Trump sobre el ataque contra los yihadistas del ISIS en Nigeria: “Un regalo de Navidad”
Las fuerzas estadounidenses utilizaron los poderosos drones MQ-9 Reaper para lanzar misiles sobre bases de las filiales del Estado Islámico en Nigeria, que resurgió con fuerza estos dos últimos años en los países del centro de África. Hace una semana lo había hecho en Siria, otro de los países donde los yihadistas intenta asentarse. “Lo iban a hacer antes y yo dije no, vamos a dar un regalo de Navidad”, sostuvo el presidente republicano. “Todos los campamentos fueron diezmados”, agregó. La operación se realizó en forma conjunta con el gobierno nigeriano, que proveyó información.
El gobierno de Donald Trump decidió involucrar directamente a las fuerzas militares de EE.UU. en la lucha contra el resurgimiento de los yihadistas del Estado Islámico (ISIS), lanzando un potente ataque contra sus bases en Nigeria. Ya lo había hecho la semana pasada en Siria, donde también el grupo está retomando las actividades terroristas.
Washington bombardeó en esta ocasión objetivos del ISIS en el país africano, tras afirmar en los últimos meses que los cristianos enfrentaban ahí una “amenaza existencial” equivalente a un “genocidio”.
En una entrevista que dio este viernes al medio Politico, sostuvo que los ataques aniquilaron sus campamentos. “Lo iban a hacer antes, y yo dije no, vamos a dar un regalo de Navidad”, afirmó, para luego agregar: “No creían que eso iba a suceder, pero los golpeamos con fuerza. Todos los campamentos fueron diezmados”.
El ministro de Información nigeriano, Mohammed Idris, explicó que los ataques estadounidenses contra bases yihadistas en el noroeste de Nigeria no sólo utilizaron misiles disparados desde buques, sino especialmente misiles guiados desde grandes drones de altitud media.
“Se desplegaron 16 municiones de precisión guiadas por GPS utilizando plataformas aéreas no tripuladas MQ-9 Reaper, neutralizando con éxito a los elementos del ISIS que intentaban penetrar en Nigeria desde el corredor del Sahel”, apuntó el ministro Idris. Agregó que el ataque se produjo después de “una extensa recopilación de inteligencia, planificación operativa y reconocimiento”, con la participación de Nigeria.
En un principio se pensó que era un ataque arbitrario del mandatario republicano, pero la aclaración de Nigeria demostró que fue una operación conjunta. El ministro nigeriano de Relaciones Exteriores, Yusuf Tuggar, declaró ayer al canal de televisión local ChannelsTV que “fue Nigeria quien proporcionó información” a Washington.
Tuggar precisó que habló por teléfono con el secretario de Estado Marco Rubio. “Hablamos dos veces. Conversamos durante 19 minutos antes del ataque y luego volvimos a hablar durante cinco minutos antes de que comenzara”, dijo. El jefe de la diplomacia nigeriana añadió que el presidente Bola Tinubu había dado “luz verde” a los ataques estadounidenses, y que podría haber más bombardeos de ese tipo.
“Es un proceso en curso y estamos trabajando con Estados Unidos. También estamos trabajando con otros países”, dijo.
Estos bombardeos son los primeros del ejército estadounidense en Nigeria bajo el gobierno del magnate republicano. El Comando militar estadounidense en África dijo el jueves en la red social X que llevó a cabo un ataque “a petición de las autoridades nigerianas en (el estado de Sokoto) que mató a múltiples terroristas del ISIS”.
Advertencia de Trump. El presidente estadounidense escribió en su plataforma Truth Social que “ya había advertido previamente a estos terroristas que, si no detenían la matanza de cristianos, lo pagarían caro”.
El mandatario puntualizó que el “Departamento de Guerra realizó numerosos ataques perfectos” el día de Navidad contra objetivos yihadistas. Sin embargo, no se precisó cuántas personas murieron.
Por su lado, funcionarios de Defensa de Estados Unidos difundieron un video del lanzamiento nocturno de un misil desde la cubierta de un buque de guerra que enarbolaba la bandera estadounidense.
Tensión religiosa. La ofensiva fue bienvenida por algunos sectores, pero criticada por otros como una escalada de las tensiones religiosas en el país más poblado de África, donde hubo brotes de violencia sectaria en el pasado.
Analistas independientes y el gobierno de Nigeria rechazan que se encasille la violencia que vive el país en un marco de persecución religiosa, una narrativa promovida particularmente por la derecha cristiana en Estados Unidos y Europa.
Este año, Washington volvió a incluir a Nigeria en la lista de países de “especial preocupación” en materia de libertad religiosa, y restringió la emisión de visados a los nigerianos.
Nigeria está dividida casi en partes iguales entre una mayoría musulmana en el norte y una gran población de cristianos en el sur. Hay una fuerte polarización entre ambos sectores, lo que es aprovechado por los yihadistas para expandirse.
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