INTERNACIONAL
Presidentes anti OMS

Los negadores de la pandemia

Trump, Bolsonaro, López Obrador y Ortega subestimaron la amenaza del coronavirus. Los actos y abrazos más irresponsables del mundo.

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Donald Trump. | AFP

Ante la amenaza global a la salud pública, no todos los jefes de Estado se pusieron en la primera línea de combate en la lucha contra el coronavirus, ni siguieron las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Algunos, incluso, no se tomaron con seriedad la pandemia. Donald Trump, Jair Bolsonaro, Andrés Manuel López Obrador y Daniel Ortega negaron, subestimaron o se burlaron de la situación, fomentando a sus ciudadanos a salir a las calles y participar de actos masivos.

Trump fue el primero en hacerlo. En los albores de la crisis, cuando sólo había 61 casos confirmados en Estados Unidos, la Casa Blanca acusó a la prensa de cubrir en exceso noticias vinculadas con el virus para “derribar al presidente”. “Esto es más bien como una gripe, hay que tratarlo como una gripe”, dijo el líder republicano, que "vaticinó" que desaparecerá "milagrosamente". Pero a medida que se multiplicaron, llegando a la cifra de 1.678 personas infectadas y 41 muertes, su actitud cambió. Desesperadamente, pidió a los laboratorios que desarrollen una vacuna, llegando incluso a ofrecer dinero para que un laboratorio alemán la produzca en exclusividad para su país. La revista Science cargó duramente contra él en su último editorial: “Háganos un favor, señor presidente. Si quiere algo, comience a tratar a la ciencia y sus principios con respeto”.

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Trump no fue el único. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, promovió el domingo que sus seguidores salieran a las calles en distintas ciudades del país y dijo que las medidas de cancelación de espectáculos son “extremistas” y generan “histeria”. En Brasil hay 200 personas contagiadas y aún no se suspendieron los vuelos ni las clases en todo el país.

La izquierda regional también tiene a sus escépticos frente al riesgo del Covid-19. Andrés Manuel López Obrador pidió a los mexicanos que se abracen. “Hay que abrazarse, no pasa nada”, dijo en su conferencia de prensa matinal. Y lo puso en práctica: en un acto ayer en el estado de Guerrero besó a cientos de personas, entre ellos niños y ancianos.

Daniel Ortega, el presidente de Nicaragua acusado por Naciones Unidas de violaciones a los derechos humanos en la represión de protestas contra su Gobierno, organizó el domingo una caravana masiva integrada por sandinistas y empleados públicos. La marcha, llamada “Amor en tiempos del Covid-19”, contradijo todas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Convenientemente, Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, no participaron de la aglomeración que ellos mismos habían convocado.