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El poder político debe generar el contexto para que la sociedad empiece a creer

El ministro Guzmán logró acordar con bonistas y ahora le faltaría una medida clave: convencer a los políticos de que también se calmen y lo ayuden.

Columna GG 5.10.2020 Foto: Columna GG 5.10.2020

Escuchen esto: El ministro de Economía Martín Guzmán logró convencer a los bonistas de la deuda de acordar y está intentando lo mismo con el Fondo Monetario. Además, desde hace semanas está queriendo convencer a los mercados para que se calmen y el jueves pasado lanzó una serie de medidas en ese sentido.

Bueno, ahora sólo le faltaría tomar una medida más, una medida clave: convencer a los políticos de que también se calmen y lo ayuden.

¿Saben? Guzmán es en sí mismo un hombre calmo. Habla pausado, en voz baja e interactúa siempre con una sonrisa tranquilizadora que pretende transmitir que la situación está bajo control.

En la intimidad, el ministro se muestra convencido de que la economía finalmente encontrará su cauce y que el presupuesto 2021 que presentó en el Congreso y contempla un 5,5% de crecimiento, no sólo es cumplible sino que es conservador.

Miren: El problema es que la economía nunca es solamente la economía. La economía es lo que las expectativas, angustias y confianza de una sociedad determinan que es la economía.

El jueves pasado, Martín Guzmán intentó actuar sobre esas expectativas, angustias y confianza a través de medidas que apuntaron a tranquilizar el mercado de cambios y a fortalecer las reservas del Banco Central.

En los primeros días, el mercado reaccionó con mucha cautela, digamos. Veremos qué pasa a partir de ahora y si finalmente el campo liquidará los 4 mil millones de dólares que espera el Gobierno.

Pero el tema de fondo no es un punto más o menos de retención, ni si el dólar paralelo baja o sube 2 pesos. Se trata de que haya confianza en que todo puede ir mejor. Simplemente eso. Por ejemplo, fíjense que el dólar a 82 pesos en realidad está en línea con el promedio histórico de los últimos 50 años y está un 50% por encima del valor de 2013. Pero a la gente no le importan las comparaciones históricas y hoy está dispuesta a pagar hasta 150 pesos por cada dólar. Eso tiene un nombre y se llama desconfianza.

Es la misma desconfianza que hace que el superávit comercial acumulado en los primeros ocho meses de 11 mil millones de dólares sea un récord de la última década, pero que al mismo tiempo el Banco Central haya debido habilitar la venta de yuanes para el comercio exterior por, justamente, la falta de dólares.

Si quienes conducen la economía creen que la confianza se construye solo con medidas económicas, entonces pueden seguir intentándolo hasta dar con las correctas. Pero si creyeran que con eso no alcanza, que es lo que yo creo, deberían suplicarle al poder político que genere el contexto necesario para que, de verdad, la sociedad empiece a creer.