La visita de las medusas no son una novedad en Uruguay, pero desde noviembre, son las turistas más asiduas en las playas de Punta del Este.
De hecho, la Red de Avistamiento de Medusas de Uruguay (RAM), organizada por Alicia Dutra, profesora de Ciencias Biológicas, hace varias semanas que las sigue de cerca.
La profesora señaló a Montevideo Portal, que estuvo viendo con sus alumnos que “la mayor parte de ellas pertenecería a la especie Chrysaora láctea, que es una medusa de toxicidad moderada". Es la más común de todas y puede ser rosa, transparente o violácea; llega a medir 20 centímetros.
Con 4 brazos, una boca central y numerosos tentáculos largos en la circunferencia de la campana resulta difícil que la Chrysaora láctea no toque nada a su paso. Si es su pierna, se irritará la piel y provocará ardor; nada más.
"Normalmente se acumulan en la zona del puerto. En estos días también hubo otra especie de aguaviva en Piriápolis que tiene menos toxicidad", agregó.
De hecho, en la costa uruguaya suelen asomar varios tipos: las escifomedusas, las tapiocas y medusas reloj (hidromedusas), la fisalia (sifonóforos) y las cubomedusas. Las más abundantes son las hidromedusas, que nunca superan los 3 cm de diámetro, pero dejan un hormigueo si se tocan.
La más urticante de todas es la cubomedusa, (Tamoya haplonema), típica de aguas tropicales, por eso sólo aparece en verano.
Es más rara y tiene menos gracia al moverse; se ve torpe con una campana en forma de prisma que llega a medir 15 cm de altura. Con cuatro tentáculos manotea bastante a su paso.
“Las medusas y animales parecidos son organismos muy frágiles, no tienen gran capacidad de nado y son arrastradas por las corrientes formando parte del zooplancton. Son grandes predadoras de larvas de peces o pequeños crustáceos, pero también forman parte de la dieta de tortugas marinas, peces y moluscos”, explican en su página web Valentina Leoni y Fabrizio Scarabino, docentes del Centro Universitario de la Región Este (CURE),
Si un aguaviva pica a una persona, debe lavarse la zona con abundante agua salada. Si el aguaviva tenía tentáculos pegajosos, es necesario envolverse la mano con una bolsa de nylon, como si fuera un guante, y sacar todo lo que esté pegado a la piel; luego lavar con agua salada, sin fregar".
“Es importante que no se ponga agua dulce. Si duele mucho, se puede poner hielo dentro de una bolsa de nylon y apoyarla en la zona", señaló Dutra.
El agua dulce “no tiene nunca que entrar en contacto con las células urticantes de la medusa que podrían haber quedado sobre la piel", agregó la profesora.
Dutra sostuvo que "si la persona es alérgica y siente ardor debe ir inmediatamente a la emergencia". "Hay algunas aguavivas que pueden dar reacciones alérgicas importantes. Si un niño fue picado en varias partes del cuerpo o si la piel se enrojece mucho o hincha, hay que hacer una consulta médica", aseguró.
Además, señaló que "es importante que los guardavidas tengan las cartillas de identificación de las medusas. Para que el bañista pueda reconocer qué medusa es, si la vio, y tener una idea de toxicidad y precauciones a tener".
