En abril de 2019 un incendio dañó significativamente la catedral de Notre Dame en París, Francia; apagando también el sonido del órgano, una joya del patrimonio de ese país. El organista uruguayo Mario D’Amico, quien coordinó el desmontaje del instrumento musical, señalo que “afortunadamente sufrió relativamente poco” y que una vez rearmado “va a sonar igual”.
Luego de haber sido desarmado, el órgano de Notre Dame se encuentra en un lugar seguro donde se le aplicará un largo proceso de restauración. La compleja tarea de desmontar los ocho mil tubos que conforman el instrumento estuvo en manos de D’Amico, quien probablemente también contribuya a devolverle su sonido original para 2024."Con los mismos tubos se pueden hacer mil órganos, con diferentes sonidos", explicó el afinador oriundo de Uruguay.
Según RFI, D’Amico es un apasionado por el órgano desde niño; y una vez instalado en Barcelona aprendió y se perfeccionó en el oficio por 20 años. Actualmente está en Francia como responsable del taller Atelier Quoirin, que lleva adelante el trabajo sobre el instrumento.
"Afortunadamente sufrió relativamente poco, porque con un incendio la tubería puede fundirse a temperatura relativamente baja. Nos esperábamos lo peor, pero no había tubos derretidos. Había algunas trazas de agua, pocas respecto a la increíble cantidad que tiraron los bomberos", señaló el organista.
La reconstrucción de Notre Dame abrió una ventana al pasado
Al momento de iniciar el desarmado, el órgano se encontraba cubierto de polvo, producto del impacto de la aguja de la catedral cuando cayó y perforó la nave en 2019, y del plomo sublimado. Según el especialista, ahora el trabajo más importante es la descontaminación. Después de un año expuesto a la intemperie, la canícula y las altas temperaturas, hace falta una revisión y restauración completa de todos los mecanismos.
La etapa que viene es limpiar cuidadosamente las partes y repararlas; aquí el principal problema es conservar la armonía del instrumento. D'Amico explicó a RFI que al montarlo nuevamente habrá unos seis meses de armonización, lo cual implica "largas horas de trabajo diurno y nocturno, porque para hacer la armonización se necesita un silencio total, es decir la catedral cerrada", dijo.
El organista explicó: "el órgano va a sonar igual porque ha sido desmontado de forma muy cuidadosa y los tubos almacenados de forma que no se deformen", aunque señaló que puede que la acústica cambie ligeramente tras la restauración de la catedral.
Fuente RFI
MF CP