En las últimas horas del lunes 13 de diciembre, comenzaron a circular imágenes de las cámaras de seguridad dentro de la residencia de Gastón Blasco, el albañil asesinado por un vecino por realizar "ruidos molestos" mientras limpiaba su piscina.
Según el metraje con fecha del jueves 9 de diciembre, Blasco se encontraba quitando las hojas que flotaban sobre su pileta con tranquilidad. Sin que pudiera preverlo, José Antonio Soria se asomó por la medianera y apuntó un arma contra el albañil.
Acto seguido, y sin pensarlo, le disparó. El cuerpo del hombre de 36 años cayó al piso. Luego de unos segundos en los que Blasco luchó para seguir con vida, procedió a quedar completamente inmóvil y a escasos centímetros del cuerpo de agua.
Imágenes sensibles
Aun cuando el metraje no permite ver la cantidad de disparos que recibió el albañil, las fuerzas de seguridad bonaerenses determinaron que fueron dos: uno en la pierna izquierda y otro en el abdomen. Tras el homicidio, Raquel, esposa de Blasco, alertó al 911.
Al tiempo que se conocía el asesinato, el hombre de 40 años también intentó atacar a su sobrino, quien logró escapar. Producto del llamado, agentes del Comando Patrulla se desplazaron hasta la escena del crimen.
Tras dar con el cuerpo del hombre, presumieron que el asesino seguía rondando por la zona. Una vez que Soria descubrió que estaba siendo buscado, atacó a la policía con vehemencia para luego atrincherarse en el domicilio localizado en Curuzú Cuatiá 565.
Cada vez que entraba un uniformado, éste le disparaba. Se inició entonces un tiroteo que se extendió por varios minutos y se solicitó el apoyo de más efectivos. Durante el trascurso de la medianoche, logró montarse un gran operativo.
Merlo: un vecino mató a otro, se atrincheró en su casa y enfrentó a la policía
Asimismo, intervino el Grupo Halcón, quienes permitieron esa zona del barrio Pompeya y llamaron a un especialista para negociar. Soria no tuvo intención de hacerlo por lo que los policías finalmente ingresaron a la propiedad y lo mataron.
Además del arma que desenfundó en principio, el asesino contaba con un enorme arsenal a disposición. Entre ellas, un fusil de asalto con mira telescópica calibre 308, una escopeta 12/70 con posta de guerra, una pistola 9 milímetros y una ballesta.
Según trascendió, el atrincherado tenía bajo su legajo antecedentes policiales. La mayoría de ellos, asociados a lesiones y amenazas. En 2003, se abrió una causa por lesiones en la que él figura como damnificado por haber recibido un disparo en la pierna.
Mientras tanto, 13 años después, en 2016 protagonizó un enfrentamiento con dos vecinos por el que terminó detenido. Finalmente, su último altercado tendría lugar en 2019 cuando fue denunciado en reiteradas ocasiones por amenazas.
JFG / ED