Especialistas sanitarios brasileños piden que el país adopte medidas tan extremas como las de China y otros países asiáticos si no quiere que el coronavirus, que según el último relatorio oficial tiene 121 casos confirmados, 1.496 “sospechosos” en 13 de los 27 estados y ninguna muerte, se extienda fuera de control. Según los epidemiólogos consultados por Folha de Sao Paulo, el país debería, entre otras cosas, suspender las clases, todos los espectáculos deportivos y artísticos, los cultos religiosos y cualquier reunión de envergadura, así como restringir la asistencia de la gente a sus trabajos y la circulación por las ciudades.
Esto habría que decidirlo en no más de 20 días, según los especialistas en la progresión en el contagio de pandemias como la del coronavirus, siguiendo el ejemplo de países como Corea del Sur, Singapur o Japón, que lograron tener un crecimiento de casos muy inferior, por ejemplo, al de Italia, que demoró en tomar medidas drásticas.
En Corea del Sur, por ejemplo, luego de una explosión de casos –tras el contagio masivo sufrido por miembros de una Iglesia cristiana–, los casos se estabilizaron tras las medidas adoptadas por el gobierno. “No tengo ninguna duda que fue por la intervención. Hicieron un esfuerzo brutal”, dice Claudio Struchiner, doctor en dinámica poblacional de enfermedades infecciosas por la Universidad de Harvard, al hablar de los países asiáticos.
Otra especialista, Miriam Dal Ben, infectóloga del Hospital Sirio-Libanés de San Pablo, agrega por su parte que “cuando se compara la velocidad de ritmo de casos totales, las curvas, entre países asiáticos y Europa, parece evidente que la diferencia se dio por las medidas drásticas de los gobiernos”. “Si no hacen nada, puede ser terrible. Vamos a tener una epidemia y va a crecer. Ya no estamos en la fase de contención, de evitar, sino en la de suavizar sus efectos y reducir el número de personas afectadas, sostiene el físico Roberto Kraenkel, estudioso del comportamiento de las epidemias.
En Brasil hasta ahora no hubo grandes medidas ante la aparición del coronavirus, como en otros países de la región. El propio presidente Jair Bolsonaro demoró en realizarse un test, pese a que un miembro de la delegación que lo acompañó a Estados Unidos se contagió el Covid-19.
Brasilia. Una de las pocas regiones que tomó medidas más contundentes fue el Distrito Federal, donde se ubica Brasilia, cuyo gobernador, Ibaneis Rocha, ayer decidió extender por quince días la suspensión de las clases en las escuelas públicas y privadas y en las universidades que ya había aplicado.
La suspensión de clases será considerada como un adelanto de las vacaciones de julio, y comenzará el próximo lunes.
Mediante un decreto, Rocha también suspendió las actividades colectivas en los cines y teatros y los eventos con público superior a las cien personas. También se establece que los bares y resturantes deben mantener sus mesas a una distancia mínima de dos metros entre ellas, y que todos los eventos deportivos sean sin público.