CULTURA
Memoria y resistencia

Pop Brasil llegó al Malba con más de 120 obras que narran arte, dictadura y cultura popular

Curada por Pollyana Quintella y Yuri Quevedo, la muestra reconstruye cómo el arte brasileño intervino la calle, los medios y la vida cotidiana en pleno régimen militar. Con obras provenientes de la Pinacoteca de São Paulo y colecciones privadas, el Malba propone una lectura regional sobre imagen, poder y política.

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Pop Brasil en el Malba revela el lado político del pop latinoamericano | PH| Pablo Jantus

El Malba inauguró "Pop Brasil vanguardia y nueva figuración 1960s 70s", una exposición que reúne más de 120 obras de 50 artistas y que revisa cómo el arte brasileño supo combinar cultura popular, experimentación formal y crítica política durante las décadas de la dictadura. La muestra, organizada junto con la Pinacoteca de São Paulo, se exhibe desde el 7 de noviembre de 2025 hasta el 2 de febrero de 2026 bajo la curaduría de Pollyana Quintella y Yuri Quevedo.

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“Esta exposición es una fotografía de una generación que eligió reaccionar frente al autoritarismo sin perder la capacidad de experimentar”, señaló Quevedo durante la recorrida de prensa. El proyecto se propone ir más allá de las etiquetas de lo pop o lo político, presentando una lectura compleja del diálogo entre arte, sociedad y modernización en Brasil.

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La exposición celebra además los 60 años de las históricas Opinião 65 y Propostas 65, muestras fundacionales que marcaron el ingreso del arte brasileño en la era contemporánea. “Los artistas jóvenes se unieron para contestar y debatir con la dictadura militar desde la creatividad y la ironía”, explicó Quevedo, mientras destacó que muchas de las piezas exhibidas “mantienen hoy una energía de resistencia que sigue conmoviendo”.

Organizada en cinco núcleos temáticos, la muestra combina pinturas, esculturas, instalaciones, collages, fotografías y documentos de archivo. Cada sección propone un eje para leer la historia reciente del país a través del arte.

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El primer núcleo, Multitud y espacio público, refleja la transformación de las calles brasileñas en escenarios de protesta y celebración. Las imágenes de marchas estudiantiles y carnavales dialogan con carteles y señales urbanas, mientras los estadios aparecen como espacios de identidad colectiva. “El arte salió literalmente a la calle para encontrarse con su público”, explicó Quintella.

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En Astros y astronautas, las obras exploran la llegada de la televisión, la industria discográfica y el fenómeno de la celebridad. Íconos como Roberto Carlos y referencias al Che Guevara o a la carrera espacial se combinan en un relato que muestra cómo la política y el entretenimiento empezaron a compartir el mismo lenguaje visual. “El poder de la imagen fue el gran tema de esa generación”, destacó Quintella.

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El núcleo Deseo y trivialidad se centra en la irrupción de artistas mujeres que transformaron la representación del cuerpo y de la vida doméstica. Obras de Teresinha Soares y Wanda Pimentel despliegan colores intensos y alusiones a lo erótico. “Estas artistas llevaron la discusión política al terreno de los afectos y la intimidad”, explicaron los curadores, recordando que la emancipación femenina en Brasil coincidió con una ola global de libertades y censuras.

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El cuarto núcleo examina las tensiones entre progreso y precariedad. La modernización de Brasilia se refleja en piezas que mezclan retículas industriales, cemento y objetos domésticos. Los artistas reducen los lenguajes de la prensa y la televisión a tramas y puntos, denunciando el contraste entre la utopía del desarrollo y las violencias del trabajo.

El cierre está dedicado al histórico Happening das Bandeiras de 1968, una acción colectiva en Ipanema donde decenas de artistas colgaron banderas serigrafiadas mientras sonaba una escuela de samba. Fue, en palabras de Quevedo, “una fiesta que era al mismo tiempo una protesta”, realizada en el año en que el régimen dictó el AI-5, que suspendió derechos civiles. Malba reconstruye el espíritu de aquel evento con una selección de banderas originales y material documental que devuelve al visitante la atmósfera de la época.

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Quintella subrayó la diferencia entre el pop brasileño y el estadounidense. “Nuestro contexto era contradictorio y artesanal. Las obras no celebran el consumo sino que exponen sus tensiones”, explicó la curadora. Esa dualidad atraviesa toda la muestra: la convivencia entre lo moderno y lo precario, lo industrial y lo manual, lo político y lo poético.

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Para los curadores, los sesenta y setenta siguen siendo un laboratorio para pensar el presente. “Las obras no son documentos del pasado, se abren a nuevos significados cada vez que alguien se conmueve frente a ellas”, afirmó Quevedo. La exposición invita a reconocer los ecos de aquellas estrategias de resistencia en un tiempo de redes sociales, polarización y disputas simbólicas.

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Las obras provienen de la Pinacoteca de São Paulo, la Colección Roger Wright, Malba y Costantini. La escala museográfica y la variedad de materiales otorgan al proyecto un carácter monumental. En paralelo, el museo lanza un libro bilingüe con ensayos de Quintella, Quevedo, Fred Coelho, Taisa Palhares y André Pitol, junto a textos históricos de Ferreira Gullar, Mario Pedrosa y Hélio Oiticica.

Otra voz en diálogo: Valerie Brathwaite

Como contrapunto a Pop Brasil, el Malba presenta también una muestra de Valerie Brathwaite, escultora nacida en Trinidad y Tobago en 1938, formada en Londres y radicada en Venezuela desde 1969. Su exposición incluye obras sobre papel, esculturas de los setenta y una serie de piezas blandas creadas entre 2004 y 2024, en las que el cuerpo, la geología y la textura se confunden.

Brathwaite retoma la tradición de la abstracción orgánica y propone una lectura sensible de la materia. “Es un proyecto muy cercano al corazón del museo porque resume sesenta años de trabajo constante”, señaló el equipo curatorial. La artista participó en la inauguración y compartió su entusiasmo por ver su obra dialogar con el contexto latinoamericano actual.

“Pop Brasil. Vanguardia y nueva figuración (1960s–70s)” podrá visitarse del 7 de noviembre de 2025 al 2 de febrero de 2026 en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415).