La segunda ola del Covid-19 impactó en la región latinoamericana con más fuerza y antes de lo proyectado en distintos países, y afectó y modifica distintos ámbitos de la vida de sus ciudadanos. Según un estudio y análisis realizado entre el miércoles 21 y el viernes 23 de abril por la consultora Kantar, los argentinos están entre los más pesimistas acerca del futuro en relación a otros países.
La encuesta demuestra que sólo un 29% de los argentinos considera que la situación “mejorará en breve”, cuando el promedio global es 40%. Este escaso optimismo está ligado a las perspectivas económicas negativas, ya que el 21% piensa que la actividad productiva se recuperará rápidamente, frente a un 72% que considera que la recuperación será “lenta”.
En otros países de la región, las expectativas acerca de un rápido rebote económico son mayores (Brasil, 25%; Colombia 26%; México 30%).
El 71% de los argentinos se manifiesta preocupado por la situación, y un 62% afirma que la pandemia tiene un efecto en su vida cotidiana. Estas percepciones tienden a ser mayores en los niveles socioeconómicos más altos, y en los centros urbanos (principalmente AMBA). En paralelo, un 73% de las personas afirma que tuvo que realizar ajustes y cambios en la planificación de sus gastos, lo cual es esperable, porque sólo una de cada 10 personas dijo que no sufrió una caída de sus ingresos familiares.
Argentina es uno de los países de la región con menor predisposición a cumplir las reglas y recomendaciones de las autoridades a rajatabla: mientras un 49% declara seguir las disposiciones, un 41% cree que se extendieron demasiado en el tiempo y que no se puede esperar que todos las respeten.
En Brasil, donde la población se muestra más preocupada por la situación, un 76% está dispuesto a respetar las reglas hasta que la situación se normalice, mientras que en México alcanza un 63%.
La extensa cuarentena, las consecuencias de la pandemia y la llegada de la segunda ola, junto con los anuncios y contradicciones de las nuevas restricciones, siguen generando en la población crisis emocionales y psicológicas, asegura el estudio.
Un 42% de las personas entrevistadas piensa que la pandemia ha tenido un impacto en su salud mental. Esto fue aún más fuerte entre la población más joven, alcanzando casi un 50% entre los jóvenes de 18 a 34 años, entre otras consecuencias.