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Testeo en animales

Ralph y una campaña mundial contra el maltrato animal en la industria cosmética

“Save Ralph” es un video protagonizado por un conejo, realizado por Humane Society International para concientizar sobre el maltrato que sufren los animales en las pruebas de la industria cosmética. Proponen prohibirlas.

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Conejo Ralph | Captura de Pantalla

Si siente empatía por los animales, no permanecerá indiferente al video que hoy fue viral en redes: Save Ralph. Producido por Humane Society International, el video de cuatro  minutos es parte de la campaña global que busca crear conciencia y prohibir las pruebas con animales que realiza la industria cosmética para testear sus productos. 

Save Ralph fue realizado por el director de cine Spencer Susser y le puso su voz, en el original inglés, el ganador del Oscar Taika Waititi, figura mimada de Marvel Studios

En él, el conejo Ralph, un muñeco de peluche humanizado, arranca el día desayunando en su casa. Con total normalidad, comenta que por culpa de los químicos que lo han obligado a probar, perdió la visión en un ojo y la audición en uno de sus oídos.

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Violentamente, un inmenso gancho hace añicos el techo de su casa y, como si se tratara de una película catástrofe, lo toma de la cabeza y se lo lleva por el aire. “¡Ay! Llegó la hora de trabajar”, se lamenta. 

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Luego, Ralph aparecerá en un laboratorio en donde otros conejos también son prisioneros en sus propias jaulas. Allí sufrirá golpes, inyecciones, flagelaciones, quemaduras, fracturas y muchas lesiones más mientras es el “conejillo de Indias” de la industria cosmética. Sin embargo, acepta su destino y no se rebela.

Ralph es el tester del efecto que delineadores de ojos, desodorantes, lápices labiales, shampoos, cremas y otros artículos cosméticos o farmacéuticos podrían tener sobre los humanos. Pero quien pone el cuerpo es él: “lo hacemos por los humanos, al fin de cuentas ellos son superiores y han estado en el espacio”, se resigna.

Sabe que, como el resto de su familia, algún día morirá mientras prueban en él lo que la industria de la belleza no se anima a probar en ningún otro ser vivo.

“Ningún animal debería sufrir en nombre de la belleza”, concluye el documental sobre Ralph que no llega a darse cuenta de que llegó su final.