Peronismo con ventajas

Facundo Nejamkis: “Macri llegó mejor a 2017 que Milei a 2025”

Para el consultor político, Milei enfrenta un escenario complejo. “La suma de La Libertad Avanza y el PRO no ha dado la suma que tenían esos dos espacios políticos cuando competían por separado”, aseguró, mientras el peronismo se mantiene estable en Buenos Aires.

Facundo Nejamkis Foto: Captura de YouTube

"Es una elección que nunca sucedió", afirmó Facundo Nejamkis, licenciado en Ciencia Política y director de la consultora Opina Argentina, para referirse al voto en la provincia de Buenos Aires de este domingo. "La gente elige legisladores que van a La Plata a trabajar en el Congreso provincial, que tiene en general poca visibilidad y que la gente no está acostumbrada a elegir", explicó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190). En este escenario, según Nejamkis, los intendentes jugarán un rol central y el peronismo llega con buenas chances de mantener los resultados de 2023: "Vemos que 1 + 1 no se ha convertido en 2, y que la suma de La Libertad Avanza y el PRO no ha dado la suma que tenían esos dos espacios políticos cuando competían por separado".

Facundo Nejamkis es licenciado en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires. Dirige la consultora Opina Argentina. Es reconocido por su trabajo en estudios de opinión pública, las tendencias sociales y la configuración del vínculo entre la ciudadanía y la política en la Argentina. Fue profesor universitario y vicerrector de la Universidad Nacional Guillermo Brown. 

¿Qué va a pasar el domingo? 

Primero, se ve una elección muy atípica, porque es una elección que nunca sucedió: una elección con características locales en la provincia de Buenos Aires, donde la gente elige legisladores que van a La Plata a trabajar en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, que tiene en general poca visibilidad y que la gente no está acostumbrada a elegir. El ciudadano de la provincia de Buenos Aires generalmente elige una categoría nacional muy atractiva: un presidente, un gobernador, un diputado nacional, un senador y detrás entran los legisladores provinciales, los concejales. En esta oportunidad no: van a elegir solo categorías provinciales y municipales. Eligen, de acuerdo a la sección electoral en la que están, a diputados o a senadores, y la lista de concejales. Eso nunca pasó. Es una apuesta del gobernador Kicillof, una apuesta hacia afuera y, sobre todo, una apuesta hacia adentro, en relación a la disputa interna que tuvo con Cristina.

¿Cuál debería ser el eje de la elección? Es una elección que no sabemos cuánta gente va a votar, no sabemos si va a responder a los cánones que vienen teniendo las elecciones provinciales en todo el país, que son elecciones de muy baja participación, o marcando récords históricos de abstención. Después, no sabemos si también va a seguir el ritmo de las elecciones provinciales, que es que vienen ganando los oficialismos, salvo la excepción de la ciudad de Buenos Aires, donde hubo de alguna manera un desafío del gobierno nacional al PRO, que finalmente terminó ganando La Libertad Avanza, pero fue una elección de una característica muy particular. En el resto de las elecciones provinciales siempre ganaron los oficialismos hasta ahora. Y es una elección donde entendemos que el peso de los aparatos, el peso de las figuras locales, va a ser muy importante y muy relevante. ¿De quiénes estamos hablando? De los intendentes, que en general, en un marco de descrédito de la política argentina, ellos tienen más imagen positiva que negativa. En ese marco se desarrolla la elección.

Una elección que el escándalo de los audios le ha dado características nacionales. Lo que está en discusión, además, lo vimos ayer con la participación del propio Presidente en la campaña electoral, es que le ha dado poca visibilidad a los candidatos locales. Uno veía a los candidatos que estaban alrededor del Presidente Milei y casi no podríamos identificar quiénes son. Algo parecido también le pasa al peronismo: es decir, son difíciles de identificar los candidatos. Y uno ve, a vuelo de pájaro, que el peronismo tiene buenas chances de defender la elección del año 2023: una elección en la que ganó, en la que se impuso a una fragmentación del espacio opositor entre La Libertad Avanza y lo que era en ese momento Juntos por el Cambio.

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¿Qué vemos nosotros hoy? Vemos que 1 + 1 no se ha convertido en 2, y que la suma de La Libertad Avanza y el PRO, no ha dado la suma que tenían esos dos espacios políticos cuando competían por separado, y eso le permite al peronismo sacar ventaja. Te lo ejemplifico: en la Tercera Sección Electoral el peronismo le ganó en 2023 haciendo una muy buena elección, donde Kicillof reafirmó su proceso como gobernador. Ganó por siete puntos a la suma de los dos espacios políticos. Hoy, las encuestas en principio le están dando mínimo arriba de 10 puntos de diferencia. Es decir, la sumatoria de La Libertad Avanza y el PRO está dando menos que lo que dio en 2023, y el peronismo se mantiene estable. Hay un mito alrededor de cómo el peronismo ha ido teniendo rendimientos decrecientes en la provincia de Buenos Aires. Y en verdad, el peronismo no ha parado de crecer. 

