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Malvinas y Mercosur

Para el Gobierno, la nueva política de defensa del Reino Unido exhibe su debilidad

Por primera vez desde la Guerra Fría, Londres hizo una revisión integral de su estrategia exterior en la que reafirmó su presencia en las islas pero posicionó a la Argentina como socio potencial en el post Brexit.

Boris Johnson
Boris Johnson | Bloomberg

Para el Gobierno nacional, la revisión que el Reino Unido hizo de su política de seguridad, defensa y desarrollo exterior corresponde al espíritu de una potencia que se siente debilitada y en la necesidad de consolidar su pretendida posición global más que de una nación en expansión. En el documento, presentado por el premier Boris Johnson, Londres buscó proyectar la imagen opuesta: reafirmó su presencia estratégica en las islas Malvinas y demás territorios de ultramar, fijó prioridades y objetivos internacionales para su crecimiento y hasta proclamó un posible incremento de su arsenal nuclear de hasta un 40% de aquí a 2030.

Se trató, en esencia, de la revisión más completa de estas políticas desde la Guerra Fría en un año bisagra en el que el Reino Unido tiene la obligación de repensarse, por primera vez, fuera de la Unión Europea.  "Frente a la presentación realizada hoy (por ayer) por el primer ministro británico Boris Johnson en la Cámara de los Comunes, en la que expuso una Revisión Integrada de Seguridad, Defensa, Desarrollo y Política Exterior, la República Argentina sostiene una vez más que el Reino Unido debe escuchar a la comunidad internacional que promueve el fin del colonialismo en el mundo", le respondieron desde la Cancillería a través de un comunicado.

Se trató, en esencia, de la revisión más completa desde la Guerra Fría en un año bisagra en el que el Reino Unido tiene la obligación de repensarse, por primera vez, fuera de la Unión Europea.

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La reacción del Ejecutivo de Alberto Fernández se concentró en la reafirmación que el Reino Unido hizo de su presencia en los diversos territorios de ultramar, incluyendo las islas Malvinas, pero omitió, por caso, la mención que Londres deslizó acerca de la Argentina como uno de los países con los que apostaría a trabajar "para apoyar nuestros intereses".  A ojos del Gobierno se trata de dos tramos diferentes del mensaje que se deben interpretar por separado y que prueban la necesidad británica de equilibrar su antigua posición con la nueva, fuera del concierto de la Unión Europea.

"Esta situación ocurre, además, en un contexto de profunda preocupación por parte de quienes creen que el Brexit ha debilitado la posición británica en el mundo y en particular afectados por la exclusión de los territorios de ultramar como Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias del Sur y de los espacios marítimos circundantes del tratado de libre comercio con la UE", indica el comunicado oficial del ministerio que comanda Felipe Solá.

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Además, subraya que "las consideraciones postuladas por el primer ministro Johnson reiteran la tradicional mirada colonialista del Reino Unido" a través de la cual "sostiene la ilegítima presencia en el Atlántico Sur, con el objetivo de apropiarse de las riquezas que allí existen y controlar tanto el acceso a la Antártida como del pasaje bioceánico entre el Atlántico y el Pacífico". En tal sentido, el Gobierno reiteró su rechazo a la militarización del Atlántico Sur, en la medida en que la estrategia revisada británica confirma esa dirección para su política de defensa.

"La apelación a lo militar contrasta con todo lo que el mundo demanda en materia de multipolaridad. Que en medio de la pandemia hable de aumentar un 40%su capacidad nuclear nos parece un despropósito, tenga o no repercusión en el Atlántico Sur", expresó a PERFIL Daniel Filmus, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur. Parte de la revisión integrada de la estrategia británica consiste en no solo identificar potenciales amenazas pero asegurarse también una "póliza de seguro" mediante la disuasión nuclear, elevando su techo de ojivas nucleares de las 180 actuales a 260.

No obstante ello, el documento presentado por Johnson ante el Parlamento de su país estipula que "profundizaremos nuestros lazos con Brasil y México, fortaleciendo alianzas en comercio, innovación, clima, seguridad y desarrollo" y reivindica la voluntad de " trabajar con Argentina, Chile y Colombia para apoyar nuestros intereses". Desde el Gobierno reafirman su total predisposición negociar sobre las más diversas cuestiones siempre que la cuestión del capítulo sobre la soberanía sobre las Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur figure en el temario.

"Que en medio de la pandemia hable de aumentar un 40%su capacidad nuclear nos parece un despropósito, tenga o no repercusión en el Atlántico Sur", dice Filmus.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea significó un auto infligido cimbronazo que Londres todavía busca calibrar. No solo perdió su vínculo de las últimas décadas con el continente al que pertenece sino que también cortó los lazos comerciales con terceros que el bloque supo tejer a lo largo de su historia. Entre ellos, el Mercosur, aunque el acuerdo se encuentre aún cursando las instancias de verificación, firma y ratificación y muy lejos aún de una completa implementación. De hecho, Londres citó en forma específica su intención de avanzar no solo con el Mercosur sino también con la Alianza del Pacífico en sendos entendimientos.

De ahí la lectura que el Gobierno hace respecto a mención de la Argentina y Brasil en esta revisión integral británica, en el apartado en el que se alude a las riquezas de la región. Enumera, particularmente, "el 23% de las selvas tropicales, el 30% de las reservas globales de agua dulce y el 25% de las tierras cultivables del mundo.  Resaltan que, a diferencia de Francia y otros países agrícolas que presentaron sus diferencias para avanzar en el acuerdo UE-Mercosur, la británica es una economía complementaria con las de estas latitudes. Y para ello se requiere el aval de la Argentina.

A sabiendas de esto, la posición argentina ha sido la de buscar diferenciar la postura del resto de Europa de la británica ahora que ya no los ata el compromiso del bloque. Toman, como caso testigo, la decisión de la UE de no acompañar al Reino Unido en su disputa territorial por el archipiélago de Chagos con el estado de Mauricio. Curiosamente, Londres mismo asevera en el documento que ahora "puede tomar decisiones política y económicas independientes basadas en sus intereses y no los de sus aliados", en un presunto ensayo de fortaleza sobre la base de los nuevos márgenes que emergen post Brexit.  Para otro, un simple bluff.