Pop-up en Poème

“El curso de lo vivo”: la muestra que revela cómo el arte respira, muta y vuelve a empezar

La muestra "El curso de lo vivo – Fractales Vol. II" reúne a seis artistas contemporáneas en Poème y propone un recorrido donde la materia, el cuerpo y la luz se transforman. Textiles, xilografías, pinturas y videoarte revelan el pulso de lo vivo en constante cambio.

Arte, materia y cuerpo: abrió en Poème la muestra Fractales Vol. II – El curso de lo vivo Foto: Prensa

El 10 de noviembre, en el espacio Poème en Palermo, se inauguró  "El curso de lo vivo – Fractales Vol. II, una muestra colectiva que reúne a seis artistas contemporáneas y propone un recorrido sensorial sobre la expansión, el repliegue y el pulso vital que habita en toda forma de creación. La exhibición —un pop-up de tres días— explora el vínculo entre materia, cuerpo y naturaleza a partir de obras textiles, instalaciones, videos, xilografías y pinturas.

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La propuesta se construye sobre una premisa poética: nada vuelve igual, todo regresa transformado. La muestra toma el fractal como concepto y como experiencia: una microestructura que se repite y evoluciona, como un patrón que atraviesa a la naturaleza y a los procesos creativos. Así lo plantea la curaduría: “la vida respira en su constante movimiento entre expansión y repliegue”.

Las artistas convocadas para esta segunda edición son Cynthia Carllini, Marcela Ferrero, Claudia Iturralde, Ángeles Jacobi, Luisa Freixas y Soledad Costantini. Cada una de ellas, desde su lenguaje, investiga lo vivo: lo que crece, lo que muta, lo que se transforma.

Arte como respiración: el cuerpo como herramienta

Durante la recorrida guiada, Claudia Iturralde —artista visual y fundadora de Poème— explicó su proceso de trabajo con fieltro, un material que elabora a partir de vellón de lana natural. Su técnica es corporal: pisa, presiona y amasa la lana con manos y pies sobre el piso, utilizando agua caliente, jabón blanco y capas de papel para generar textura. “El cuerpo es mi herramienta. Trabajo con el vellón como si fuera un organismo vivo. Lo amaso, lo empujo, lo escucho”, dijo Iturralde en dialogo con PERFIL.

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Para la artista, el fieltro no es solo materia: es memoria y sanación. Narró que su búsqueda nace de una pregunta íntima: cómo volver al origen desde un material que contiene vida animal, aire y calor humano. En sus piezas aparecen colores teñidos con cebolla o pigmentos naturales, superficies que recuerdan cuevas, úteros o paisajes interiores.

Geometrías que se expanden

La arquitecta y artista Marcela Ferrero presenta una serie de obras geométricas y mandalas que nacieron del equilibrio entre estructura y libertad.
La artista explicó: “Después de trabajar obras muy grandes y rígidas, necesité soltarme. Estas piezas son mi expansión, mis meditaciones.”

Ferrero canaliza su formación arquitectónica en líneas, curvas y colores que dialogan con la idea del fractal: lo que se repite, cambia y regresa en otra forma.

La selva como origen

En el otro extremo del recorrido aparece la obra de Luisa Freixas, que trabaja con xilografía en múltiples soportes: papel de algodón, collage, telas y lienzos intervenidos y cosidos. Cada pieza nace de su observación obsesiva de la naturaleza. “Mi obra está basada en la selva. Pinto con aguja e hilo. Soy xilógrafa, pero también exploradora”, cuenta Freixas.

En sus telas superpuestas aparecen paisajes fragmentados que remiten a la humedad de la selva, al reflejo de los ríos y a la luz filtrada entre hojas.

Freixas reveló que su estética actual nació de un accidente creativo durante la pandemia, cuando un lienzo se rompió y decidió trabajar a partir del corte. Para ella, componer es un juego: superponer capas, mover piezas y descubrir nuevas combinaciones. “En esa abstracción vuelvo a ver siempre las mismas pinceladas. Es como si la selva regresara.”

El tejido que se deshace

La instalación textil de Ángeles Jacobi se titula "El último abrazo" y parte del gesto de destejer. La artista utiliza prendas que se transforman, se abren y se desbordan. “Trabajo el tejido y el destejido como metáfora de lo que permanece cuando soltamos.”

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Durante la visita, contó que todo empezó con un error mientras bordaba, y que el accidente se convirtió en método. Su obra habla del fin de los vínculos, del amor, del duelo y de la memoria: “El abrazo que se estira, que se afloja, pero no desaparece.”

Tiempo, luz y espera

Cynthia Carllini, formada en la Royal College of Art de Londres, trabaja con videoarte, luz y lenguaje digital. Su obra vincula el cuerpo y el algoritmo en una serie de imágenes donde el tiempo parece expandirse.“Me interesa la sustancia del tiempo. La espera no es quietud: es resistencia.”

La artista retoma el absurdo de Samuel Beckett, y convierte la espera en una forma de resistencia.

Fotografías que flotan

La sexta artista, Soledad Costantini, transforma la fotografía en una experiencia líquida. Sus imágenes están teñidas de azules intensos que evocan agua, hielo y aire. La obra flota en el espacio: no registra, sugiere. La curaduría la describe así: “La mirada no registra: flota.”

Poème no es solo un espacio expositivo: es un laboratorio de pensamiento. Allí colaboran filósofos, sociólogos, antropólogos y educadores, que trabajan junto a artistas para repensar los modos tradicionales de exhibición y producción artística.

Iturralde lo resume así: “Ya no nos preguntamos qué es el arte, sino qué nos pasa con el arte en relación con lo vivo, lo artificial y la tecnología.”

LT