El 2 de diciembre de 1923, hace 98 años, nacía María Callas, reconocida soprano estadounidense, considerada por algunos la mejor del siglo XX. “La Divina”, como era conocida por su increíble talento, tuvo una vida de fama y éxito, pero también llena de dolores y desamores, hasta su temprana muerte en 1977, con tan solo 53 años.
María Callas nació en Nueva York, pero tenía ascendencia griega. A los 13 años se fue a vivir con su madre a Atenas luego de la separación de sus padres. Allí ingreso al Conservatorio Nacional de Atenas y, dos años más tarde, participó por primera vez en una obra. Estudio con las sopranos Maria Trivella y Elvira de Hidalgo.
Su primer gran éxito fue en 1942, con la obra Tosca, en la Ópera de Atenas. En 1944 decidió volver a Nueva York para reencontrarse con su padre. Allí la descubrió Giovanni Zenatello, director de la Arena de Verona, quien le ofreció cantar la Gioconda de Ponchielli en ese anfiteatro. María Callas aceptó la propuesta y en 1927 debutó en Verona.
La fama de María Callas siguió creciendo y en 1950 debutó en La Scala de Milán. Pronto se convirtió en la prima donna assoluta, la cantante principal de la compañía. En sus años de gloria, la artista visitó los principales teatros de ópera en ciudades como Londres, Berlín, Nueva York, París, Viena, Chicago y Buenos Aires.
En nuestro país, inauguró la temporada lírica del Teatro Colón, en 1949.
La Callas, prima donna assoluta
La relación entre Callas y su cuerpo fue tan difícil como la que tuvo con su madre. Esta constantemente le criticaba su figura: María Callas era obesa y la presión que su madre ejercía sobre ella y, luego, la de la industria de la música, condujeron a la cantante por un veloz camino de pérdida de peso. En cuestión de meses perdió 36 kilos y pesaba 55 kilos, lejos de los casi 100 kilos -o a veces más- con los que había iniciado su carrera. Hay quienes dicen que esto impulsó su carrera; otros sostienen que debilitó su voz.
Después de establecerse en Italia, la artista se casó con el empresario italiano Giovanni Battista Meneghini. Sin embargo, el matrimonio terminó en 1959, pues Callas conoció al magnate griego Aristóteles Onassis, de quién se enamoró. Onassis, que también era un hombre casado, se divorció luego de haber arrancado su romance con Callas.
La relación entre la soprano y Aristóteles Onassis fue muy difícil. En The hidden life of Maria Callas, la biografía de la diva escrita por la norirlandesa Lyndsy Spence, se detalla que ella sufría por su infertilidad y que Onassis la golpeaba e incluso la drogaba para que ella mantuviera relaciones sexuales con él. El armador griego finalmente rompió el corazón de Callas cuando, en 1968, contrajo matrimonio con Jacqueline Kennedy, viuda de John F. Kennedy.
Hacía varios años que tenía problemas para cantar (en 1958 se quedó muda sobre el escenario, mientras entonaba Norma) y su voz se debilitaba. Se retiró en 1965, aunque en 1974 realizó una gira mundial con el tenor Giuseppe di Stefano. La salud de María Callas estaba cada vez más frágil y el 16 de septiembre de 1977 falleció en París por un paro cardíaco.
María Callas, sola y sin voz
A pesar de que pasaron más de 40 años desde su desaparición, el recuerdo de María Callas sigue vivo. Incluso tras su muerte, la ciencia se abocó a estudiar porqué había perdido la voz y porqué era obesa y las conclusiones fueron que tenía dermatomiositis, en el primer cuadro (una enfermedad muscular que afecta incluso la laringe) y un desfasaje hormonal, en el segundo.
La compañía Base Hologram la trajo nuevamente al escenario a través de nuevas tecnologías. Un holograma de la figura de la soprano canta sus más destacados temas. El realismo de este espectáculo da a aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de verla cantar en persona, la oportunidad de disfrutar de su voz de una forma innovadora.
El 20 de marzo del 2019, esta empresa dio un show en el teatro Gran Rex, en Buenos Aires. De él participó una orquesta, acompañando al holograma de la cantante.
