EL HUMOR AL PODER

Ahora se volvieron a ilusionar

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. Foto: CEDOC PERFIL

La mera posibilidad de que las elecciones provinciales del año próximo no se realicen en el primer semestre, distendió la interna de Juntos por el Cambio, donde estaban más apurados por enderezar el partido que Lionel Scaloni en el suplementario contra Francia. Se ilusionan con que habrá tiempo para definir el reglamento de la interna, que podría contemplar una definición por penales como última opción para dirimir el ganador. Luis Juez habría propuesto también una ronda de cuentos cordobeses y Rodrigo de Loredo una carrera de natación, pero hasta ahora ninguna de esas dos mociones habría sido aprobada.

En el acto de lanzamiento de la Fundación +CBA, Juez dijo que a través de esa entidad buscan “pensar una Córdoba mucho más justa y más solidaria”, lo que sonó tan peronista que habría provocado el fruncimiento de ceño en varios de los presentes. “Se ve que a Luis se le traspapeló el casete y puso uno viejo. Decí que no habló de una Córdoba ‘justa, libre y soberana’ porque ahí se pudre todo”, me confesó un asesor del referente del Frente Cívico, quien cerró su discurso afirmando que “después de 24 años tienen que entender que la seriedad es un rasgo de democracia”, una frase que lo condenaría a no contar más sus habituales chistes, al menos durante la campaña.

Aparentemente, liberado el camino para los postulantes opositores a gestionar la Municipalidad, Juan Negri se apresuró a oficializar su candidatura en una convocatoria virtual en la que aseguró que quiere ser “un intendente con traje de portero”, a lo que un insidioso comentó en redes si también iba a cultivar plantas carnívoras como Guillermo Francella en ‘El encargado’. Por el calor que hacía el jueves, más que el traje de portero, el dirigente radical debió haber elegido vestir una sunga, porque salir a barrer la vereda de saco y corbata con las temperaturas qataríes que estamos teniendo, es más peligroso que Kylian Mbappé en un mano a mano con Éber Ludueña.

Del otro lado del espectro político, Martín Llaryora ha acusado recibo de que tendría menor intención de voto en el interior y se ha propuesto recorrer los pueblos y localidades de la provincia cual si fuese el Cuarteto Leo en tiempos de Leonor Marzano. Clubes de bochas, sociedades de fomento, salones parroquiales y hasta asociaciones de destrezas gauchas se aprestarían a recibir la visita del aspirante a suceder a Juan Schiaretti, que habría pedido expresamente reducir las invitaciones gastronómicas, ya que los convites con salame, queso, maní, cabrito, lechón, bagna cauda y empanadas dulces son tan desmesurados que si Ángel Di María los aceptara dejaría de ser el ‘Fideo’ y pasaría a ser un raviolón.

Apenas se acallaron un poco los festejos por la Copa obtenida en Qatar y antes de que los niños rompan las bolitas que cuelgan de los árboles de Navidad, el Gobierno nacional y la coalición opositora tuvieron tiempo para volver a trenzarse, esta vez por la coparticipación. Que la Corte Suprema fallara a favor de la Ciudad de Buenos Aires fue considerado en Juntos por el Cambio como “un gesto en favor del federalismo” y en el Frente de Todos como uno que “pisotea el federalismo”, interpretaciones contradictorias que obligarían a pedir el VAR para definir quién tiene razón. Horacio Rodríguez Larreta, mientras limpiaba con aguarrás el Obelisco, anunció que ni bien le reintegren los fondos rebajará los impuestos, en una aplicación económica de la sabiduría del fútbol: “Tomala vos, dámela a mí”.

Desde Córdoba no hubo demasiados pronunciamientos sobre esta cuestión: lo único relacionado a la ‘copa’ fueron las celebraciones de Paulo Dybala en Laguna Larga, de Julián Álvarez en Calchín y de Nahuel Molina en Embalse, que si se candidatearan para algo ganarían de Ushuaia a La Quiaca. Esta semana, las rutas de la provincia se vieron convulsionadas por las caravanas de fanáticos que acompañaban a estos ídolos y por las caravanas de intendentes que peregrinaban a la capital cordobesa para presionar a los legisladores por el tratamiento de la re-reelección, más manoseado que el trofeo de la Fifa. No se sabe si en la última sesión del año Francisco ‘Dibu’ Fortuna podrá atajar esta iniciativa o si arribará la jornada de gloria para los ‘enfants de la patrie’ que quieren ser campeones otra vez en sus municipios.

(*) Sommelier de la política