Con la participación de la socióloga Dora Barrancos, el Ministerio de Defensa relanzó el denominado Consejo de Políticas de Género con el que buscan recuperar el rol asesor de este cuerpo interdisciplinario luego de ser marginado de este papel durante los últimos años. A una década de las resoluciones que guiaron la inclusión de esta perspectiva dentro de la labor de las fuerzas armadas, la meta es repensar la profesión de la mano de mujeres militares que ahora buscan conciliar sus carreras con la maternidad.
"En los últimos años, este cuerpo perdió un poco su rol asesor, y mucho dependió del lugar que le da cada administración a las políticas de género. Se focalizó en otros temas. Ahora, el objetivo es retomar ese papel con temas específicos que aparecen cuando las mujeres del Cuerpo Comando empiezan a ser madres", indicó a PERFIL Laura Massón, directora de Política de Género del ministerio. "El primer objetivo es discutir políticas de cuidado para las mujeres del Cuerpo Comando, que es el que tiene formación estrictamente militar. Son el corazón identitario de la institución", añadió la funcionaria.
"En los últimos años, este cuerpo perdió un poco su rol asesor. Ahora, el objetivo es retomar ese papel cuando las mujeres del Cuerpo Comando empiezan a ser madres"
La cumbre virtual contó también no solo con la presencia del titular de Defensa, Agustín Rossi, pero el aporte, por primera vez, de representantes de las tres armas, egresadas del Colegio Militar de la Nación, de la Escuela Naval Militar y de la Escuela de Aviación Militar. Muchas de esas mujeres que desarrollaron sus carreras de la mano de las nuevas políticas, ahora son madres y compartieron su experiencia en esta primera cita para desarrollar nuevas políticas para comenzar a repensar el rol de las mujeres dentro de las fuerzas tanto en su condición de madres como de militares.
Como señalan los datos del ministerio, entre 2010 y 2019, las mujeres incrementaron su participación en el Cuerpo Comando si bien todavía no han alcanzado las más altas jerarquías. En el Ejército fue del 2 al 5,6 por ciento; en la Armada, del 2 al 9,4 por ciento y en la Fuerza Aérea, del 0,7 al 4,6 por ciento. En el plano general, la participación femenina en todo el Cuerpo Comando fue del 1,6 al 6,5 por ciento. A lo largo del mismo período, el Cuerpo Profesionales, que concentra a quienes se forman en las universidades y luego se incorporan a servicios como Sanidad, Justicia, Veterinaria y Educación Física, crecieron del 29,3 al 34,4 por ciento.
Entre 2010 y 2019, las mujeres incrementaron su participación en el Cuerpo Comando si bien todavía no han alcanzado las más altas jerarquías.
"Hicimos una evaluación de las políticas de género a diez años y una de las tensiones que vimos es entre las mujeres que hicieron la carrera con y sin estas políticas", subraya Massón. Y explica: "Las segundas no reconocen el derecho de las primeras, consideran que si una mujer trabaja menos horas para amamantar, es un abuso, porque ellas debieron cortarlo antes, dejaron a sus hijos al cuidado de otras personas, e hicieron su carrera sin estos derechos"
Esta tensión entre "las mujeres de la vieja guardia", como las llama la especialista, "que son excelentes militares pero que acomodaron su vida a una institución que no prevé un ser humano sin otras demandas que no sean las laborales", forma parte de una investigación que pronto saldrá a la luz bajo el título de "Militares Argentinas". Es una iniciativa con la que Defensa busca recuperar la publicación sobre políticas de géneros que el ministerio promocionaba con la gestión de Nilda Garré, la primera ministra del área.
"Una tensión que vimos es entre mujeres que hicieron la carrera con y sin estas políticas: las segundas piensan que si una mujer trabaja menos para amamantar es un abuso"
El Consejo para Políticas de Género del Ministerio de Defensa nació en 2007 como un cuerpo que nuclea a representantes de la sociedad civil, militares y académicas, para asesor a la conducción política en la mejora de las condiciones de acceso, permanencia y progreso en la carrera militar. De su mesa, surgieron cambios a las normativas que regían los ascensos, la apertura de jardines maternales, para evitar la deserción, se fomentó la paternidad responsable con una licencia ampliada de tres a diez días, se impusieron equipos de atención a víctimas de violencia intrafamiliar, se modificó la reglamentación de uniformes para la confección de modelos para mujeres y, como dato principal, se abrió el acceso de las mujeres a todas las armas y escalafones de las Fuerzas Armadas.
“Celebro esta reedición del Consejo para Políticas de Género y espero el asesoramiento para llevar adelante y profundizar estas políticas desde mi rol dentro del Ministerio de Defensa”, remarcó Rossi. A su turno, Barrancos auguró "un trabajo que sé que será muy renovado, de perspectivas muy promisorias en la búsqueda de equidades en las fuerzas”. Y destacó: “Estoy segura que toda la contribución que haga el Consejo será fundamental a la democratización profunda de las Fuerzas Armadas”.