Podíamos hacer una lectura: lo que pasó en 2009 y 2013 es que el peronismo se dividió. Apareció un peronismo con De Narváez y apareció un peronismo con Massa, que luego fue reabsorbido nuevamente por el peronismo. Entonces, probablemente, en 2009 y 2013, si le sumáramos los votos de Massa o de Narváez, el peronismo también habría estado en 40%.

Seguramente es muy posible, aún en situaciones de crisis económica y crisis política como fueron el 2009 y el 2013. Y si vos ves, por ejemplo, en el mejor momento de Macri, que era mucho mejor momento que este de Javier Milei, y ni hablo de la política, me refiero al funcionamiento de la economía, Macri llegó mejor al 2017 que Milei al 2025. En ese momento, el kirchnerismo sacó de piso 36% con la candidatura de Cristina Kirchner, pero después ves en 2021 con Alberto Fernández, después de dos años de pandemia, con Victoria Tolosa Paz, el mismo sacó 40 puntos, y con la victoria de Javier Milei, con el “tsunami” de la política que implica que un outsider gane la presidencia, el peronismo sacó 45%.

Entonces, la pregunta que nosotros nos hacemo: ¿por qué va a sacar menos? Habría una posibilidad. ¿Cuál sería? Si Milei hubiera hecho una gestión excepcional en el área económica, la economía hubiese crecido en estos dos años al 6 o 7%, la inflación hubiera estado planchada, el dólar planchado y la Argentina fuese la fiesta de consumo que fue el menemismo en sus primeros años o el kirchnerismo en su primer período. Pero la verdad es que eso no ha pasado. Entonces, la pregunta es: ¿por qué va a caer el peronismo? Supongamos, con el peronismo estable, la coalición entre La Libertad Avanza y el PRO tendría que tener un rendimiento excepcional para poder ganarle al peronismo, además, en una elección local.

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Siguiendo en ese planteo, la diferencia no podría ser de dos a cinco puntos; la diferencia tendría que ser mayor en el total de las elecciones, porque el peronismo tuviera 45%, como tuvo allí en la última elección en la provincia de Buenos Aires, aunque era una elección no legislativa. La diferencia pasaría a ser mucho más de cinco puntos.

Por supuesto que puede haber hipótesis en que la diferencia sea mayor. Yo te hablo de dos a cinco porque es lo que están planteando nuestras encuestas. Es decir, la mejor hipótesis: el gobierno pierde por dos puntos; en la peor, pierde por cinco puntos. Pero puede haber procesos que estén afectando esta elección que las encuestas no detecten. Por ejemplo: Falta de participación. ¿A quién afecta más? Podría ser que los sucesos de las últimas semanas afecten más o desmovilicen más al voto pro-libertario que al voto peronista. Podría ser que, dado que es una elección donde los intendentes tienen un rol tan importante, y el peronismo tiene mayoría de intendencias en la provincia de Buenos Aires, eso influya.

Si bien es cierto que el futuro es impredecible y que lo que nosotros hacemos es mejor que el horóscopo, no tenemos que tomarlo como una ciencia exacta. Pero no hay ninguno de esos elementos subjetivos que condicionen para abajo el voto del peronismo.

El único factor que podría condicionar para abajo, es que es una elección legislativa. Entonces uno podría decir: si el peronismo sacó en una ejecutiva 45, podría estar entre 40 y 42 puntos en una elección legislativa. ¿Por qué la principal fuerza con la que compite podría estar más arriba de eso?

Me parece que eso ya lo acepta La Libertad Avanza. Aquella idea de “vamos a arrasar” que se planteaba hace dos o tres meses, hoy ya hablan de empate técnico. Y claramente uno percibe que desde el presidente hay paraguas que se están abriendo, tratando de decir: “Bueno, la verdadera elección es la de octubre.” Hay una cantidad de señales que tratan de insignificantizar lo que va a suceder. Son todas señales que él trata de enviar continuamente de que este no es el partido fundamental. Cristina Kirchner decía antes de que pudiera estar impedida de ser candidata, que ella tenía que ser candidata en septiembre, porque si no había septiembre, no había octubre. ¿Cuánto de septiembre es una especie de primera vuelta de octubre?

