EFECTO ‘GONZÁLEZ GATE’

Sin grieta, la Unicameral reforma la polémica ley de autos judicializados

Las negociaciones con la oposición vienen bien encaminadas. Hay consenso mayoritario. Se busca dar señales claras ante el reclamo social por las implicancias del caso que derivaron en supuestos ‘privilegios’. De aquí para adelante, estará vedada la asignación de vehículos a los poderes Ejecutivo y Legislativo.

EN DEBATE. La Legislatura sigue envuelta en las derivaciones del siniestro vial que desataron la polémica por supuestos ‘privilegios’ de la casta política. En comisión conjunta se analizó la modificación de la ley. Foto: CEDOC PERFIL

Con Oscar González suspendido en su cargo hasta tanto haya sentencia firme de la Justicia -no volverá a ocupar su banca-, un alto costo que tuvo que pagar el peronismo en el poder, la Legislatura sigue envuelta en las derivaciones del siniestro vial que desataron la polémica por supuestos “privilegios” de la casta política.

Mientras la justicia investiga las responsabilidades del legislador oficialista y de la otra parte interviniente en el choque fatal en las Altas Cumbres, el gobierno y la Unicameral buscan destrabar dos efectos medulares que impactaron de lleno en la política a raíz del “González gate”: el uso de autos judicializados y las licencias de conducir otorgadas por municipios que no adhieren a la ley provincial.

Por estos días, el debate en comisión de la Legislatura pasa por la reforma a la ley 8.550 por la cual el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) otorga “en guarda” autos secuestrados en causas penales a instituciones públicas o privadas sin fines de lucro. Hay consenso en general en avanzar con la modificación de la norma. El martes se emitirá despacho. Se espera su aprobación en la sesión del miércoles.

Con un “auto judicializado” (un BMW modelo X1 con un dominio apócrifo) González protagonizó el trágico accidente. El transerrano tenía asignado otros tres vehículos de alta gama. A su vez, la Legislatura era depositaria de otros cinco autos en poder de dos oficialistas y tres opositores que fueron devueltos tras desatarse el escándalo.

Fuentes oficiales de la Unicameral confirmaron a PERFIL CÓRDOBA que todos los autos judicializados asignados al Poder Legislativo fueron restituidos al TSJ. Desde un principio, la Unicameral informó que eran nueve, aunque el máximo tribunal dio cuenta de diez vehículos (siete autos y tres camionetas). Así consta en la respuesta oficial al pedido de informes de las legisladoras Cecilia Irazuzta y María Rosa Marcone, que también indica que de 3.424 vehículos a disposición del TSJ, fueron entregados “en guarda” 2.495.

El debate. La titular de la comisión de Legislación General, Julieta Rinaldi, dijo que la reforma a la ley vigente busca introducir “cambios sustanciales” en la gestión de los autos judicializados. La oficialista puso el foco en “determinar con precisión quiénes serán los autorizados para el uso de estos vehículos, y dotar de una mayor transparencia a la entrega en depósito para facilitar que sea de público conocimiento dicha circunstancia”.

En el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Legislación General de la semana pasada se evidenció un consenso general para avanzar en un despacho de mayoría que compatibilizará el proyecto del Ejecutivo junto a otras tres iniciativas impulsadas por los bloques Juntos UCR, Coalición Cívica (CC) y Juntos por el Cambio. El dictamen será tratado el miércoles en el recinto, es la meta trazada.

En ese marco, la ministra de Justicia Laura Echenique aportó detalles de las modificaciones a la norma, y resaltó que el propósito es regular y vedar de esta asignación de vehículos a los poderes Ejecutivo y Legislativo, a partir de la entrada en vigencia de la nueva ley.

Con lo cual, el TSJ asignará los autos judicializados para uso exclusivo del Poder Judicial, de las fuerzas armadas y de seguridad, y a fundaciones o asociaciones civiles de bien público. A su vez, municipios y comunas podrán disponer de vehículos para la prestación de servicios públicos, conforme las nuevas condiciones.

