Creado en 1841 y lugar de hospedaje de distinguidas figuras de la historia –desde Michael Jackson a Sigmund Freud– el histórico hotel Bayerischer Hof de Munich, Alemania, es el lugar donde el jefe de Estado Alberto Fernández pasará su estadía con motivo de la Cumbre del G7 que tiene lugar en ese país. Allí también se alojan los representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, entre otros.
A pocos minutos de la plaza central y corazón de Múnich, Marienplatz, este hotel supo ser el más grande de Europa y era el preferido del ícono del pop, Michael Jackson. A pocos metros de allí, incluso, hay un altar en su memoria, donde sus admiradores le dejan flores y fotos desde que el "rey del pop" falleció en 2009.
Schloss Elmau, el castillo bávaro que fue refugio de nazis y hoy es la sede del G7
El imponente edificio tiene 337 habitaciones y suites, y 40 espacios para eventos diferentes, además de bares y restaurantes para todos los gustos.
Las habitaciones son de primera categoría, y varían en diseño y lujo: algunas de ellas fueron ambientadas por el artista belga Axel Vervoordt, amigo personal del actual propietario del hotel.
Con Narendra Modi, Alberto Fernández abrió una serie de 7 reuniones bilaterales en 36 horas
Vervoordt también acondicionó la la suite palaciega "King Ludwig I" del hotel, ubicada en el último piso, y cuyo costo asciende a más de £ 10.500 la noche, según consignó Forbes en un artículo publicado en 2020.
El hotel cuenta además con un cine privado, que pueden visitar tanto los ciudadanos de Munich como los turistas, además de cinco restaurantes, un spa llamado Blue, peluquería, gimnasio, una gran pileta y seis bares de estilos diferentes distribuidos por todo el hotel, uno de ellos conocido como bar de jazz de primer nivel.
La comida dentro del hotel ofrece infinitas experiencias. Es que el lugar tiene cinco restaurantes de diferentes estilos y ofertas gastronómicas, incluso uno de ellos cuenta con tres estrellas Michelin.
Por estos pasillos años atrás pasaron la emperatriz Isabel de Austria, Sigmund Freud y el rey Ludwig I de Baviera, quien según cuenta la historia, lo visitaba regularmente para tomar un "baño real" cuando en su propia residencia no tenía agua corriente caliente.
Uno de los tantos espacios que ofrece el Bayerischer Hof tiene una historia que data de 1443: por aquellos años, se utilizaba como almacén de sal local, antes de convertirse en restaurante en 1972, cuando el propietario del hotel por entonces era Falk Volkhardt.
Actualmente, allí cocina el reconocido chef Tobias Heinze, quien utiliza exclusivamente productos regionales y de temporada para su cocina. Tartar de ternera con huevo de codorniz frito o salchichas con puré de papas y chucrut son algunos de sus platos principales.
Con retoques, reformas y actualizaciones de su arquitectura y diseño a lo largo de sus más de 180 años de vida, el hotel permanece como referente de estilo e historia europea, y desde su terraza se puede tener una vista privilegiada de la ciudad de Múnich.
ag / ds