La Corte Suprema de Justicia de la Nación tuvo desestimó un recurso impuesto por la empresa Dencanor S.A. en la que se reclamaba por la expropiación del célebre mural "Ejercicio Plástico", creado en 1933 por el artista mexicano David Alfaro Siqueiros.
La firma uruguaya compró el mural por 824.000 dólares en 1994 y años más tarde, dicha firma promovió una demanda contra el Estado para que se declarara la inconstitucionalidad de la ley 26.537, de 2009, mediante la cual el Congreso declaró de utilidad pública y sujeto a expropiación el mencionado mural.
El juez de primera instancia desestimó la pretensión, decisión que fue confirmada por la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal y la empresa presentó un recurso extraordinario federal, que le fue concedido.

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Ahora, los jueces de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, resolvieron que "en atención al desistimiento formulado por la parte actora, en los términos del artículo 305 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, corresponde dejar sin efecto el llamamiento de autos". Además, la Corte ordenó devolver el expediente al tribunal de origen, para que se disponga lo que resulte pertinente.
El mural fue pintado en 1933 por Siqueiros junto a los artistas argentinos Carlos Castagnino, Delisio Antonio Berni, y Lino Eneas Spilimbergo y del escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro en la mansión de Natalio Botana, fundador del desaparecido diario Crítica, en la localidad de Don Torcuato.
Con la colaboración de los artistas argentinos y del escenógrafo uruguayo, Siqueiros pintó el mural en el techo, las cuatro paredes y el piso de una bóveda subterránea de la mansión del campo bonaerense "Los Granados", propiedad de Botana, cubriendo unos 200 metros cuadrados.

Los artistas, que se autodenominaron "Equipo Poligráfico Ejecutor", buscaban que el espectador se sintiera dentro de una caja de cristal sumergida en el mar, aclarando que realizaban una "gimnasia plástica", un ejercicio artístico de experimentación.
A la finca "Los Granados" de Botana solían acudir figuras como Pablo Neruda, Adolfo Bioy Casares y Federico García Lorca, quienes a la par de departir sobre temas literarios y políticos, apreciaban el mural en ejecución o ya finalizado de Siqueiros.
En 1989 fue adquirida por US$ 70.000 por la firma Seville S.A., presidida por Héctor Mendizábal, un vendedor de autos usados de Morón que dos años después hizo desmontar la obra y ponerla en seis contenedores, con la intención de hacerla viajar por el mundo.

El mural, considerado uno de los más valiosos de la importante obra de Siqueiros, permaneció depositado por trozos a la intemperie durante años después de que, en 1994, Dencanor SA compró el contenedor y acusó al Estado de trabar la posesión del bien.
El gobierno de Néstor Kirchner declaró en 2003 al mural como "bien de interés histórico artístico nacional" en un intento por salvarlo. El gobierno aseguró que a partir de entonces el mural "no podrá ser vendido ni sacado del país" porque será custodiado por el Estado Nacional.
Pero un engorroso litigio judicial dejó los contenedores confinados en un galpón hasta que volvieron a ver la luz en octubre de 2008, a instancias de la presidenta Cristina Kirchner, quien se había comprometido ante el gobierno de México a rescatar la obra.
El mural, que corría el riesgo de sufrir daños irreparables, fue restaurado en la Casa Rosada luego de que el Congreso argentino sancionara en octubre de 2009 la mencionada ley que que habilitó su expropiación y exhibido en el Museo del Bicentenario.
DS