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Agroindustria

La bajante del río Paraná tendrá un impacto negativo en la producción de arroz

El cultivo se desarrolla a través del riego por inundación y la falta de disponibilidad hídrica puede limitar su superficie sembrada.

Bajante del Paraná en la producción de arroz.
El cultivo de arroz es altamente dependiente de la disponibilidad hídrica. | INTA

Especialistas del INTA indican que la histórica bajante del río Paraná puede impactar negativamente en la nueva campaña de arroz debido a los problemas para la captación de agua, ya que toda la producción argentina se hace bajo riego por inundación.

Un estudio realizado por el grupo de Recursos Naturales del INTA Corrientes determinó que la superficie ocupada por el río Paraná en la actualidad (julio 2021) es de 253 mil hectáreas, que representan unas 150 mil hectáreas menos respecto a las 398 mil hectáreas que cubre en un año normal, según la evidencia satelital.

Bajante del río Paraná: cómo afecta al campo y el medio ambiente.

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En esa línea, Ditmar Kurtz –coordinador de Investigación del INTA Corrientes– resaltó que “porcentualmente la mayor retracción se ha calculado en la provincia del Chaco, pero en superficie es en Santa Fe”. Y aclaró que, si la bajante persiste, las áreas expuestas sin agua en superficie pueden aumentar aún más.

El arroz no es una planta acuática, se adapta a la inundación y puede vivir tanto en suelos inundados como en suelos sin inundar.

“La inundación bien controlada crea las condiciones ideales para el desarrollo del cultivo y para que todos los insumos que se utilizan sean más eficientes, pudiendo ser aprovechados al máximo y obtener los mejores rendimientos”, señaló Raúl Kruger, especialista en arroz y quien trabaja junto con Luciana Herber, Laura Fontana y María Inés Pachecoy del grupo Cultivos Extensivos de Arroz del INTA Corrientes.

Bajante del Paraná

El arroz es un cultivo que se riega con agua dulce de pozos, represas o ríos. Por ello, “si no hay recarga de represas o nivel adecuado del río que permitan regar adecuadamente, el impacto de la falta de agua será claramente negativo”, indicó Kruger quien puntualizó que “el agua favorece el efecto de insumos (fertilizantes y herbicidas), ayuda en el control de plagas, malezas, algunas enfermedades y revierte el efecto de las bajas temperaturas en periodos importantes, como la floración”.

En este sentido, Alfredo Marín –especialista en arroz del INTA Corrientes– subrayó: "Frente al escenario actual, se podrían ocasionar pérdidas de producción por la necesidad de reducir áreas de siembra, sumado al incremento de los costos debido a las inversiones necesarias para adecuar el sistema de bombeo o por ineficiencia en el uso de productos, como fertilizantes o herbicidas". 

Recomendaciones para los productores

Marín recomendó a los productores "aprovechar eficientemente el tiempo, no retrasarse en ninguna labor a la espera de condiciones más adecuadas. Y, en caso de una reducción del área a sembrar, descartar los lotes en los que el riego sea más complicado por la ubicación, altura topográfica y el tipo de suelo”.

De acuerdo con datos de las Bolsas de Comercio y Cereales de Santa Fe, Entre Ríos y Chaco y la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, la campaña pasada se sembraron y cosecharon 199.700 hectáreas en la región arrocera argentina. El rendimiento promedio fue de 7.616 kilogramos por hectárea y la producción total anual fue de 1.521.005 toneladas.

Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires señaló que, si bien todavía no puede hacerse un diagnóstico definitivo, es posible señalar que la campaña 2021/2022 “apunta a una evolución menos perturbada que la observada en 2020/21, pero no exenta de riesgos relacionados a focos de sequía desde diciembre de 2021 hasta verano de 2022”.

LM