El brutal crimen de Evangelina Mariel Trotta conmocionó a la ciudad brasileña de Buzios el pasado 22 de abril, donde la empresaria argentina residía hace muchos años y dirigía una de las principales compañías de alquiler de vehiculos turísticos. Ya en ese momento la policía buscaba al ex esposo de Trotta, el argentino Diego Fusaro, que había estado con ella en esas horas finales y había escapado de Buzios luego del crimen.
El caso pareció sin novedades hasta que en las últimas la policía brasileña informó que Fusaro "fue hallado muerto en un hotel de la localidad de Guarapari, en el vecino estado de Espirito Santo", con una pistola a su lado en lo que habría sido un suicidio. Lo curioso es que Fusaroa se habría quitado la vida el 24 de abril, apenas dos días después de matar a Trotta, y recién este viernes los investigadores brasileros oficializaron el tema.
Fusaro tenía tres hijos con Trotta, ambos estaban radicados en Buzios, el tradicional balneario de estado de Río de Janeiro, desde el año 2002. Trotta fue hallada apuñalada en su casa, que estaba pegada a su negocio de alquiler playeros, del tipo buggies, aunque también arrendaba otros coches de serie y su empresa estaba entre las principales de la ciudad.
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La policía indicó que Fusaro fue encontrado con un disparo en la cabeza en un hotel de Guarapari, estado de Espirito Santo, vecino al estado de Rìo de Janeiro. A su lado había un revólver, y la escena fue considerada como un suicidio, que cerraría la investigación sobre el caso enmarcándolo de manera definitiva como se sospechó desde el principio, el de otro femicidio.
De acuerdo con la reconstrucción policial, Fusaro cometió el femicidio y escapó en el automóvil de su exesposa para alojarse en Guarapari, Espirito Santo, donde utilizó un nombre falso. Dos días después los encargados del hotel escucharon un disparo y al abrir la puerta encontraron muerto al argentino, con un revólver caído a su lado. La muerte quedó entonces para la Policía de Espirito Santo como suicidio con arma de fuego.
HB