Día Mundial del Asma: Educar al paciente para empoderarlo
El martes 7 de mayo se celebra el Día Mundial del Asma, establecido por la Iniciativa Global del Asma (Gina) para concientizar sobre el impacto de la enfermedad y cómo llevar una vida plena y sin limitaciones.
El martes 7 de mayo se celebra el Día Mundial del Asma. El lema de la campaña de este año es ‘La educación empodera al paciente con asma’. Esto significa que las personas que estén bien informadas acerca de su enfermedad y que sepan cómo enfrentarla en su vida diaria, pueden acceder a un mejor control y, por ende, a una mejor calidad de vida.
El asma es una enfermedad que afecta a los bronquios y que se caracteriza por dificultad para respirar, tos, agitación y silbido de pecho. Estos síntomas se manifiestan en forma de crisis que se repiten con grados de gravedad variable desde formas esporádicas hasta una frecuencia e intensidad tal que pueden afectar seriamente la calidad de vida de quienes la padecen.
La obstrucción de los bronquios se produce por una inflamación interna consecuencia de la suma de factores genéticos-hereditarios y desencadenantes externos, como irritantes físicos y químicos, virus, ejercicio físico, medicamentos, agentes de los ambientes laborales, factores emocionales y alérgenos.
Aproximadamente unos 400 millones de personas en todo el mundo la padecen. En Argentina, unos cuatro millones de personas presentan síntomas de asma, lo que la convierte en una de las enfermedades crónicas más frecuentes.
Sin embargo, cabe aclarar que aunque a veces genera confusión, el diagnóstico de alergia no es sinónimo de asma. Y más importante aún, el paciente debe saber si el diagnóstico es positivo, el tratamiento tiene cuatro elementos fundamentales: el control ambiental de desencadenantes, el uso de medicamentos, las vacunas desensibilizantes con alérgenos y la educación del paciente y su familia.
¿Qué rol tiene la educación del paciente?
Como toda enfermedad crónica, la educación es el pilar fundamental para el abordaje del paciente con asma. Contribuye a disminuir los riesgos y favorece un mayor alivio de los síntomas. Por lo tanto, el paciente deberá estar informado acerca de las características de su enfermedad, sin eufemismos ni falsos nombres; de los distintos factores que pueden desencadenar asma y cómo evitarlos; reconocer los síntomas premonitorios de una crisis de asma; los pasos a seguir ante una crisis aguda de asma, y cuándo contactar al médico de cabecera o asistir a una sala de emergencia. Entre otros aspectos más, saber que, con el tratamiento adecuado, podrá llevar una vida normal con realización plena de actividades laborales, escolares y deportivas le aseguran su completa inserción social e integridad psicológica.
La educación e información del paciente y su entorno familiar, bajo la responsabilidad del médico actuante, constituyen la respuesta más adecuada frente a las limitaciones impuestas por la enfermedad.
*Docentes e investigadores de la Universidad Católica de Córdoba y miembros del Servicio de Alergia e Inmunología de la Clínica Universitaria Reina Fabiola
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