Bueno, a ver, yo creo que septiembre tiene impactos distintos en los distintos espacios políticos y para el gobierno. Arranquemos por el peronismo. Primero, Cristina planteaba que su candidatura era imprescindible, y si estos resultados se confirman, eso demuestra que no. Segundo, Axel Kiciloff, el primer kirchnerista, es decir, el primer gajo del árbol que se planta frente a la conducción de Cristina. Si le sale bien esta mini batalla que se dio internamente, el peronismo kirchnerista estaría pariendo un nuevo jefe. Porque hay alguien que se le planta a la conducción que demuestra que tenía razón y que además gana. No es que Cristina va a desaparecer, porque Cristina tiene una presencia que va más allá de lo que pueda pasar en una coyuntura electoral, pero el peronismo estaría pariendo un nuevo jefe. Eso vamos a estar todos mirando cuál es el discurso de Axel Kiciloff el domingo en la noche, porque es un candidato presidencial para el 2027. Entonces septiembre para el peronismo es muy importante.

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Para el Gobierno también es importante. Primero, porque plantea como hipótesis central que muchas de las dudas respecto del programa económico no tienen tanto que ver con las inconsistencias del programa económico, sino con la fortaleza del peronismo. Por lo tanto, si el peronismo está fuerte en el principal distrito del país, que concentra el 40% de los votos, esa fortaleza se traduce en debilidad del programa económico. No es una hipótesis nuestra, es una hipótesis que el gobierno plantea en la escena pública.

Por lo tanto, un triunfo muy importante del peronismo pondría en dudas la capacidad del gobierno para canalizar la reforma en los próximos dos años. Entonces, para el gobierno eso es importante. La diferencia es importante. Una victoria pírrica del peronismo, yo creo que hoy la firma el gobierno, y creo que el gobierno firma porque le da sobrevida para octubre. Una derrota muy contundente generaría dudas acerca de esa hipótesis que también el gobierno ha logrado sembrar en la opinión pública: “Si perdemos por poquito, ganamos en octubre”. Es algo que hay que ver si, ganando por poquito, el peronismo hoy podría ganar la elección de octubre. 

Está instalado como un salvavidas para que haya octubre. Porque vos tenés que sobrevivir.

Esa balsa está construida, pero está construida si se pierde por poco. Si se pierde por mucho, esa balsa pierde sentido, porque no necesitas una balsa, necesitas un transatlántico para remontar una hipótesis de arriba de cinco puntos, como han dejado traslucir voceros del gobierno, que quizás la diferencia esté entre cinco y ocho puntos. Entonces, si ese fuese el caso, estamos hablando de un peronismo muy sólido, apenas dos años después de haber salido de la peor experiencia política del peronismo en su historia. Pensá la dimensión de lo de Alberto Fernández: todos los gobiernos peronistas de la historia lograron reelegir, ya sea porque forzaron la reelección, o porque ya tenían la reelección kirchnerista. Con el sistema además de rotación entre Kirchner y Cristina, que preveía casi una reelección indefinida. Alberto Fernández fue el primer presidente que no pudo lograr ser reelegido, ni siquiera pudo lograr que el peronismo continuase en el poder, aún declinando la posibilidad de ser candidato.

Si para el peronismo es casi una herida narcisista.Como decirle: “No controlás los resortes del poder” ¿Cuál era la diferencia entre el peronismo y el radicalismo o las coaliciones no peronistas? Nosotros sabemos manejar el poder, ya sea porque instrumentamos un programa liberal, porque implementamos un programa nacional y popular, pero nosotros llegamos y nos quedamos. Bueno, Alberto Fernández demostró que no. Uno podría decir, bueno, eso lo hirió de muerte al peronismo. Bueno, evidentemente, si el domingo se corroboran estas hipótesis, el peronismo no estaría herido de muerte.

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Avancemos en ese análisis: la idea de que metafóricamente septiembre son las PASO de 2027, y que septiembre es la primera vuelta de octubre. Dos hipótesis plausibles, cada una en sí misma. O sea, se va a estar eligiendo en septiembre el candidato del peronismo en 2027. Si Kiciloff gana, Kiciloff se convierte en el candidato presidenciable para 2027, dirime las PASO internas dentro del peronismo. Alguien podría decir: “También las PASO dentro de La Libertad Avanza” porque es probable que Macri, si el triunfo de Milei no fuera contundente en octubre, y mucho peor aún si hubiera una derrota en diciembre, tome la decisión de separarse y volverse a correr al centro y buscar acercarse a los gobernadores. Entonces, hay una especie de PASO aquí presentada, y también de primera vuelta y segunda vuelta. Muchas veces, el que gana en primera vuelta pierde en segunda. Entonces, si el peronismo gana en septiembre, ¿esto produce un efecto de arrastre hacia octubre o inverso? La gente se asusta de que vuelve el peronismo y termina yendo a votar. Aquellos que no fueron a votar en septiembre van en mayor cantidad a votar en octubre por La Libertad Avanza. ¿Qué grado de posibilidades tienen estas dos hipótesis?

