Ariana Harwicz

Ariana Harwicz: “Hablar de cine es una de las cosas más lindas”

La autora participa del nuevo episodio de MUBI Podcast: Encuentros, donde reflexiona sobre películas, escritura y la adaptación de su Mátate, amor.

Potencia. Jennifer Lawrence protagoniza Mátate, amor, dirigida por Lynne Ramsay, una adaptación radical y no concesiva de la novela de Ariana Harwicz. Foto: GZA. MUBI

La autora argentina Ariana Harwicz habla como escribe: sin concesiones, sin cálculo, sin bajar el volumen de lo que piensa. Su participación en la novena temporada de “MUBI Podcast: Encuentros” no es apenas una entrevista más, sino la apertura de una zona que durante años permaneció en segundo plano en su obra pública: su relación visceral con el cine. Autora de la novela Mátate, amor, base de la película homónima dirigida por Lynne Ramsay, Harwicz encuentra en este espacio sonoro la excusa perfecta para decir, sin pedir permiso, todo lo que el cine le hizo –y le sigue haciendo– como artista.

—¿Qué disfrutás, a nivel personal, de hablar de cine de forma pública?

—La verdad que estoy muy feliz porque hace muchos años, desde la primera novela, esta novela de la que hablamos, yo nunca me había podido despachar cinematográficamente. Siempre pensé la literatura desde otros marcos, desde otras disciplinas, otras lenguas. Vengo del teatro, estudié cine, pero nunca me había permitido hablar de cine de manera coloquial, dar rienda suelta a mi amor por el cine. Uno mete referencias, te hablan de Cronenberg, de Lynch, de Casablanca, pero nunca me había puesto a pensar seriamente el cine. Es una aventura.

—¿Qué representa este ciclo de conversaciones como objeto cultural?

—Me puse a investigar mucho más el cine contemporáneo. No solo ver películas, sino sistematizar, abrir la biblioteca: festivales, Cannes, cine de autor. Y me generó un contraste enorme porque mi formación es del siglo XX. Yo me quedé con el primer Scorsese, el primer Herzog. 

Redescubrir hoy al Herzog actual, con más de 80 años, me produjo un choque cultural. No digo que antes era mejor, pero sí era distinto. Se pensaba el cine desde otro lugar, la fotografía, el tiempo, la forma.

—Hoy pareciera que el lenguaje del cine está en todos lados, pero el cine no.

—Exacto. Hay cine en todos lados y no hay cine en ningún lado. El lenguaje del cine está en Instagram, en las stories, ganó el lenguaje, pero el cine como medio está en un lugar muy complicado. Es el arte masivo que más sufrió la estocada del mercado. Lo veo desde adentro: qué películas se venden, cuáles no, por tensiones políticas, por países. Está en el epicentro de las tensiones contemporáneas. Hay mucho cine programático, más que antes. Antes la fórmula era para ser alterada; ahora incluso la alteración parece programada.

—En ese contexto, ¿qué significó para vos la experiencia con “Mátate, amor” y Lynne Ramsay?

—Tuve mucha suerte. Yo no hice nada para que el libro llegara a Scorsese, para que llamara a Jennifer Lawrence, para que ella llamara a Lynne Ramsay. No empujé, no hubo lobby, marketing, ideología. El libro llegó solo. 

Y caí en manos de una directora que no concede nada. La película es imperfecta, pero no concesiva. Mis libros tampoco son pochocleros. Hay un lugar común entre su cine y mi escritura. Ella se puso una meta muy alta, y eso se siente.

—¿Qué es lo que te conmueve del cine?

—Lo mismo que me conmueve de un cuadro, de una ópera, de un cuento. Me emociona cuando un artista tiene una visión y esa visión me hace ver algo que no había visto nunca, de una manera que no conocía. Es la visión lo que emociona. La entrega, la nobleza de la entrega. Eso atraviesa todos los lenguajes. El cine fue lo primero que me golpeó la cabeza. Estudié cine casi diez años. Veía retrospectivas completas, montaje, semiología. El cine me enseñó a pensar el arte en conjunto: música, imagen, fotografía. Me enseñó la transgresión, Pasolini, Herzog. Me formateó la cabeza entera.

 

Otro espacio para pensar

J.M.D.

MUBI Podcast: Encuentros nació en 2021 como un espacio de conversación profunda sobre cine y creación en América Latina. A lo largo de sus temporadas reunió a figuras como Gael García Bernal, Marina de Tavira, Ilse Salas, Cecilia Suárez, Julieta Venegas, Dolores Fonzi y Mercedes Morán. En su sexta temporada, el ciclo se renueva con doce invitados y una premisa clara: pensar el cine desde la experiencia, no desde la promoción.

El episodio que reúne a Ariana Harwicz con Isabel Coixet se inscribe en ese espíritu. No hay respuestas cerradas ni discursos tranquilizadores. Hay pensamiento en voz alta, fricción, memoria cinéfila y una mirada crítica sobre el presente audiovisual. Harwicz no habla “como escritora invitada”, sino como alguien que se formó en el cine, que fue atravesada por su historia y que hoy observa con lucidez sus mutaciones.

En paralelo, la reciente adaptación de Mátate, amor vuelve a poner su obra en diálogo directo con el cine contemporáneo. La película de Lynne Ramsay, protagonizada por Jennifer Lawrence, extrema la incomodidad y la potencia del texto original sin buscar atajos narrativos. En ese cruce entre literatura y cine, Harwicz no reclama fidelidades: reconoce afinidades. Y entiende que, como el cine que la formó, su literatura también existe para incomodar, erosionar y abrir preguntas que no buscan resolverse.