La expansión de la gripe A (H3N2) mantiene en alerta a las autoridades sanitarias del continente y ya se lo considera cada vez más cerca de la Argentina.
Ante este escenario regional, en distintas provincias argentinas comenzaron a reforzarse los mensajes preventivos, especialmente dirigidos a los grupos de mayor riesgo. El foco está puesto en la vacunación, ya que se trata de una variante reciente que puede evadir parcialmente la inmunidad previa generada por infecciones pasadas o esquemas incompletos.
Los datos oficiales de la campaña antigripal 2025 muestran coberturas dispares: poco más de la mitad de los niños menores de dos años recibió la vacuna, mientras que en adultos mayores de 65 años la cifra ronda el 40%. En embarazadas el porcentaje es similar y en el personal de salud alcanza cerca del 80%, uno de los niveles más altos.
En ese contexto, los informes epidemiológicos nacionales indican que la vacuna actual sigue ofreciendo protección relevante, sobre todo frente a cuadros graves. Los análisis preliminares señalan una efectividad sostenida para prevenir hospitalizaciones, con mejores resultados en la población infantil que en adultos mayores, como suele ocurrir en las temporadas de gripe.