Misterioso crimen

Palermo: un hombre de 77 años fue hallado muerto y con los tobillos atados

En el departamento no había signos de que la puerta hubiera sido forzada. Se trata de Saúl Hilu, suegro del director de Sepelios de la AMIA. La entidad exigió el esclarecimiento inmediato de los hechos.

Saúl Hilu, de 77 años, fue asesinado en Paunero al 2700. Foto: Cedoc

En el barrio porteño de Palermo, un hombre de 77 años fue hallado muerto, con los tobillos atados sin que hubiera signos de que la puerta de entrada hubiera sido forzada. Fueron la hija y la empleada doméstica de este señor quienes se encontraron con el horroroso escenario.

El fallecido fue identificado como Saúl Hilu y era el suegro del director de Sepelios de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Su cuerpo yacía sin vida en su departamento de la calle Paunero al 2700.

La hija de Hilu llamó rápidamente al 911 quienes enviaron a personal de la Comisaría Vecinal 14C de la Policía de la Ciudad. En el domicilio constataron que no había signos de violencia en la puerta de ingreso, aunque el lugar estaba revuelto y la víctima tenía sus tobillos atados con cinta.

Desde AMIA exigieron el esclarecimiento inmediato de los hechos y la captura de los responsables, según comunicó la agencia de noticias AJN. "Acompañamos al director de Sepelios de AMIA ante la impactante noticia del asesinato de su suegro Saul Hilu Z"L en su domicilio particular, durante la madrugada del jueves. Exigimos a las autoridades el esclarecimiento inmediato de los hechos y la captura de los responsables", escribió en Twitter, el presidente de la Federación de Comunidades Judías Argentinas, Eliahu Hamra.

En el caso interviene la Fiscalía Criminal y Correccional número 9, a cargo de Julio Andrés Herrera. La causa se inició como "averiguación de homicidio".

Una vecina de la víctima le contó a los investigadores que ella escuchó ruidos muy fuertes provenientes de la casa de Hilu a las 3 de la mañana del jueves, según informa TN y que llamó a la administración del edificio, pero no pensó que fuera necesario llamar a la policía.

RB / ED