El negocio redondo de cambiar unas devaluadas monedas de un peso por una buena suma de dinero parece no tener demasiado futuro pese al entusiasmo que generó la noticia en redes sociales. Especialistas en numismática aclararon que esos ejemplares que dicen “Provingias del Río de la Plata” en lugar de “Provincias” carecen de valor porque son nuevas y hay mucha cantidad.
El tema se convirtió en furor porque en Mercado Libre, por ejemplo, estas monedas se vendían por 15.000 pesos. La razón de ese elevado precio era que se trataban de una serie “inédita”, “única a irrepetible”. Incluso, en un sitio especializado en numismática (estudio y coleccionismo de monedas, medallas, fichas y papel moneda) ofrecían un blíster de diez de esos ejemplares por 50 dólares. No quedaba claro, sin embargo, si había demanda para esos ejemplates.
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“Es cierto que es un error en las monedas, pero es un error común. Y hay 56 millones de monedas que se acuñaron en esa serie y de esa misma moneda. Y si se suman las de otros años, hay -al menos- 10 millones más. Es muy común esa moneda”, aclaró al diario mendocino Los Andes Silvina Masalles, especialista en numismática.
“Fue un error en las monedas porque no se hicieron acá en Argentina y se acuñaron en Inglaterra. Pero no tiene ningún valor. Porque, además, es una moneda muy común, relativamente nueva y que está vigente”, detalló.
De igual modo, la especialista reconoció que muchísima gente se le acercó intentando vendérselas: “Si me dicen de alguien que pague 15.000 pesos por una de esas monedas, que me avise y se la voy a vender. ¡Porque estoy llena de ellas”.
Los noventas y el origen del error
Esta tirada de monedas, que son en total 56 millones, fueron pedidas en 1995 a la Royal Mint, la casa de moneda británica, para su fabricación. En plena época de “1 a 1”, las monedas encargadas por el gobierno de Carlos Menem llegaron a la Argentina, pero tenían un pequeño detalle. En la oración “Provincias Unidas del Río de la Plata” se leía claramente la palabra “Provingias”.
La Casa de la Moneda inglesa reconoció el error, pero el trabajo ya estaba hecho. La inmensa cantidad de monedas acuñadas con ese error obligó a que fueran puestas en circulación ese año y muchas de ellas todavía circulan entre nosotros.
RS/ff