tragedia como tema principal de las portadas de sábado y domingo. En primer lugar, la foto del sábado reflejó la furia que se desató en Once tras la aparición, más de dos días después, del cuerpo de Lucas Menghini Rey. El título, en tanto, fue una declaración de Marcos Córdoba: “’Avisé que no tenía frenos’. El motorman dijo que le ordenaron continuar el viaje”. El domingo, en tanto, el eje giró en torno a la aparición del joven que había sido buscado intensamente por su familia y su caso sumaba más conmoción social.
"Estación horror”, tituló Página/12 con una foto a lo ancho de la portada en la que se veía a un pasajero mientras era rescatado por los Bomberos minutos después del choque. “’Sentí una explosión fuerte, humo y polvareda’ Pasajeros y testigos que estaban en el andén cuentan el accidente y los primeros minutos posteriores de confusión y desolación. En el tren nadie quedó en pie, con los pasajeros enredados y unos sobre otros”, reflejaba uno de los recuadros de tapa.
“Desastre”, eligió el diario Crónica para graficar lo que había ocurrido el día anterior en la estación Once. Fiel a estilo periodístico, fue una cobertura repleta de imágenes explícitas de la tragedia.
