A pesar de la pandemia, el año 2021 fue una bendición para los claustros universitarios. Los dos siglos de vida de la Universidad de Buenos Aires; 407 años para “La Docta” Universidad de Córdoba –con raíces jesuitas-; más de un siglo para la Universidad Nacional del Litoral y otro tanto para la Universidad Nacional de Tucumán…. Y ahora, un nuevo hito - también de genes jesuitas- para la Universidad del Salvador, que cumple 65 años de vida y cuyo registro histórico nos transporta al 2 de mayo de 1956 como fecha fundacional.
Cuando el mundo entero agradecía al Dr. John Salk el descubrimiento de la vacuna antipoliomelítica y se estremecía con los experimentos atómicos estadounidenses en los atolones del Pacífico, en Buenos Aires la Compañía de Jesús abría las puertas de un nuevo centro de estudios académicos de nivel internacional.
En realidad, un repaso por los anales de la alta casa de estudios nos lleva más atrás aún, al 8 de junio de 1944.
Mientras Eva Duarte inauguraba un nuevo ciclo radial, Hacia un futuro mejor, en Radio del Estado, y bajo la consigna “Viva la Francia Libre y la Argentina Libre”, Alfredo Palacios convocaba a manifestarse por la liberación de París, ocupada por el nacionalsocialismo; mientras eso sucedía, un puñado de profesionales argentinos sintieron la necesidad de retomar una antigua línea de pensamiento que unía la ciencia y las disciplinas humanísticas, el espíritu cristiano y las dudas filosóficas, la teología con la escolástica. En suma, retomar el matrimonio tan fructífero como criticado entre fe y razón.
Mientras eso sucedía en el mundo convulsionado, el 8 de junio de 1944, se creó el Instituto Superior de Filosofía del Salvador para dictar las Licenciaturas en Filosofía y Teología, con presentación de tesis final.
Esta flamante propuesta, que sumaron a su curriculum vitae los profesores del Colegio Máximo de San Miguel fue el germen de una nueva manera de abordar los estudios universitarios que satisfizo la demanda de muchos profesionales presentes y futuros que reclamaban sumar a su formación académica la perspectiva del credo católico; y, en suma, complementarlas.
Cabe recordar, que el Colegio Máximo, había sido creado en 1930 por los mismos jesuitas en la ciudad bonaerense de San Miguel y que, dos años más tarde, era el único en América Latina que otorgaba los títulos de Licenciatura y Doctorado en Filosofía y Teología, aprobados por la Santa Sede.
Diez años más tarde del acto fundacional de USAL, el 30 de abril de 1954, y a fin de acentuar su carácter universitario, el Instituto Superior de Filosofía del Salvador tomó el nombre de Facultad de Filosofía del Salvador. Y siempre conservó su sede original en Callao 542, el "Centro", pero luego fue incorporando las sedes del Campus Nuestra Señora del Pilar, en Pilar, y la de Gobernador Virasoro, en Corrientes.
USAL, 65 años de educación
El Acta de Fundación de la Universidad del Salvador se firmó, entonces, el 2 de mayo de 1956. Y no se trata de una fecha más: coincidió con el cuarto centenario de la desaparición en este mundo del Patriarca y Fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola.
En el acto fundacional de la Universidad del Salvador, el reconocido teólogo valenciano, el Reverendo Padre Ismael Quiles, Teólogo y Profesor de Historia de Filosofía y Metafísica en el Colegio Máximo de San Miguel fue designado Vicedirector, y con ese cargo se convirtió en la máxima autoridad de las Facultades Universitarias del Salvador.
En palabras del propio Dr. Quiles, el propósito que animaba la creación de la magna casa de estudios también quedó inscripto en la misma acta fundacional, a la sazón aún hoy vigente:
"promover los estudios en las disciplinas científicas y humanistas en el más elevado nivel posible, desarrollar en forma armónica e integral dentro del concepto humanista cristiano la personalidad del estudiante por la docencia superior, fijando al efecto los respectivos cursos, los que comprenderán no solamente la enseñanza de los principios que conciernen a las asignaturas correspondientes, sino también a los organismos de investigación que se estime necesario crear como mejor complemento de las mismas".
