El avance de la pandemia de coronavirus en la Capital Federal, que es uno de los puntos más serios que tiene bajo análisis el presidente Alberto Fernández para definir como sigue la cuarentena después del 10 de mayo, dejó este jueves 7 de mayo otra noticia preocupante: en un geriátrico de Recoleta se detectaron 27 casos positivos entre los ancianos alojados, de un total de 40 alojados en el lugar. También se contagiaron seis trabajadores del lugar, lo que llevó el total de contagios a 37 personas, todas ellas sin cuadros que revistan gravedad, según se indicó, y la mayoría asintomáticos.
Se trata de la residencia geriátrica Carpe Diem, en Paraguay al 2400, y 30 adultos mayores debieron ser trasladados a distintos nosocomios, algunos en los lugares que dispusieron sus obras sociales, y otros sin cobertura privada a distintos establecimientos asistenciales públicos. El titular del SAME, Alberto Crescenti, encabezó el operativo de ambulancias, que duró varias horas, e incluyó también un fuerte operativo policial en la zona.
"Acá se cumplieron todos los protocolos, se trata de todos casos asintomáticos, habíamos hecho estudios que primero dieron negativos, y los nuevos estudios encontraron esta situación, cuando descubrimos que había casos positivos dimos el aviso como corresponde", dijo Blas Rimmaudo, uno de los responsables del geriátrico.
Según trascendió, la situación del contagio masivo se detectó luego que uno de los residentes manifestara el jueves 30 de abril que le dolía la garganta, y al día siguiente mostrara un cuadro febril. Atento a esa situación, se le realizó a ese internado el hisopado respectivo, y se dispuso como medida de prevención extender ese estudio a todos los alojados en el lugar. Así fue como se comprobó primero que el caso inicial era positivo, y luego llegó la verificación del contagio masivo, aunque se recalcó que no había en el lugar "nadie que mostrara cuadros de gravedad, eran todos contagios asintomáticos".
"Hemos tomado medidas por encima de los protocolos que exige la ciudad de Buenos Aires", aseguró a TodoNoticias el doctor Alejandro Paolasso, señalando que "justamemte porque tomábamos medidas que hasta se calificaban de exageradas es que descubrimos esto", señaló el profesional. "Por protocolo teníamos que esperar tres días luego del caso sospechoso inicial para hacer estudios a todos, y los hicimos el primer día, incluso cuando todos eran asintomáticos, de inmediato dimos aviso a las autoridades, pero como se actuó como se debía, es que seguramente van a quedar aquí los internados que dieron negativo", agregó el doctor Paolasso.
Finalmente pasadas las 22 el doctor Crescenti se encargó de señalar que habían sido trasladados 33 personas, entre adultos mayores internados en ese geriátrico y trabajadores, destacando que incluso el SAME había cumplido con los traslados de algunos de los empleados afectados, ante la demora que tenía la respuesta del gremio respectivo para responder a esa cuestión. Cuando lo consultaron sobre las responsabilidades que podían apuntar a los responsables del geriátrico, Crescenti se limitó a señalar que no podía hablar de esa cuestión, mantuvo también le hermetismo sobre la lista de ancianos trasladados ("esa información es solo para sus familias", señaló) y hasta evitó comentar la versión que indicaba que una de las personas afectadas "era la madre de Charly García".
Hace unos días el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires había anunciado que 80 inspectores saldrían a la calle a revisar la situación sanitaria en las instituciones dedicadas al cuidado y alojamiento de las personas mayores. El plan era fiscalizar los 478 geriátricos que tiene la Ciudad, con capacidad para 25 mil plazas.
En rigor, de ellos, 267 ya se habían controlado este año, con lo cual la idea del Gobierno porteño fue comenzar con aquellos que aún no habían sido visitados. “Desde hoy calculamos que nos va a llevar tres o cuatro días fiscalizar todos”, apuntan en la sede gubernamental de la calle Uspallata. Cuatro países donde los geriátricos se convirtieron en "bombas de tiempo" del coronavirus En concreto, en las auditorías que viene realizando la Ciudad las principales irregularidades tienen que ver con la falta de personal (tanto médico como general), la falta de actualización de los libros y la falta de servicio alternativo de energía.
Para el control de los geriátricos en el Gobierno porteño existe un organismo dedicado a ello denominada “Unidad Ejecutora de Registro y Regulación de Establecimientos Geriátricos”. Allí hay un cuerpo de fiscalizadores que son los que, por rutina o motivadas en una denuncia, visitan las residencias. En las inspecciones de rutina se suman funcionarios de Desarrollo Humano, de quien depende el área de Tercera Edad, y de la Agencia Gubernamental de Control. Sin embargo, con la llegada de la pandemia se suspendieron a partir del 16 de marzo las inspecciones de este tipo, “a efecto de reducir la cantidad de personas que ingresaban a los establecimientos geriátricos, con el fin de preservar a los residentes”, explicaron fuentes oficiales.
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