El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó hoy lunes 16 de marzo que la emergencia global que se vive por la pandemia del coronavirus “no es el fin del mundo”, al justificar su apoyo a las marchas en favor de su gobierno que se realizaron ayer en varias ciudades de Brasil, incluyendo Brasilia, a la que se acercó el mandatario a saludar a manifestantes.
Bolsonaro estrechó manos ayer de varios de los asistentes a la concentración realizada en la capital, desoyendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de su propio gobierno. Once de sus colaboradores se contagiaron el coronavirus, por lo que el presidente estuvo en cuarentena hasta que un test le dio negativo. En Brasil se han registrado 200 casos hasta ahora.
Bolsonaro minimizó la situación: “Debemos respetar, tomas medidas sanitarias, pero no podemos entrar en una neurosis como su fuese el fin del mundo”, afirmó, aunque al mismo tiempo admitió temer “lo peor”: Con toda certeza, muchos se van a contagiar, independientemente de las precauciones que tomemos. Va a pasar más tarde o más temprano".
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El propio presidente convocó el domingo manifestaciones en las capitales del país contra el Congreso y el Tribunal Supremo, bajo el lema “Brasil es nuestro, no de los políticos de siempre”, una convocatoria que suscitó una fuerte reacción de grupos opositores y hasta de aliados del mandatario.
El viernes, Bolsonaro pidió a los brasileños, en un video junto en el que aparecía con mascarilla, "evitar grandes concentraciones de gente", incluidas las manifestaciones del domingo. "Queremos un pueblo activo y celoso con la cosa pública, pero nunca podemos poner nuestra salud en peligro", dijo.
Sin embargo, ayer se saltó sus propias recomendaciones y acudió a la manifestación en Brasilia. Aunque fue en coche, llegó a saludar a algunas personas.
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) March 15, 2020
La participación de Bolsonaro arrancó las críticas de los presidentes de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y del Senado, Davi Alcolumbre, que lo llegaron a acusar de "atentar" contra la salud pública. "Es hora de que maduremos como nación", pidió el jefe de la cámara alta en un comunicado.
Al rechazar las críticas, el presidente pidió adoptar medidas preventivas pero "sin histerismo", y consideró que las acciones excesivas pueden tener un gran impacto económico, como por ejemplo una posible "ola de desempleo".
“La economía tiene que funcionar. No podemos tener una ola de desempleo. El desempleo lleva a que las personas no se alimenten bien y al alimentarse peor son más vulnerables, por lo que pueden terminar contagiadas y llegar hasta la muerte", afirmó.
SF