Desde las bancadas opositoras hicieron sus aportes que fueron receptados por la titular de la cartera de Justicia, en busca de despachar un proyecto de ley conjunto que también fue trabajado con el TSJ. Al respecto, PERFIL CÓRDOBA trasladó la consulta al máximo tribunal, pero se dijo que “no iban a omitir opinión durante el tratamiento legislativo de la reforma”.

En tanto, la legisladora Irazuzta (CC) propuso fijar “una sanción” ante el incumplimiento de las pautas establecidas por la ley por parte de “la institución y/o a quien fuera designado con la devolución del vehículo cedido e impedir una nueva asignación”.

La carrioista pidió además asegurar la “transparencia” y el acceso público de la información mediante un registro público de los autos asignados por el TSJ que sea “mejorado en su comunicación” vía un sitio Web.

Asimismo, Irazuzta y las radicales Verónica Garade Panetta y Marisa Carrillo coincidieron en la necesidad de “un órgano de control” en la asignación y uso de los vehículos otorgados “en guarda”. “El control debe estar a cargo de un funcionario o ente que lo tenga a su cargo sino habremos avanzado muy poco con la modificación de la ley propuesta”, advirtió Garade Panetta y remarcó: “Lo que está en crisis en la actualidad no es sólo a quien se le otorga un auto judicializado sino el mal uso o uso para finalidades privadas”.

Claves de la reforma. Con las modificaciones introducidas a la futura normativa se busca dotar de “una correcta individualización a los vehículos entregados”, señaló Rinaldi.

Se implementará un sistema de identificación, uniforme y público de los vehículos entregados “en depósito” y otro que se hará en el mismo automotor, a través de un ploteo adhesivo y seguro, que manifieste el carácter en que fueron entregados.

La iniciativa incorpora la expresión “resolución fundada” a la hora de la entrega de este tipo de vehículos, que se suma a la limitación precisa de quiénes pueden ser los depositarios y usuarios de estos vehículos.

La prioridad en la asignación está centrada en el servicio de justicia, las fuerzas de seguridad y los municipios y comunas para la prestación de servicios públicos. También las fundaciones o asociaciones de bien público con personería jurídica podrán seguir siendo “depositarias” de estos vehículos secuestrados en causas penales.

En todos los casos, se establece no solamente la obligación de pago de tributos y multas que afectasen a los vehículos, sino también el cumplir con los requisitos que hacen a la seguridad en la circulación y la individualización de quién los utiliza, tales como la contratación de un seguro de responsabilidad civil, la comunicación de la afectación de uso y de la nómina de personas autorizadas a conducir el vehículo ante el Registro Nacional de la Propiedad Automotor y la realización de las inspecciones técnicas de rigor, entre otras.

Se añade una disposición de carácter transitoria, a efectos de que las instituciones beneficiadas con la asignación de vehículos, opten por la conservación siempre y cuando, se ajusten “a las nuevas condiciones” exigidas, de lo contario deberán devolver el o los vehículos de plena conformidad a las prescripciones que se determinen vía reglamentaria.

Otro tema. En el plenario de comisiones del martes próximo, además de emitir despacho a la reforma de la ley 8.550 (para que el pleno lo apruebe al día siguiente) se buscará avanzar en el debate del otro proyecto girado por el Ejecutivo que persigue el objetivo de armonizar los requisitos y condiciones de validez para la emisión de licencias de conducir en la provincia.

El punto neurálgico de la iniciativa fija que las licencias de conducir que otorguen municipios y comunas que no hayan adherido a la norma provincial, “no podrán habilitar a conducir por fuera del ámbito de competencia local”.

Esto viene a cuenta de que el legislador González conducía al momento del siniestro vial con un carnet otorgado por Las Tapias, pese a que para el Registro Provincial de Antecedentes de Tránsito (Repat) no cumplía con los requerimientos para obtener una licencia de conducir ante una serie de infracciones en su haber.