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El nacimiento de Buenos Aires

Hubo tres intentos hasta que finalmente el de Juan de Garay fue exitoso, el 11 de junio de 1580. A Juan Díaz de Solís lo habían asado junto a otros marineros; huyendo de los querandíes Pedro de Mendoza murió en altamar; y si bien Garay logró fundar la Reina del Plata, vengaron en él la muerte de un cacique tehuelche.

Primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza en 1536 Foto: José Moreno Carbonero

A principios del siglo XVI, los reinos de España y Portugal buscaban afanosamente un corredor interoceánico en el continente americano, que permitiese comunicar al océano Atlántico con el Pacífico y, de allí, tomar la ruta hacia el Oriente.  

Por tal motivo, la Corona española promueve el viaje expedicionario de Juan Díaz de Solís que, en 1515, parte rumbo al Atlántico Sur, con tres pequeñas carabelas y una marinería compuesta por 70 hombres.

La navegación llega hasta las costas del hoy Brasil y, desde allí, avistando siempre la costa, continuará descendiendo hasta llegar a un estuario donde convergen los ríos Paraná y Uruguay y que hoy se denomina Río de la Plata; pero que, en ese momento, Don Díaz lo bautiza como Mar Dulce al comprobar la muy baja salinidad de sus aguas.
    
Don Juan Díaz y su tripulación divisan a lo lejos, desde la costa oriental, una gran cantidad de pobladores indígenas que parecían saludar con alegría y entusiasmo la llegada de las carabelas y su tripulación. Por eso, haciéndose acompañar por un pequeño grupo de marineros, el capitán decide abordar unas embarcaciones a remo, a fin de tomar contacto directo con esa población; mientras tanto, el resto de la tripulación observaba expectante el encuentro inminente de los representantes de ambas civilizaciones. 

El encuentro físico se produjo y la supuesta alegría de recepción se transformó en una acción agresiva, provocando la muerte inminente de algunos de los expedicionarios y  la captura de los restantes. Más tarde, la marinería española pudo ver cómo los cuerpos eran asados e ingeridos por la tribu, entre ellos, el de Juan Díaz; por lo cual, decidieron emprender de inmediato el regreso a España.

La verdadera historia sobre la fundación de la ciudad de Buenos Aires

Luego de 20 años del triste final de la expedición de Juan Díaz de Solís, por decisión del rey Carlos V, nieto de los Reyes Católicos, decide enviar una nueva expedición con el mismo propósito anterior y dejar constituido una plaza fuerte en el Mar Dulce. En esta oportunidad, se le encarga la misión a Pedro de Mendoza, expedicionario proveniente de una familia noble granadina, quien había participado activamente en la lucha contra Italia, ganando varios honores militares y la sífilis que lo acompañó por el resto de su vida.
    
Habiendo perdido gran parte de los alimentos durante la travesía en alta mar, finalmente, llegan al Río de la Plata y, esta vez, se decide desembarcar en la costa occidental. El 2 de febrero de 1536, Don Pedro procede a la fundación del Puerto de Nuestra Señora de Buenos Aires. 

Inicialmente, la relación con la población autóctona era cordial y la tribu querandí ofrecía alimentos a los expedicionarios; sin embargo, no pasa mucho tiempo y la misma se deteriora. Ante la hambruna que pasa la población, a la cual se bautizó como Real de Santa María del Buen Aires y que, en realidad, fue la Primera Fundación de la Ciudad de Buenos Aires; Don  Pedro de Mendoza manda a su hermano al frente de una columna para enfrenar a los indígenas y restablecer el abastecimiento de alimentos.

Las batallas punitivas dirigidas por Don Diego de Mendoza, enrojecen las aguas del rio Matanza, con la muerte de casi mil indígenas y la propia.

La sífilis sigue su curso carcomiendo la piel y las energías de Don Pedro, por lo que delega cada vez más funciones en Juan de Ayolas, a quien  designa como capitán general asignándole la responsabilidad de la búsqueda de víveres para una población que se come hasta las botas de cuero para mitigar su apetito insatisfecho.

Finalmente, entendiendo que no contaba ya con fuerzas para continuar con su misión, decide regresar a España. La falta de alimentos, el deterioro físico y los fuertes vientos que desvían la nave de su ruta aceleran la muerte del Adelantado en medio del océano. Esta vez, no son los antropófagos, sino la fauna marítima que dan cuenta del cuerpo y los sueños de Don Pedro.

En 1543, huérfano desde temprana edad y con solo catorce años, el joven vasco Juan de Garay embarca desde España hacia Lima, acompañando al grupo familiar de su tío Pedro Ortiz de Zárate, quién había sido designado Oidor, sin saber que nunca más regresaría a sus tierras originarias.

Garay, luego de ascenso a varios grados militares, fundador y gobernador de la provincia argentina de Santa Fe, fue designado como teniente gobernador, capitán general y justicia mayor en el Río de la Plata, y se le encomienda crear una población estable. El 11 de junio de 1580, Juan de Garay funda la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre. 

En los primeros tiempos, la nueva población se vio frecuentemente asediada por los nativos guaraníes, hasta que los conquistadores se impusieron por medio de la fuerza. Con la muerte violenta del cacique tehuelche Tabobá, se inicia un período de relativa paz. 

Finalmente, en 1583, rumbo una vez más a Santa Fe, al desorientarse en su navegación y a 40 leguas de la Ciudad de Buenos Aires, decide desembarcar para pasar la noche en tierra firme, desoyendo los consejos de su lugarteniente. 

Y, esa misma noche, esta vez los querandíes, vengaron a mazazos al cacique Tubobá, dándole espantosa muerte a Garay y a una docena de sus hombres. Es así que, a 40 leguas de distancia del Puerto de Buenos Aires, la sangre del conquistador Garay y la del cacique Tabobá se juntaron para forjar la historia común de una ciudad que fue y sigue siendo la Reina del Plata.

*Profesor Emérito USAL