COBERTURA DE SHOW

Weezer saldó su deuda con Argentina: una cátedra de hits, guiños a Maradona, aunque con sabor a poco

En su primera visita al país, la banda de Rivers Cuomo dio un show contundente en el Movistar Arena. Con una formación especial, repasaron sus clásicos, sorprendieron con un cover de Metallica y dejaron al público pidiendo más, tras una hora y veinte de pura nostalgia.

Weezer en Argentina Foto: DF Entertainment

La deuda histórica se saldó. Tuvieron que pasar décadas, pero Weezer finalmente pisó Argentina. Pasadas las 21:15 del miércoles, con el Movistar Arena vibrando de ansiedad, la banda de Rivers Cuomo salió a escena en el marco de su gira Voyage to The Blue Planet Tour, celebrando los 30 años de su primer disco.

Ni bien apareció el cantante, se disparó la primera descarga de nostalgia. Arrancó "My name is Jonas". Los gritos fueron ensordecedores. Era el desahogo de miles de fans que esperaron una vida por este show, y la banda respondió sin guardarse nada.

La gira sudamericana, además, trajo una sorpresa en la formación. El legendario baterista Josh Freese (de Nine Inch Nails) volvió a sentarse en los parches, reemplazando temporalmente a Patrick Wilson. Pero este último no se fue a ningún lado: se colgó la guitarra acústica para sumarse al frente, completando un tridente de violas demoledor junto a Cuomo y Brian Bell, con Scott Shriner sosteniendo todo desde el bajo.

El show fue un desfile de himnos generacionales. Para el tercer tema, el público ya coreaba hasta los mini solos de guitarra. La comunión fue total con "Undone". El estribillo "If I want to destroy my sweater" se convirtió en un canto de cancha, un rugido que tapó a la propia banda. Le siguió "Island in the sun", que generó el primer gran pogo de la noche y se convirtió en el momento más filmado por un mar de celulares que se levantó al unísono.

A mitad de show, Rivers Cuomo frenó, miró al público y soltó sus únicas palabras en español: "¡Argentina! ¡primera vez! Teníamos muchas ganas de venir. ¡Cuánta energía tienen!". La ovación fue total, y la banda pagó ese cariño con guiños bien locales. En "Beverly Hills", otro de los picos de la noche, Cuomo cambió la letra por un "¡Buenos Aires! ¡Argentina!".

Pero el momento de mayor complicidad argenta llegó con "Pork and beans". En medio del tema, la banda metió un "Diego Maradona knows the way", y el estadio, claro, explotó en aplausos. Todo siguió con con "El scorcho", coreada de principio a fin, donde Cuomo volvió a meter la palabra "Argentina" en la letra.

El final fue una seguidilla sin respiro. "Say it ain't so" fue el clímax emocional: el volumen general pareció subir y el bajo de Scott Shriner se sentía vibrando en el pecho. El cierre fue con "Buddy Holly", que desató un pogo total que se extendió hasta las plateas. 

A las 22:35, tras una hora y 20 minutos exactos, la banda saludó y se fue. Un show impecable, repleto de hits, pero con sabor a poco. Quizás demasiado corto para una espera tan larga.

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La "joyita" de Metallica y el corazón de Pinkerton

Aunque la noche fue un festival de hits del Álbum Azul, la banda se dio el gusto de meter perlitas para los fans más atentos. La gran sorpresa fue un cover demoledor de "Enter Sandman" de Metallica. No fue un capricho: Weezer participó en 2021 del The Metallica Blacklist, el álbum tributo donde grabaron esa misma canción

El otro gran momento de la noche fue el bloque dedicado a Pinkerton, el disco de culto de la banda. El sonido de un xilofón dio el pie para "Pink triangle" y el estadio explotó en gritos. Le siguieron "Why bother?", "El scorcho" y "The good life", que desató un pogo intenso en ambos campos, demostrando que ese álbum sigue más vivo que nunca

En total, fueron 22 canciones disparadas casi sin pausa. Un show que condensó lo mejor de Weezer en 80 minutos. No hubo bises, no hubo relleno. Fue un golpe directo al corazón de la nostalgia noventosa, una primera visita que cumplió con creces en lo musical, pero que dejó a todos con ganas de, al menos, un par de temas más.

 

ML