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Efemérides 14 de enero

Hace 125 años, un aventurero llegó a la cumbre del Aconcagua por primera vez en la historia

Mattia Zurbriggen era un conocido guía de montaña en los Montes Alpes cuando el alemán Paul Güssfeldt lo sumó al mayor desafío de la historia del montañismo: hacer cima en el “techo de América”, a 6.979 metros sobre el nivel del mar.

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Matthìas Zurbriggen | weekend-shuterstock

El 14 de enero de 1897 el suizo Mattìa Zurbriggen selló para siempre su nombre a la historia de los grandes escaladores de montañas al ser el primero en poner sus pies sobre la cima del cerro Aconcagua, el “techo de América” de 6.979 metros sobre el nivel del mar.

El primer intento fallido de hacer cima en el Aconcagua se había registrado exactamente catorce años antes, el 20 de enero de 1883, cuando el alemán Paul Güssfeldt dijo “hasta acá llegué” y se plantó en los 6450 metros. La gloria de los últimos 529 metros quedarían para el próximo aventurero, Mattìa Zurbriggen.  

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Mattia Zurbriggen se atrevió a los picos más temidos y por su temeridad lo llamaban "el Diablo".

Apenas un año antes de la hazaña del suizo Mattìa Zurbriggen, el inglés Edward FitzGerald no quiso quedarse atrás y organizó su propia expedición con la ambición de llegar a la cumbre del Aconcagua y entre quienes lo acompañaron se encontraba precisamente Matthias Zurbriggen, que ya era un conocido guía de montaña en los Alpes suizos.

Un año más tarde, el 14 de enero de 1897, cuando Mattia Zurbriggen hizo cumbre en el Aconcagua, también estaba junto a FitzGerald, que logró dar unos pasos más y alcanzar los 6800 metros. 

Testarudo como pocos, Mattìa Zurbriggen no se detuvo y así se convirtió en la primer persona de la historia en plantar bandera en la cima del Aconcagua

Fue el el 8 de marzo de 1934 cuando el primer escalador argentino logró plantar la bandera nacional en el techo helado del mayor pico de América. Fue el Teniente Nicolás Plantamura, del Ejército Argentino, y lo acompañaban tres alpinistas italianos y un arriero chileno, Mariano Pastén.

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Un hito de las aventuras de montaña: hacer cumbre en el Aconcagua, el 14 de enero de 1897.

Al Aconcagua 

La ruta denominada “normal” (Noroeste) en los ascensos al cerro Aconcagua demora en promedio 15 días de recorrido y, con viento a favor, logrará alcanzar la cima (el peor “enemigo” del ascenso es el viento blanco) desde Plaza Cólera (5970 msnm). Las aclimataciones se hacen en Plaza Francia (4000 m), Plaza de Mulas (4.300 m) y sucesivamente en los campamentos base de Plaza Canadá (5050 m) y Nido de Cóndores (5550 m).

El primer ascenso por la vía Noreste, Glaciar de los Polacos, se logró recién en 1934 y la hazaña correspondió a cuatro aventureros de esa nacionalidad, cuando ya se habían sumado siete ascensos al bautismo de “hielo” de Mattia Zurbriggen.

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La ruta del Noroeste es la más accesible, pero requiere fuerte entrenamiento físico previo.

Se precisaron seis años más para que una mujer pudiera tener el reconocimiento de haber dominado la cima del Aconcagua y correspondió a la francesa Adriana Bance, el 7 de marzo de 1940.

Por su parte, la primera ascensión por la temida ladera Sur la lograron los alemanes Koop y Herold en el año 1947.

De la cumbre del Aconcagua al pozo

El suizo Mattia Zurbriggen nació en Saas-Fee, el 15 de mayo de 1856 en el seno de una familia muy humilde que se trasladó a Italia para mejorar su situación económica. Radicados en Macugnana, una región de Piamonte que hoy día apenas suma 626 habitantes, Zurbriggen comenzó a trabajar como guía de montaña para ayudar a su familia. 

Su temeridad, resistencia y destreza lo hicieron conocido en la zona y comenzaron a contratarlo como acompañante de varias expediciones. Fue así como recorrió numerosos países y aprendió varias lenguas, incluido el indostaní.

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Un bronce recuerda el hito de Mattia Zurbriggen del 14 de enero de 1897.

El 7 de agosto de 1886, ganó fama mundial en el ambiente del alpinismo cuando, como guía de montaña, formó parte del equipo de escaladores que llegó a la cara Este de Monte Rosa, el segundo más elevado de los Montes Alpes, tras el Monte Blanc.

Poco después de hacer cima en el Aconcagua, el 15 de abril de 1897, junto con su colega y gran amigo personal, Stuart Vines, logró su segunda hazaña en Sudamérica al cubrir los 6.650 metros del cerro volcánico Tupungato.

Los siguientes años, los cerros italianos Cerviño y Jazzi, junto con los montes Sealy, Tasman, Silberhorn, Haidinger y Sefton de Nueva Zelanda no guardaron secretos para él.

Aunque parecía que la suerte estaba de su lado, la vida personal de Mattìa Zurbriggen, “el Diablo”, como lo apodaban, protagonizaba sus propios y silenciosos ascensos y caídas. Finalmente, tras separarse de su esposa, se convirtió en alcohólico y se quitó la vida el 21 de junio de 1917.