PERFIL SE PONE BRAVO

Milei, el “no elegir ganadores” y el rol del Estado: fuertes críticas en “QR!” por el reparto de fondos y las reformas

En el programa de Bravo TV, periodistas y analistas cuestionaron los dichos del presidente Javier Milei sobre la microeconomía, el rol del Estado y la supuesta “corrupción” detrás de las políticas de apoyo sectorial. También apuntaron al reparto de fondos a gobernadores en plena discusión legislativa.

Billetera mata motosierra. El Gobierno cambió de estrategia por necesidad. Foto: Bloomberg

Durante una cena de gala de la Fundación Faro, el presidente Javier Milei volvió a exponer su visión económica: defendió un Estado mínimo, rechazó cualquier tipo de intervención para “salvar sectores” y sostuvo que quienes reclaman políticas microeconómicas en realidad promueven corrupción y lobby. Según el mandatario, un Gobierno liberal no debe “elegir ganadores”, sino limitarse a garantizar derechos básicos como la vida, la libertad y la propiedad privada.

El fragmento del discurso fue analizado en "QR!", el programa que conduce Pablo Caruso en Bravo TV, donde las reacciones no tardaron en llegar. Para el panel, el planteo presidencial parte de una premisa falsa: que todos los actores económicos comienzan desde el mismo lugar.

La panelista Irina Hauser fue tajante al calificar el discurso como engañoso. “Habla de nivelar la cancha cuando desde el día cero se la está desnivelando”, sostuvo, y remarcó que incluso en el propio argumento de Milei aparece implícito un rol estatal: el de definir reglas y cargas.

Mariano Hamilton, panelista del programa, fue más allá y advirtió que el presidente confunde deliberadamente la idea de respaldo con privilegio. “Decir que apoyar a un sector es hacerlo ‘ganar’ es desconocer que muchas veces ese respaldo apenas evita que desaparezca”, señaló. Para el periodista, asumir que los 45 millones de argentinos parten de condiciones iguales es “un delirio”.

En la misma línea, el economista Hernán Letcher cuestionó la idea de que las desigualdades sean virtuosas. “No es lo mismo el consumidor que el dueño del supermercado, ni el trabajador que quien le paga el sueldo”, explicó. Según Letcher, el rol histórico del Estado es justamente equilibrar relaciones estructuralmente desiguales, para evitar que impere la “ley de la selva”.

El debate también se trasladó a las reformas impulsadas por el Gobierno. Caruso recordó que, mientras el presidente se pregunta de dónde saldrían los recursos para políticas de apoyo, el Ejecutivo avanzó con reformas laborales y tributarias que reducen aportes de los sectores más concentrados. “No es una discusión honesta sobre cómo recaudar y distribuir, sino una decisión política sobre a quién sacarle y a quién permitirle ganar más”, afirmó.

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Uno de los puntos más cuestionados fue la eliminación de impuestos internos a los bienes suntuarios incluida en la reforma laboral. Letcher explicó que la medida beneficia a consumos de altísimo valor —como diamantes, oro amonedado, aeronaves, autos de lujo y embarcaciones— y que, aunque su impacto fiscal sea limitado, su carga simbólica es enorme. “No afecta al consumo popular ni incentiva la producción: beneficia a muy pocos”, remarcó.

La discusión se tensó aún más al analizar el reparto de fondos discrecionales a provincias en simultáneo con el debate parlamentario. En el programa se detalló que, en apenas una semana, el Gobierno giró más de 43 mil millones de pesos en Aportes del Tesoro Nacional a distritos cuyos gobernadores suelen acompañar al oficialismo en el Congreso. Entre ellos, Tucumán, Chaco y Misiones, con nuevas transferencias previstas para Catamarca, Entre Ríos y Salta.

Para Hamilton, esta dinámica expone una contradicción central del discurso oficial. “Se condena el ‘reparto’ cuando es para políticas públicas, pero se distribuyen fondos para garantizar apoyos legislativos”, señaló, y cuestionó que estas prácticas no generen el mismo escándalo mediático que otras negociaciones políticas.

La súbita generosidad de Milei 

El cierre del programa dejó una sensación inquietante. Caruso advirtió que muchas de estas maniobras ocurren “a plena luz”, sin ocultamiento, y sin provocar una reacción social acorde a su gravedad. “Ya no se trata de debatir argumentos, sino de otra lógica de poder”, concluyó.

 

LB