Es momento de auge para el etanol en Brasil, ya que los conductores del país están llenando los estanques de sus vehículos de combustible flexible con más de este biocombustible en medio de los crecientes precios de la gasolina. Lástima para los agricultores estadounidenses, ya que su maíz se utiliza para producir el tipo equivocado de etanol y están perdiendo una oportunidad de exportación.
En Brasil, dos variedades de biocombustibles compiten directamente en la estación de servicio: el etanol hidratado se mezcla con un poco de agua y se usa directamente en los vehículos, mientras que el etanol anhidro constituye el 27 por ciento de una mezcla con gasolina derivada del petróleo crudo. Cuando los precios del petróleo subieron y los precios de los combustibles fósiles alcanzaron un récord en el país, los consumidores comenzaron a utilizar cada vez más el primer tipo de etanol para alimentar sus automóviles. En Estados Unidos, el maíz se transforma en esa última variedad de biocombustible.
Eso dificulta que los agricultores estadounidenses se deshagan de su enorme cosecha del cereal a través de las exportaciones de etanol. Las importaciones brasileñas de etanol estadounidense han disminuido más de un 13 por ciento en lo que va de la temporada de 12 meses que comenzó en abril; y se proyectan nuevos descensos. Bioagência, corredora con sede en Sao Paulo, estima que los envíos totales en la temporada disminuirán cerca de un 24 por ciento respecto del mismo período del año anterior a 1.300 millones de litros.
A medida que subían los precios de la gasolina, Brasil seguía inmerso en su peor recesión en décadas, limitando el crecimiento total del consumo de combustible. Mientras la demanda de combustibles fósiles cayó, el uso de etanol hidratado creció un 42 por ciento este año con respecto al año anterior. La mayoría de los consumidores de la nación posee vehículos de combustible flexible, que usan gasolina o etanol.
Las importaciones de etanol de maíz estadounidense también se han visto afectadas después de que Brasil impusiera el año pasado un arancel del 20 por ciento a las compras de biocombustibles. Incluso entonces, originalmente se esperaba que los envíos se mandaran durante la llamada temporada de cultivos intercalados, o intercultivos, que comienza en diciembre.
Ahí es cuando el país sudamericano ya ha agotado su cosecha de caña de azúcar, que los molinos locales utilizan para producir etanol. Es durante ese período que Brasil usualmente recurre a las importaciones estadounidenses, pero incluso se espera que la demanda en ese período sea limitada esta temporada, dijo Tarcilo Rodrigues, director de Bioagência.