El canciller alemán, Olaf Scholz, impuso restricciones de distanciamiento social más estrictas para evitar la amenaza de un aumento “masivo” de la variante ómicron del covid-19 justo cuando las familias se reúnen para celebrar la Navidad.
Las últimas medidas, que se suman a las restricciones existentes que afectan principalmente a los no vacunados, incluyen limitar las reuniones a 10 personas a partir del 28 de diciembre. Las restricciones, que Scholz negoció el martes con los líderes regionales, también se aplican a quienes están vacunados o se han recuperado del virus.
“No podemos cerrar los ojos ante la próxima ola que está comenzando a aparecer frente a nosotros”, dijo Scholz a los periodistas en Berlín después de reunirse con los 16 primeros ministros del país. El canciller dijo que los alemanes deberían celebrar la Navidad, pero con cautela.
Las autoridades han intensificado las advertencias sobre la variante ómicron que se propaga con mayor rapidez, y el ministro de Salud, Karl Lauterbach, planteó la semana pasada la posibilidad de una “quinta ola masiva” de contagios.
El instituto de salud pública RKI elevó esta semana su nivel de amenaza de covid-19 a “muy alto” y actualizó sus directrices el martes para instar a los alemanes a adoptar “restricciones máximas de contacto” de forma inmediata. Scholz se reunirá nuevamente con los líderes estatales el 7 de enero.
A pesar de que los contagios diarios siguen disminuyendo, las autoridades están preocupadas por la explosiva propagación de la variante ómicron en países como el Reino Unido y Dinamarca, y se supone que un brote similar es inminente en Alemania. La decisión se produce mientras los Gobiernos, desde Suecia hasta Austria, introducen nuevas restricciones a las reuniones y los viajes.
No obstante, las nuevas medidas no llegan al tipo de cierre que mantuvo a los alemanes confinados durante las festividades del año pasado, ni las impuestas en naciones como los vecinos Países Bajos. El primer ministro británico, Boris Johnson, también descartó un cierre generalizado antes de las fiestas.
Según el ministro de Justicia, Marco Buschmann, la atención debe seguir centrándose en los esfuerzos por implementar vacunas de refuerzo, acompañadas de mayores restricciones de contacto.
“La situación sigue siendo grave, no quiero fingir lo contrario”, declaró Buschmann a la radio Deutschlandfunk el martes. “Nunca es recomendable descartar nada por completo en una situación dinámica, pero en este momento queremos centrarnos en la campaña de refuerzo y trabajar con las restricciones de contacto”.
Alemania registra más de un millón de vacunaciones diarias entre semana, aunque la mayoría son de refuerzo, que ya cubren casi un tercio de la población.
Prohibición de fuegos artificiales
El comité asesor de vacunas del país emitió una recomendación el martes para que las personas reciban dosis de refuerzo después de tres meses, en lugar de los seis meses recomendados anteriormente.
Poco más del 70% de los alemanes están totalmente vacunados, un porcentaje relativamente bajo para un país desarrollado de la Unión Europea, lo que deja a unos 13 millones de personas mayores de 18 años más vulnerables al virus.
Entre las medidas que se han puesto sobre la mesa este martes figura el cierre de los locales nocturnos para limitar las interacciones sociales durante las fiestas de Año Nuevo.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, adoptando una medida de las fiestas del año pasado, prohibió la venta de fuegos artificiales durante el Año Nuevo en un intento de aliviar la carga del personal médico de urgencias.