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Pandemia de coronavirus

Fotogalería | Así viven las personas en situación de calle en Berlín

La capital de Alemania tiene dos mil indigentes viviendo en la calle. Por la pandemia, cerraron los comedores populares y sus necesidades se multiplican.

Berlin homeless
En la capital de Alemania viven 2000 personas en la calle | Shutterstock y Cedoc Perfil

Michel tiene 19 años y vive en la calles de Berlín “La gente cree que por eso tenemos más probabilidades de infectarnos y propagar el coronavirus. Si nos subimos al subte y la gente se da cuenta de que somos homeless, se alejan. Para ellos somos escoria”, dice la entrevistada en el video de la agencia alemana de noticias Deutsche Welle

En febrero de este 2020 se conocieron los resultados de un censo oficial realizado a los sin techo en la ciudad de Berlín. En la capital de Alemania viven 1.976 indigentes. Casi la mitad de ellos (942) solicitaron ayuda para pasar el invierno y otros 807 pasan la noche en lugares públicos. Se sabe que 154 duermen en las estaciones de trenes y metro. Sólo 15 tienen acceso a los hospitales de rescate y 12 están bajo custodia policial. Por el coronavirus, muchos comedores públicos cerraron sus puertas.

Uno de los centro de ayuda a homeless funciona en la estación de tren del zoológico de Berlín. Los últimos inviernos, era común ver delante de la puerta la fila de gente que esperaba un sándwich o un plato de sopa, pero desde que se declaró la pandemia, el centro cerró sus puertas, ya que la mayor parte de los voluntarios que la atienden son adultos en la tercera edad. “Viene más gente, de todos modos, hay muchos en peores condiciones y necesitan más ayuda” declaró “Willi Nadolny, encargado de este espacio que se conoce como Misión Estación Zoo, durante una entrevista a Human Rights Watch, la organización humanitaria que contraría la estadística oficial. Según HRW hay 6.000 indigentes en la capital alemana, de los cuales, sólo 350 pueden acceder a la ayuda estatal. Es decir las necesidades se multiplican por tres. 


Los homeless son población de riesgo. Con las calles vacías, su pobreza y sus necesidades aumentan aún más. ¿A quién tocarle una pieza de música o venderle alguna chuchería? ¿Cómo van a quedarse en casa si no tienen dónde ir? Muchas veces ni siquiera cuentan con acceso a agua y jabón. Aun así, Nadolny y algún nuevo colaborador les pasan una vianda por una ventana. Por otra parte, en varios barrios los vecinos comenzaron a colgar bolsas transparentes con comida para que los necesitados vayan a buscarla. Se llaman “Portones de donación”. En la ciudad comenzaron a asomar nuevas formas de solidaridad. 

La ONG Karuna es una de las que suma su ayuda en estos momentos. No sólo distribuye paquetes de comida sino que acaba de entregar dos mil teléfonos celulares  “para hacer un seguimiento de los desprotegidos. Esto garantiza que no sean olvidados”, explica a DW Joerg Richert, gerente de la organización que ya en 2007 se hizo conocida por su política de construir escuelas para los chicos de la calle. “Estamos convencidos de que si a los menores con un entorno adverso se les permite crecer lo más temprano posible en un espacio afectuoso, confiable y educativamente rico, sus posibilidades de tener una buena vida se multiplican”, aseguraba Richert cuando reconstruía edificios viejos en los barrios marginales de Berlín, para convertirlos en escuelas.

En paralelo, el Senado alemán promueve un Servicio de Ayuda para las Personas sin Hogar (Wohnungslosenhilfe), con el aporte de algunas instituciones benéficas y centros religiosos como la Parroquia San Antonio, que tiene un programa de ayuda invernal que provee a los sin techo “un lugar donde dormir, seguridad, dignidad y un sentido de pertenencia”. Fundado por el diácono Wolfgang Willisch, él mismo decide a quién se permitirá ingresar a las cabañas que se comparten en dormitorios de a 4 personas. A las 18 hs, los huéspedes temporales deben ingresar y a las 8 hs del siguiente día deberán entregar las llaves, y marcharse a probar suerte. De todos modos, se les permite dejar sus pertenencias mientras no estén. Los requisitos para ingresar son “tener cierta estabilidad mental y la responsabilidad de mantener limpio su cuarto”. A este programa se sumaron últimamente 8 unidades móviles con camas provistas por la compañía My Molo. 

 

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En los meses de invierno puede hacer mucho frío en Berlín, por eso la página oficial de la ciudad, explicita que el Berliner Kältehilfe (Servicio de Ayuda Berlinés contra el Frío), que depende del Senado, ofrece una amplia oferta de posibilidades de empleo, asesoramiento y atención. Tanto en la oficina del Centro de Bienvenida de Berlín, sobre Potsdamer Straße 65, como on line, todos los homeless que sepan leer –o tengan acceso a un dispositivo electrónico, claro- pueden consultar la Guía de Ayuda Contra el Frío, está disponible en alemán, pero con versiones resumidas en ruso, búlgaro, polaco, rumano e inglés.

Allí pueden buscar ofertas de alojamiento de emergencia durante todo el año, estancias de un día, centros de asesoramiento, proyectos de atención médica o higiénica, tiendas de ropa y comedores populares. El proyecto Frostschutzengel (Ángel de la Guarda contra la congelación) ofrece asesoramiento y apoyo sanitario multilingüe especialmente para los ciudadanos de la Unión Europea sin hogar. 

El Centro de Bienvenida de Berlín abre sus puertas lunes, martes y jueves de 9 a 13 hs y también jueves de 15a 18 hs; media hora antes del horario de apertura se entregan números de atención.

MT / CP