A 45 días del comienzo de la invasión a Ucrania, y jaqueado por la evidente falta de avances en el terreno, el presidente de Rusia Vladimir Putin reorganizó la cúpula militar a cargo de la guerra en Ucrania y puso a cargo a un veterano de la campaña en Siria, el general Alexander Dvornikov, a quien le habría impuesto una "fecha límite para conseguir la victoria": el 9 de mayo, la fecha en que país conmemorará un nuevo aniversario de la victoria contra el nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
Según los especialistas, Putin quiere organizar ese día una fiesta cívico militar que exalte "la victoria en Ucrania", y ese dato alarmó a los servicios de inteligencia europeos, que temen que apremiado por ese límite el ejército ruso pueda mostrar un salvajismo todavía mucho mayor al que se evidenció en las dramáticas imágenes que a diario llegan desde Ucrania, y que ya ha costado centenares de víctimas civiles.
Nacido en 1961, el general Dvornikov se unió de joven al Ejército de la Unión Soviética. Tras ascender varios rangos, recibió la Orden de Mérito Militar en 1996 y luego cumplió un rol clave en la guerra en Siria contra el yihadismo, en alianza con las fuerzas de Bashar al Assad, en tareas que trajeron aparejadas denuncias de crimenes de guerra. Dvornikov recibió el título de Héroe de la Federación de Rusia y en 2020 el presidente ruso lo ascendió al rango de general.
"Putin apunta a poner por delante ciertos imperativos políticos frente a otras prioridades militares a la hora de decidir sus siguientes pasos", indicó la cadena británica BBC.
Putin no es la enfermedad, es un síntoma
Días atrás, Rusia había reconocido haber sufrido "importante bajas" entre sus militares desplegados en Ucrania. "Tenemos importantes bajas entre las tropas y es una gran tragedia para nosotros", afirmó el secretario de Prensa del Kremlin, Dmitri Peskov, en una entrevista al canal británico Sky News.
En los últimos días, las tropas rusas se han retirado de las inmediaciones de Kiev y otras zonas de Ucrania para centrar sus esfuerzos en una ofensiva en la región del Donbás, en el este del país europeo.
La nota de la última semana en la guerra en Ucrania fue el devastador ataque con misiles a la estación de trenes de la ciudad Kramatorsk, ciudad del este de Ucrania , donde centenares de personas intentaban salir de esa región. Ese ataque dejó decenas de muertos y centenares de heridos, reeditando las escenas de muertes de civiles que ya han hecho que múltiples organismos de todo el mundo pidan que se investiguen si no constituyen crimenes de guerra, con un horizonte que podría suponer para el gobierno de Putin un problema todavía más severo.
"Más de 30 personas murieron y más de 100 resultaron heridas tras un disparo de cohetes contra la estación (...) Es un ataque deliberado", dijo en Telegram Oleksander Kamyshin, responsable de la compañía ferroviaria ucraniana Ukrzaliznytsia. Minutos después, los servicios de rescate información de que inicialmente tuvo 35 muertos, una cifra que crecía exponencialmente con el correr de las horas.
NA/AFP/HB