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Federico Cantini inauguró un proyecto que apunta a intervenir el espacio público

La Fundación Andreani presenta la instalación "Yo adivino el parpadeo" que toma los postes de luz del alumbrado público como punto de partida para una propuesta de arte urbano.

Yo adivino el parpadeo, de Federico Cantini, en Fundación Andreani.
Yo adivino el parpadeo, de Federico Cantini, en Fundación Andreani. | María François

La Fundación Andreani presentó la obra “Yo adivino el parpadeo”, de Federico Cantini, un proyecto work in progress que se muestra en la sede provisoria de la fundación y tiene como objetivo llegar a ser una intervención en el espacio urbano.

El proyecto surgió a partir de una convocatoria de arte público de la municipalidad de Córdoba que se llevó a cabo en el contexto de la feria de Arte Contemporáneo, aunque finalmente no quedó seleccionado.

Tiempo más tarde el Fondo Nacional de las Artes se mostró interesado y otorgó una beca al artista para presentar la obra en el espacio expositivo de La Boca. El proyecto original debió adaptarse para ser mostrado en un interior.

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Se trata de esculturas que fueron pensadas para formar parte del paisaje urbano realizadas a partir de las columnas de alumbrado público, aunque las estructuras están construidas por el artista.

“Algo que está presente en mi obra es la arquitectura y el manejo del espacio” señala Federico Cantini en diálogo exclusivo con PERFIL.COM.

Yo adivino el parpadeo, de Federico Cantini, en Fundación Andreani.
El artista rosarino Federico Cantini. (Foto: María François)

“Para mí tiene mucha importancia el transcurrir del espectador dentro de la sala. La inmersión es algo que está habitualmente en mi obra”.

El diseño expositivo permite a los visitantes recorrer y atravesar la obra, lo que junto con la iluminación propia de los faroles ofrece distintos aspectos y lecturas de acuerdo al punto de vista en el espacio.

Cantini ya había incursionado con elementos del espacio público en su obra “La novia desnudada por sus solteros” que se exhibió el año pasado en la galería Pasto construida a partir de la estructura de una torre de alta tensión.

Yo adivino el parpadeo, de Federico Cantini, en Fundación Andreani.
El proyecto debió adaptarse para ser exhibido en una sala. (Foto: María François)

A partir de sus trabajos el artista resignifica los objetos industriales y los humaniza al otorgarles deseos y emociones. En base a un patrón arquitectónico Cantini trabaja sobre una anomalía y a partir de allí surge una reflexión sobre las relaciones y la soledad.

“Me veo a veces en un objeto que está hecho para cumplir una función. Los faroles están diseñados para estar equidistantes e iluminar. El farol va solo y el proyecto es como impulsar la unión entre dos individuos aislados. Al fin y al cabo es un poco eso la amistad y el amor”.

Por ello se exhibe junto a la obra una serie de bocetos en los que Cantini planteó las modificaciones posibles en las hileras de postes del alumbrado público. El tamaño se modifica, los postes se cruzan entre sí, se acercan, se contorsionan y se "comunican" entre ellos. 

Yo adivino el parpadeo, de Federico Cantini, en Fundación Andreani.
Junto con la instalación se expone una serie de bocetos que propone la intervención sobre el espacio público. (Foto: María François)

Hay un romanticismo. Hay dos cabezas que se apoyan y entonces eso soy yo. ¿Cómo explicar el amor con dos luces que asimismo pierden su función original porque ya no iluminan la calle, pierden altura, pierden funcionalidad para poder estar juntos?” se pregunta Cantini.

De esta manera el artista llama la atención sobre la soledad, el aislamiento y los vínculos humanos y propone desde el arte un punto de encuentro entre amigos y amantes. 

“Veo ese puente ahí. Pienso en conectar el espacio continental con una isla y a eso sumarle la posibilidad de que el puente se eleve para que pueda pasar un barco, es como pensar una conexión que a su vez permite otra conexión. En realidad, siempre estamos hablando de los vínculos humanos” señala el artista, quien también indaga sobre esas relaciones en otra de sus obras.

Yo adivino el parpadeo, de Federico Cantini, en Fundación Andreani.
El proyecto de Cantini trabaja en base al deseo de dos personas de unirse. (Foto: María François)

“Es como la torre de alta tensión que lleva energía de una ciudad a otra por kilómetros y kilómetros, esa torre que está sola en el medio del campo y facilita la conexión entre dos puntos tan distantes”.

En un mismo sentido, las columnas de iluminación se vuelven frágiles, se debilitan y desploman bajo su propio peso con el fin de unirse para dar inicio a una nueva historia. El deseo de acercarse modifica el patrón original y marca una ruptura que puede ser origen de una nueva trama con características propias.

“Tiene que ver con la anomalía. Pensaba que el amor en sí es una anomalía” reflexiona Cantini.

Yo adivino el parpadeo, de Federico Cantini, en Fundación Andreani.
Oscar Andreani, presidente de la fundación que lleva su nombre y María Rosa P. de Andreani, fundadora, junto a Federico Cantini. (Foto: María François)

“Pienso qué pasaría si el día de mañana vinieran seres diferentes o robots a estudiar al humano y vieran los faros de luz en fila, ordenados, y bueno, están así. Y de golpe hay dos que se están amando, eso es una anomalía que genera un antecedente y tal vez pueda existir cariño entre estas dos cosas. Esa anomalía crea la posibilidad”.

Federico Cantini nació en Rosario en 1991, estudió Bellas Artes en la Universidad Nacional de Rosario y siguió su formación en clínicas de arte con Rafael Cippolini, Ernesto Ballesteros, Andrés Labake y Diego Bianchi. En 2015 integró el Programa de Artistas de la Universidad Torcuato di Tella. Realizó exposiciones individuales en diversas galerías y centros culturales de Rosario y Buenos Aires, entre las que se destacan Pasto, Isla Flotante, Centro Cultural Recoleta y Centro cultural Haroldo Conti.

La obra “Yo adivino el parpadeo”, de Federico Cantini, se puede visitar en la sede provisoria de la Fundación Andreani, Av. Pedro de Mendoza 1981, en el barrio de La Boca (frente al Riachuelo y a menos de 100 metros de Caminito) los jueves y viernes de 16.00 a 18.00 y los sábados y domingos de 12.00 a 18.00. Esta muestra participará de La Noche de los Museos y de la Bienal de arquitectura.