En los primeros tiempos, el mismo Dr. Ismael Quiles fue el Decano de las Facultades de Filosofía; el Dr. Avelino Ignacio Gómez Ferreyra tomó las riendas de Historia y Letras; el Decanato de la Facultad de Psicología recayó en manos del Dr. Juan Rodríguez Leonardo y el prestigioso Dr. Juan Pichon-Riviere estuvo al frente de la Dirección de los Institutos de Ciencias Políticas y Sociales, mientras el primer Director del Instituto de Psicopedagogía fue el Reverendo Padre Ubén Gerardo Arancibia, miembro de la Compañía de Jesús.
Ya entonces, la misma acta fundacional anticipaba que la magna casa incorporaría las Facultades de Medicina y Ciencias Jurídicas y Políticas y Sociales, cosa que sucedería en 1957. En 1959 sumó un profesorado de Jardín de Infantes; en 1961, el Instituto de Diplomacia para Graduados en Ciencias Políticas.
Hasta 1974, el Dr. Ismael Quiles desempeñó diversos cargos en el rectorado de la Universidad del Salvador y fue él quien fundó y dirigió la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador, emprendimiento que lo consagró como un experto mundial en temas orientales y pensamiento budista.
Más aún, entre innumerables lauros argentinos e internacionales, el Dr. Ismael Quiles fue condecorado por el emperador del Japón con la Orden del Sol Naciente. Y, como toda persona que tenía mucho para decir, creó su propio sistema filosófico, denominado “in-sistencialismo”.
En 1959, el Poder Ejecutivo concedió la personería jurídica a la Asociación Institutos Universitarios del Salvador y el presidente Arturo Frondizi aprobó los estatutos y Programas de Estudio de USAL. A principios de 1960; sus títulos tenían valor oficial y contaba con una matrícula de 982 alumnos.
El 26 de junio de 1974, el Reverendo Bergoglio autorizó que la Compañía de Jesús entregara a una asociación laica el manejo de la Universidad del Salvador “porque la Compañía cree en la Iglesia, cree en los laicos, cree que debe retirarse a tiempo para el crecimiento del Reino de Dios (...) que nos indica otro camino para el servicio”, consignó.
“No estoy haciendo una propuesta a empresarios; estoy haciendo un pedido de servicio eclesial a laicos en fe”, aclaró el Santo Padre, que en ese momento, entre 1973 y 1979, había sido designado el superior provincial de los jesuitas en Argentina.
Por entonces, Jorge Bergoglio sintió la necesidad de insistir en algunos puntos, a través del Documento Historia y Cambio. Quería dejar en claro que, si bien la Nueva Universidad del Salvador pasaría a manos laicas, había tres cosas que nunca cambiarían, porque eran la marca de fragua del espíritu jesuítico: la lucha contra el ateísmo; avanzar, pero retornando siempre a las fuentes; y ser universales a través de las diferencias.
Voltaire, un iluminado de la Ilustración que no solía hablar elogiosamente de las religiones, dijo en el siglo XVII que la obra que los jesuitas desplegaron en América había sido un “triunfo del humanismo”.
Si se hace un poco de historia, las misiones que emprendió en América del Sur la Compañía creada por San Ignacio de Loyola, aunque se llamaran “reducciones”, realmente no “reducían” aborígenes.
Muy por el contrario, transformaron en hechos algo que por entonces ni siquiera tenía un nombre: “el intercambio cultural” o al menos el respeto a una cultura diferente y, por delante de todo, el derecho a la libertad.
Los jesuitas aprendieron idiomas nativos, compartieron pentagramas, técnicas agrícolas, instrumentos musicales y conceptos urbanísticos y cosmogonías. Su utopía era revolucionaria para la cosmovisión del mil seiscientos. ¿Cristianizaron a quienes no querían ser cristianos? Sí, tal vez, pero no fue una aculturación violenta y a veces también los jesuitas pagaron con su propia vida sus propias convicciones.
En todo caso, del mismo modo en que Julio Cortázar decía que los bomberos eran los únicos uniformados que le resultaban simpáticos, hay miles de creyentes e incrédulos para quienes las jesuitas se ubican entre los hábitos más amables y progresistas. A pesar de que la Universidad del Salvador ya no pertenece a la Compañía de Jesús, hay al menos tres cosas que nunca cambiarán.
El acto por el 65 aniversario
“El rector de la Universidad del Salvador, Dr. Carlos I. Salvadores de Arzuaga, tiene el agrado de invitar a usted al Acto Académico con motivo del 65º Aniversario de la Universidad del Salvador. El acto tendrá lugar el día miércoles 17 de noviembre a las 11 hs y será transmitido por el canal de Youtube de la Universidad”, reza la invitación formal a uno de los eventos académicos más prestigiosos del año.