parolin prefirió dar un paso al costado

Cómo fueron la puja en el cónclave y la derrota de conservadores e italianos

Negociaciones. Los cardenales decidieron votar por un candidato moderado, con gran consenso. Foto: afp

El cónclave de cardenales que este jueves, que terminó eligiendo a Robert Prevost como nuevo jefe de la Iglesia católica, fue más corto que lo esperado y con un resultado sorpresivo. Si bien estaba entre los papables, no era una de las figuras más promocionadas.

En realidad, el purpurado que tenía todas las fichas era Pietro Parolin, el italiano que se destacó como secretario de Estado de Francisco. Un cardenal sin pastoral, pero con gran presencia a nivel internacional. Pero finalmente él mismo tuvo que dar un paso al costado para permitir el encumbramiento de otro reformista como Prevost, que por su perfil moderado absorbía los votos que faltaban en un cónclave polarizado.

Perdedores. Hubo dos grandes perdedores, según los medios italianos. Primero los cardenales locales, al no poder colocar nuevamente a un italiano en el “trono de Pedro”. Pero también los ultraconservadores fracasaron en su estrategia. 

Este último sector intentaba inclinar la balanza hacia alguien más tradicionalista, que revirtiera el camino trazado por Francisco y que endureciera las posturas de la Iglesia respecto de la liturgia, las cuestiones de género, el aborto, los católicos divorciados y otros asuntos que los enfurecía.

De todas maneras, los conservadores nunca contaron con una figura destacada entre los cardenales que les permitiera pelear el cargo. Esto les jugaba en contra y ante la posibilidad del surgimiento de otro papa progresista, prefirieron inclinarse por alguien moderado.

Votos escurridizos. Alberto Melloni, historiador especialista en la Iglesia italiana, explicó que Parolin llegó a contar con 49 votos tras el primer escrutinio. El segundo fue Prevost, con 38. Ambos muy lejos del umbral decisivo de 89 votos, los dos tercios necesarios. 

Al parecer, desde un principio Prevost resaltó como figura por encima de otros papables, como los italianos Pierbattista Pizzaballa y Matteo Zuppi, el filipino Luis Antonio Tagle, el francés Jean-Marc Aveline y el húngaro Péter Erdö. Habrían influido su labor pastoral como misionero en Perú y su cercanía a Francisco, aunque con una tendencia más moderada.

Melloni cuenta que un sector conservador, muy rígido, fue el que terminó provocando el cambio interno cuando los votos eran inestables. No porque quisiera, sino por sus posturas intransigentes y su discurso contra Jorge Bergoglio y las reformas.

En lugar de obtener más votos, la dura estrategia generó un fuerte rechazo de los cardenales, especialmente de los más jóvenes que no querían volver a vivir un clima de polarización en el Vaticano y preferían avanzar hacia una Iglesia más abierta. 

Según el vaticanista, la presión ultraconservadora se vivió como un intento de restaurar cuestiones doctrinales superadas y retomar los enfrentamientos internos. El temor a un retroceso hizo que buscaran un candidato de consenso que pudiera brindar equilibrio.

Prevost, un cardenal que defendía el trabajo conjunto, el camino sinodal que marcó Francisco, terminó fusionando voluntades.

Parolin, que ejercía como presidente del cónclave, tomó conciencia de que no podía superar los 50 votos, casi 40 menos de los necesarios, y decidió dar un paso al costado.

En su columna del Corriere Della Sera, Melloni relató que sucedió algo similar a lo ocurrido en 2013 con Jorge Bergolgio: las conversaciones y tratativas se aceleraron para que no se extendiera el cónclave. El diálogo permitió desplazar los votos de los sectores más duros hacia la figura que parecía tener mayor consenso. 

En solo 24 horas, y luego de tres rondas, Prevost fue elegido. Se trata del primer pontífice estadounidense, aunque con sangre española, italiana y francesa, además de contar con la nacionalidad peruana.