Tomamos las experiencias de cómo funcionaban las PASO. En muchos casos, las PASO permitieron al mundo no peronista rearticularse de cara a la elección general. Por ejemplo, la experiencia más palpable respecto a eso es Macri contra Alberto Fernández en el 2019. Perdió por paliza en la primera en las PASO y después logró una elección más digna en relación a las PASO, aunque perdió por ocho puntos. Es decir, en esa dinámica de PASO-elección general, eso efectivamente funcionó de esa manera. La gran pregunta ahora es si el gobierno tiene la fuerza y la capacidad para articular esa coalición anti-kirchnerista, si ese anti-kirchnerismo es hoy lo suficientemente fuerte como para articularse alrededor de una coalición de gobierno. Porque hay muchos votantes de Juntos por el Cambio que no se identifican con la identidad libertaria. ¿Qué le pasaba a Juntos por el Cambio? Tenía una identidad más débil que los libertarios, pero una clara identidad anti-peronista. Milei no tiene una clara identidad anti-peronista. Ahora se abraza al anti-kirchnerismo. Pero Milei, si uno ve su estética, sus actos, su construcción política, es difícil presentarse como el representante del anti-peronismo en la Argentina. 

Milei es plebeyo. Macri es noble. Entonces allí había una estética, nada más, por la representación del candidato.

Al mismo tiempo le da una potencialidad. Milei, si le va bien, como Menem, aún con un programa liberal, puede penetrar en los sectores populares, cosa que a Juntos por el Cambio le costaba mucho más. Milei sale con artistas.

De hecho, el factor popular que lo hacía candidato a Macri y no, por ejemplo, a López Murphy, es que Macri era popular por Boca y por haber sido celebridad con sus parejas y divorcios y nuevos casamientos.

Pero Macri, a partir de la construcción de Juntos por el Cambio, perdió el atributo de lo popular, se abrazó al republicanismo, se convirtió en un "ñoño republicano", defensor de las instituciones de la República, le hizo perder sus atributos de popularidad, pero le permitió construir una coalición anti-peronista para ganar las secciones. Lo que pasa es que nunca pudo construir, porque esas coaliciones se forman a partir del enojo, pero el rol de un líder es, a partir de su gobierno, construir esa coalición de enojo en una hegemonía positiva.

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Si vos no haces un buen gobierno, no lográs construir esa hegemonía. Menem y Kirchner no hacían campaña diciendo: “¡No vuelvan nunca más!” Decían: “Seguime votando porque bajé la inflación, seguime votando porque hay una fiesta de consumo, seguimos votando por atributos propositivos”. Si vos hacés el recurso comunicacional para tu campaña política es que los otros no vuelvan más, en un momento se agota. En un momento la gente te dice: “No me gobiernes más con el espejo retrovisor.” Eso le pasó a Macri inmediatamente después del 2017. Cuando ganó las elecciones en 2017, al otro día se le cruzaron las imágenes. ¿A Milei le pasará después de las elecciones o le pasará antes?

Esa era mi pregunta. Todo parecía indicar situaciones parecidas en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires en abril. ¿Qué pasó allí?

Primero, la Ciudad de Buenos Aires es un territorio hostil al peronismo históricamente. Creo que la última elección que ganó el peronismo acá a nivel nacional fue Menem en 1995, y antes de eso, Erman González, que era un candidato demócrata cristiano, es decir, tenía un origen no tan claramente peronista, y bueno, Menem ya todos sabemos lo que significaba en 1995: había perdido los atributos peronistas y era prácticamente el candidato de la UCD y del menemismo en la Ciudad de Buenos Aires, porque representaba el liberalismo, el gobierno pro-mercado.

Después de ahí, nunca más el peronismo ganó una elección en la Ciudad de Buenos Aires y tiene un techo que se ubicó más o menos en los niveles de lo que sacó el candidato Leandro Santoro, que hizo una buena elección, pero demostró que no podía perforar el techo, que lo perforó Filmus en algún momento en el balotaje, nada más contra Macri. Después, si no, es muy difícil para el peronismo ganar en este territorio. Ahí la pelea que teníamos que mirar más era la pelea interna, las PASO entre Adorni y Silvia Lospennato. Ahí se demostró que la coalición que la coalición de centroderecha a la derecha en la ciudad hoy la hegemoniza más La Libertad Avanza que el PRO.